Los planes de Iceta en el Senado y en el PSC

El líder del PSC no se toma la presidencia del Senado como un retiro. Al contrario: busca un trampolín y no piensa abandonar sus cargos en Cataluña

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El Senado se ha ganado a pulso su fama de «cementerio de elefantes». Son innumerables los dirigentes que ocuparon una responsabilidad de primer orden y luego tuvieron un plácido retiro político en la Cámara baja. En sus escaños se han sentado las versiones amortizadas de figuras como José Antonio Griñán, José Montilla, Francesc Antich, Marcelino Iglesias, Vicente Álvarez Areces, José Ramón Bauzá Alberto Fabra, por citar algunos ejemplos de líderes autonómicos convertidos en senadores. 

No parece que Miquel Iceta, escogido por Pedro Sánchez como futuro presidente del Senado, vaya a ser el próximo elefante porque el líder del PSC no planea dar ningún paso atrás por el momento. Al contrario. Según las fuentes consultadas, Iceta no piensa renunciar a su escaño en el Parlament de Cataluña, lo que significa que su idea es seguir como presidente del grupo socialista en la cámara catalana.

Tampoco planea Iceta precipitar un congreso en el PSC y abrir su sucesión, ya que está convencido de que su momento no ha pasado. Hace apenas una semana le preguntaron si se veía ministro del Gobierno. «Yo no, hasta que no llegue a presidente de la Generalitat no pararé», respondió.

Iceta busca un trampolín

En tiempos de nueva política, Iceta ensaya un salto poco experimentado. La presidencia de una de las cámaras de las Cortes Generales (Congreso o Senado) fue, casi siempre, el broche a una carrera política. Apenas hay excepciones en este sentido. Pero hay una que no debe pasar por alto: Luisa Fernanda Rudi (PP) presidió el Congreso entre 2000 y 2004, durante la mayoría absoluta de José María Aznar. Luego, se convirtió en presidenta del Gobierno de Aragón.

El líder del PSC ha imaginado un trampolín en la presidencia del Senado en lugar de un sofá orejero donde administrar turnos de palabra. Quiere Iceta que el Senado disimule al menos su leyenda de lugar donde echar la siesta y quiere también poner en práctica alguna reforma de la institución, por cosmética que sea.

El Senado también ofrece margen para poner en marcha alguna comisión relacionada con el modelo territorial. Y ahí el PSC quiere dejar huella, sea con algún estudio sobre la reforma constitucional o sobre el desarrollo federal del Estado de las Autonomías.

Sería osado pensar que el primer secretario del PSC puede convertir el Senado en algo semejante al Bundesrat alemán. Sería ingenuo creer que el Senado va a transformarse en un consejo federal con presencia de los gobiernos autonómicos. Son dos propuestas que Iceta ha defendido en público. Y sería sorprendente que lograra impulsar un traslado del Senado a Barcelona, una propuesta que también abanderó:

Iceta debe echar cuentas en el Parlament

De momento, ni siquiera tiene garantizada la condición de senador, ya que, al no haberse presentado como candidato a la Cámara baja en las elecciones generales, debe ser un parlamento autonómico (el de Cataluña, en su caso) el que lo escoja.

Tradicionalmente, no había más barrera que la cortesía parlamentaria para cumplir con este trámite. Se echaban cuentas en los parlamentos autonómicos y cada grupo presentaba a los candidatos que le tocaban en función de su fuerza en el hemiciclo. Y nadie ponía trabas porque basta con una mayoría simple para aprobar los senadores de designación parlamentario.

Pero las cosas han cambiado. Después de conocer a través de los medios que Iceta es el escogido por Sánchez para presidir el Senado, ERC salió a la palestra a advertir que las cosas no son tan sencillas. Que nadie ha telefoneado a su grupo.

Exige saber ERC qué va votar el PSOE en caso de que el Tribunal Supremo se vea forzado a enviar un suplicatorio a las Cortes (al Congreso y al Senado) para seguir con el juicio abierto contra los líderes independentistas. Y advierte que su voto en el Parlament para encumbrar al senador Iceta (que sustituiría a Montilla) no está decidido.

Así las cosas, Iceta ha tenido que arremangarse para muñir un acuerdo que allane su elección. Pretendía que la votación en el Parlament de Cataluña fuera hoy, jueves, pero las amenazas de ERC -y también las de Ciudadanos- obligan a retrasar la votación una semana. No sobra mucho tiempo más porque las Cortes se constituyen el 21 de mayo.

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