Lara arbitra la tregua entre Mas y Wert en el Premio Planeta

El galardonado Lorenzo Silva impregna su discurso de referencias políticas en un claro tono en contra del independentismo

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Ni exabruptos, ni malas caras. Por no haber, no hubo ni intercambio de miradas. Pese al ambiente caldeado de los últimos días, la 61º gala el Premio Planeta evitó convertirse en un cuadrilátero político con un nuevo enfrentamiento entre el president de la Generalitat, Artur Mas, y el ministro de Cultura, José Ignacio Wert. Todo ello gracias a José Manuel Lara, que salomónicamente repartió conversación entre sus dos principales invitados, sentados cada uno a un lado.

No hubo sobresaltos en la mesa presidencial aunque no se puede decir lo mismo del discurso del ganador del premio literario, Lorenzo Silva. El galardonado por la obra La marca del meridiano impregnó su discurso de referencias políticas y de palabras muy duras que, sin necesidad de citar, iban dirigidas hacia Mas y el resto de líderes que capitanean la ola independentista. «Este libro es una metáfora de hombres que cruzan una raya que jamás deberían haber cruzado», afirmó el escritor, quién alertó del «error moral» y la «conducta indigna» que eso supone. Silva abogó hacia el entendimiento entre Catalunya y España, como había hecho el día anterior Lara, y pidió que la única línea que separe Barcelona y Madrid sea la imaginaria del meridiano de Greenwich.

La llegada

Tal vez las críticas de Silva cogieron por sorpresa a Mas y a su equipo, aunque el president guardó la compostura mientras escuchaba. Sin embargo, lo que es seguro es que no se dejó al azar la entrada del líder del ejecutivo catalán al Palacio de Congresos de Catalunya. Pese a que ningún responsable de la Generalitat había tratado con el ministerio cómo sería el encuentro tras los enfrentamientos, según indicaron fuentes cercanas al president, sí que se manifestó interés en el protocolo de llegada. Primero, Wert. Después, Mas, como «máxima autoridad del país».

El líder del ejecutivo fue recibido fuera del edificio por la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, por el portavoz del Govern, Francesc Homs, y por manifestantes que libraban su particular guerra con el presidente del grupo Husa, Joan Gaspart. Segundos más tarde, en el photocall del Premio Planeta, Mas se dirigió a la prensa para lanzar un previsible «No diré nada, hoy toca Premio Planeta». Sobre lo que tocaba o no tocaba, Marta Ferrusola, esposa del ex president de la Generalitat, Jordi Pujol, también tuvo tiempo para prafrasear a su marido para advertir a los medios de comunicación con el clásico això no toca.

La mesa

Mas, Wert y Lara entraron al mismo tiempo tras un pequeño encuentro privado de apenas 10 minutos. La expectación mediática superaba este año con creces a la ediciones anteriores y dio escenas tan singulares como la del alcalde de Barcelona, Xavier Trias, y la esposa del president, Helena Rakosnik, abriéndose paso hacia la mesa por detrás de la avalancha de fotógrafos.

Al término de la cena de gala, Lara bromeaba con la prensa. «No se han insultado». Si bien es cierto, también lo es que el diálogo fue más bien escaso. «Tal y como estaba dispuesta la mesa, era imposible que hablaran entre ellos», justificaba otro de los comensales, aunque reconocía que ni uno ni el otro hicieron mucho esfuerzo por entablar conversación. «El ministro ha hablado prácticamente toda la noche con De Gispert y con el secretario del estado para la Cultura, José Maria Lasalle», afirmaba otro de los asistentes a la mesa presidencial, quien añadía que Wert había hecho gestos de reconciliación en la reunión previa.

Invitados

Las mesas cercanas a la presidencial no tenían nada que envidiar en cuanto a personalidades. Por ejemplo, la mesa de Juan Rosell, que compartió velada con Joaquim Gay de Montellà, Josep Piqué y Miquel Roca. O la de Joaquim Nadal, junto a Jordi Hereu y José Montilla. Curiosamente, Pere Navarro disfrutó de su cena en otra mesa, ejemplificando el presente y el pasado del PSC.

La lista de invitados vinculados al mundo de la empresa es larga y entre ellos figuran nombres como el del consejero delegado del Banc Sabadell, Jaume Guardiola, el director general de Telefónica en Catalunya, Kim Faura, o los vicepresidentes del FC Barcelona, Javier Faus y Carles Vilarubí. Pero si ésa es interminable, la de personalidades vinculadas al mundo de la cultura y el espectáculo no se quedó atrás: Eduardo Mendoza, Ana María Matute, Lucía Etxebarría, María Teresa Campos o Luis del Olmo, por decir algunos. Todos mezclados pero no agitados –como la célebre frase de James Bond erróneamente traducida–. Al igual que en la mesa presidencial.

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