Mas: «El proceso no acaba con la resolución del Tribunal Constitucional»

Artur Mas no despeja incógnitas. El President ha vuelto asegurar que la consulta del 9N se celebrará y ha restado importancia a la más que probable suspensión de la convocatoria. «El proceso no se acaba con la resolución del Tribunal Constitucional», ha asegurado en una entrevista con la Sexta.

Mas ha indicado que la Generalitat tiene mecanismos legales para conseguir que la pregunta se lleve a cabo. Ha explorado la posibilidad de la desobediencia civil, aunque ha matizado al asegurar que esa no es la vía elegida por su Gobierno. «No he dicho que no acatemos la ley […] estamos en el carril de la legalidad y de la democracia».

Consulta no vinculante

Mas asegura que el único objetivo actual es sacar las urnas a la calle el 9 de noviembre. ¿Y si el día 8 la suspensión de la consulta sigue vigente? El President se resiste a desvelar la alternativa. Por ahora, sobre la mesa sólo está la votación. E insiste en el verdadero objetivo de la misma: «No es una consulta para declarar la independencia, es para saber qué opinan los catalanes».

El problema surge en que, este mismo domingo, el Consejo de Estado ha tumbado el argumento. Considera que es un referéndum en toda regla y, por lo tanto, sólo lo puede convocar el Gobierno central si se siguen los preceptos del artículo 92 de la Constitución. Un paso más hacia su impugnación. Abrir el diálogo con el Gobierno de Mariano Rajoy tampoco parece que sea una alternativa inmediata, cuando las espadas están en alto.

Falta de voluntad de Madrid

El President ha criticado la falta de voluntad del Ejecutivo central para negociar sobre la cuestión catalana y en especial sobre la consulta. «Hemos acumulado muchos no en los últimos años», ha explicado.

En este sentido, Mas ha pedido a Rajoy que no se refugie en la Constitución para silenciar el proceso soberanista: «Las leyes en un estado democrático se deben utilizar para resolver problemas».

Caso Pujol

Mas se presenta como el “presidente de la consulta”, pero la sombra del caso Pujol persigue al también líder de Convergència Democràtica de Catalunya. Ha negado de nuevo haberse corrompido y ha extendido un cordón de seguridad alrededor de su persona. Reitera que su padre se conocía poco con el ex presidente de la Generalitat, por lo que no podía ejercer como testaferro en paraísos fiscales; y afirma que él nunca ha entrado en negocios con los hijos de Pujol.

Defiende públicamente a su padre político, pero se niega a poner la mano en el fuego por la pulcritud de los negocios del ex presidente. “Yo sólo pongo la mano en el fuego por dos personas, por mi mujer y por mi”, ha sentenciado.