Gràcia vive convulsionada

Las calles del barrio fueron el escenario de nuevas marchas y choques entre okupas y Mossos. Las protestas continuarán en la semana

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Sin llegar al nivel de enfrentamientos del lunes, los manifestantes a favor del banco expropiado de Gràcia volvieron a chocar al mediodía del domingo contra la policía antidisturbios que ha rodeado la entidad. Los Mossos d’Esquadra han cargado con porras, y algunas personas recibieron heridas en la cabeza.

Unas 300 personas, muchas disfrazadas con pelucas, barbas postizas y cascos de obrero de construcción, se dedicaron buena parte del mediodía a entonar cánticos contra los policías anti disturbios. Por momentos parecía un ambiente festivo, e incluso varias familias concurrieron con sus niños a realizar un «baby block».

Pero la tensión fue creciendo, las familias decidieron retirarse con sus niños, y tras lanzar agua con pistolas, harina y confeti también cayeron algunas latas y piedras. Fue cuando los Mossos realizaron una carga en la Plaza de la Revolución y otra en la calle Mare de Déu dels Desamparats. Un fotógrafo de El Punt-Avui fue herido por el lanzamiento de una lata que se dirigía a las filas policiales, y las organizaciones dijeron que al menos 15 personas fueron heridas por golpes en la cabeza y otras partes del cuerpo. Según los Mossos, seis miembros de su cuerpo también fueron heridos en los choques.

Calma en la tarde

Durante la media tarde, el barrio se calmó tras una especie de tregua, en la que los manifestantes aprovecharon para comer y refrescarse en la Plaza de la Revolución y los alrededores. Una nueva marcha recorrió las calles del barrio, reclamando la devolución del edificio ocupado. Desde las ventanas, los vecinos apoyaban golpeando cacerolas.

La marcha llegó sin incidentes hasta la plaza Rovira i Trias, y allí decidieron desconvocar las acciones de protesta para los próximos días. Un pequeño grupo regresó a las esquinas bloqueadas por la policía y allí se quedaron sentadas, en un cuadro de calma y tensión hasta que llegó la noche.

Muchos comercios, que abren los domingos para aprovechar el movimiento turístico y de barceloneses que disfrutan de los días de sol, decidieron bajar sus persianas para evitar que sus locales sean víctimas de los choques. 

Terremoto político por el banco ocupado

El banco expropiado es una vieja oficina de Caixa Tarragona situado en el corazón del barrio barcelonés de Gràcia. Tras el abandono del local, fue tomado por el movimiento okupa, que lo ha convertido en un centro cultural y social. El lunes los Mossos ejecutaron la orden judicial de desalojarlo, lo que dio inicio a la espiral de protestas, cargas policiales y más manifestaciones.

Además, despertó un terremoto político: la CUP abandonó la negociación por los presupuestos de la Generalitat, y la Fiscalía emprendió una investigación contra el ex alcalde Xavier Trias, porque el Ayuntamiento habría abonado el alquiler del local, de 65.500 euros anuales, mientras estaba ocupado.

Economía Digital

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