«La seguridad hídrica en Cataluña no está garantizada»

El Foro de la Economía del Agua analiza el reto que supone atender las inversiones necesarias en Cataluña, más allá del modelo de gestión pública o privada

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El abastecimiento ciudadano no peligra, pero se debe mirar al futuro. “La seguridad hídrica en Cataluña no está garantizada, se necesitan inversiones importantes”. Lo asegura Gonzalo Delacámara, director académico del Foro de la Economía del Agua, que se celebra el 5 de abril en su cuarta edición en Barcelona. Delacámara sostiene que se debe afrontar la sobreexplotación, la contaminación y las inversines pendientes en infraestructuras, porque se pone en riesgo el abastecimiento y la calidad del agua para sus diferentes usos.

Delacámara, en la presentación del Foro, que reunirá a expertos internacionales, con el objeto de situar al ciudadano ante un problema que va más allá de la gestión pública o privada, –aunque ese es el debate que se ha generado en Cataluña en algunos municipios, como la propia ciudad de Barcelona– insiste en que en el Área Metropolitana de la capital catalana “se da una situación particularmente desafiante, porque hay un déficit hídrico, con una demanda que supera en más de un 10% los recursos hídricos disponibles cada año”.

Si eso se traslada con números en la mano, supone que los recusos disponibles en las cuencas internas de Cataluña son de unos 2.613 hectómetros cúbicos, cuando la demanda que se proyecta es de 2.965 hectómetros. Y, según Delacámara, pensando en el conjunto de España, las inversiones necesarias para modernizar las infraestructuras existentes y otras nuevas, alcanzarían los 2.900 millones de euros.

La contaminación y las inversiones pendientes ponen en peligro el abastecimiento del agua

Ante eso, y con la precisión de que el déficit de agua no afecta tanto al abstecimiento ciudadano como al 70% del agua que se destina a la agricultura, Gonzalo Delacámara considera que el debate sobre la gestión pública o privada no ataca el problema central. “No nos debemos centrar en un debate que es instrumental, con ejemplos de éxito en los dos campos, sino en los problemas de futuro, en las infraestructuras necesarias, y en cómo se financian”.

El IV Foro de la Economía del Agua es una iniciativa impulsada por la Universidad de Alcalá (UAH) y liderada por un grupo de profesores. En esta ocasión, se cuenta con referentes internacionales como Aziza Akhmouch, responsable de iniciativa de Gobernanza del Agua de la OCDE; o con el premio Noble de Economía de 2014, Jean Tirole.

Una de las ideas centrales del Foro es reflejar que el coste en el recibo del agua depende de todo aquello que se quiera financiar, y que los ejemplos que se sitúan en primer plano, por parte de fuerzas políticas que están a favor de la remunicipalización del servicio del agua, como los Comuns en Barcelona, no tienen en cuenta esa cuestión. “Un ejemplo que se ofrece es París, que ha remunicipalizado el servicio, y se dice que el recibo es más barato, pero no se dice que lo no sube en tarifa se paga en impuestos”, según Delacámara. Es decir, que si se decide que en los recibos no se carguen otros servicios, que no cobra la empresa que lo gestiona, sino las administraciones públicas, entonces se deberá decidir cómo se obtienen esos recursos y de qué partidas.

Para Delacámara una opción es llevar la gestión hacia “tarifas cada vez más progresivas, y eso supondría, por ejemplo, que un señor de Pedralbes pagara más por el agua, por su nivel de renta, que alguien que viviera en Nou Barris”.

«Un señor de Pedralbes debería pagar más por el agua que el de Nou Barris»

Una de las mejores soluciones, a su juicio, es que los servicios se presten a través de entidades supramunicipales, como es el caso del área metropolitana de Barcelona. Sin embargo, el riesgo es que el modelo productivo se mantenga sin pensar en la presión enorme sobre recursos que son escasos, como el agua. “Contamos cada año, como algo muy positivo, el número de turistas, que crece continuamente, y resulta que visitan principalmente el arco mediterráneo, que es el que tiene más problemas de abastecimiento, con un enorme estrés hídrico. Debemos pensar en el modelo de desarrollo, y en su sostenibilidad”, insiste Gonzalo Delacámara.

Y resulta que esas dificultades, en el conjunto de España, “podrían constituir en una gran oportunidad, si se piensa en alternativas medioambientales, y en inversiones en infraestructuras”, remacha el director académico del IV Foro de la Economía del Agua.

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