Mas y Navarro dan por cerrado ya el acuerdo sobre BCN World

El pacto despierta las críticas de ICV, por apostar por la “cultura del pelotazo”

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Algunas cosas han comenzado a cambiar en la política catalana. El PSC necesita demostrar que puede recuperar la centralidad política, y que el Govern de Artur Mas deberá contar en algún momento con los socialistas, más allá del debate sobre la consulta soberanista.

Y tras el encuentro en Artur Mas y Pere Navarro en el Palau de la Generalitat, el pasado jueves, las negociaciones para resolver determinadas cuestiones han avanzado con celeridad. Y el Govern y el PSC dan ya por cerrado el acuerdo sobre el proyecto de BCN World en Tarragona.

ERC, de lado

El anuncio lo harán este domingo, antes de que se inicie la manifestación contra el Plan Hidrológico en la Cuenca del Ebro. CiU necesitaba, para sacar adelante el proyecto, o un voto afirmativo o dos abstenciones de los grupos de la oposición. Y en ese concepto de oposición se incluía a Esquerra Republicana, que no ha accedido, finalmente, a secundar esa inversión.

Los republicanos aseguran que no ven con malos ojos que el Govern pacte el proyecto de BCN World con otras fuerzas políticas. Y el PSC también ha dejado claro al Govern de CiU que, una vez alcanzado el acuerdo, se muestre que ha sido cosa de dos, sin intervención de otros grupos, aunque puedan apoyarlo también en el Parlament, como es el caso de Ciutadans.

La presión del poder local socialista

Quedan aún algunas cuestiones pendientes, según informan fuentes socialistas, que hacen referencia a la edificabilidad del proyecto. Pero el escollo principal, la fiscalidad, que era la exigencia de los inversores, se ha podido superar.

Para el PSC se trata de una cuestión central. Sus alcaldes y responsables socialistas en las comarcas de Tarragona han presionado en las últimas semanas. Y la actual dirección del partido no está en condiciones de dejar de lado al poder local de Tarragona.

Además, se trata de una baza para Navarro, que puede esgrimir, a partir de ahora, que cuando se trata de cuestiones económicas importantes para Catalunya el PSC está al lado del Govern, aunque rechace el camino soberanista de Artur Mas. A medio plazo, la opción del PSC podría dar sus frutos, si, finalmente, no se celebra la consulta soberanista el próximo 9 de noviembre.

El escollo fiscal, superado

En el acuerdo se incluye que la Generalitat no perderá poder de recaudación, aunque se haya concedido una rebaja fiscal a los casinos, del 55% al 10%, como ha exigido la empresa Veremonte, que lidera Enrique Bañuelos.

El acuerdo pasa por no extender esa rebaja a otras actividades asociadas, como hoteles o la restauración, que, en principio, deberían tributar como en otras zonas de Catalunya.

Blanquear dinero

El acuerdo ha provocado ya las críticas de otras fuerzas políticas, como ICV. El coordinador general de los ecosocialistas, Joan Herrera, ha asegurado este sábado que ese pacto “deja herido de muerte” el modelo turístico catalán.

A juicio de Herrera, CiU y PSC han apostado por un modelo basado en el juego y en una remodelación urbanística que permite que se instale “la cultura del pelotazo”. Para Herrera se apuesta por “instalar aquellas mafias que quieren blanquear capital”.

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