Pablo Iglesias empuja a Pedro Sánchez a elecciones

El líder de Podemos abandona al presidente del Gobierno en su intento de prolongar la legislatura sin presupuestos

El presidente del Gobierno Pedro Sánchez, junto al presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, en el Palacio de la Moncloa

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Pedro Sánchez está hoy más solo que ayer. Y difícilmente volverá a estar acompañado. El presidente del Gobierno está empeñado en proseguir la legislatura hasta 2020, el límite legal, a pesar de su falta de apoyos para aprobar los presupuestos.

El presidente, animado por las favorables encuestas que elabora el CIS y presionado por los barones socialistas, quiere continuar adelante con el mandato a pesar de que los socios que le llevaron a la Moncloa le están retirando sus apoyos.

Los soberanistas catalanes fueron los primeros en anunciar a Sánchez su abandono, puesto que no se conforman con la presión ejercida por el Gobierno sobre la abogacía del estado para rebajar las acusaciones contra los líderes independentistas.

A la vista de que las cuentas parlamentarias para sacar adelante los presupuestos no salen, Iglesias considera que «no es muy sensato tratar de aguantar la legislatura». «El Gobierno legalmente puede prorrogar los presupuestos y puede aguantar, pero yo creo que políticamente sería muy difícil de explicar que se han perdido los apoyos que construyeron la moción», opina.

El papel de los barones del PSOE

La presión de Iglesias contrasta con la de barones socialistas como Guillermo Fernández Vara, presidente de Extremadura, que no quieren que las elecciones generales contaminen la próxima ronda de autonómicas en el mes de mayo de 2019.

Fernández Vara, que acudió este martes al palacio de la Moncloa, fue taxativo. «Los que piden elecciones es que tienen problemas y pretenden que los españoles les arreglen lo que no son ellos capaces de arreglar en su casa», dijo para oponerse al avance electoral en España.

Arropado, por tanto, por los barones del PSOE para alargar su mandato, Sánchez comienza un largo pulso con Podemos, PP y Ciudadanos. Las tres formaciones de ámbito nacional reclamarán a lo largo de los próximos meses que el presidente se someta a las urnas.

Los soberanistas, en cambio, se conforman con que Sánchez deambule por la cuerda floja durante un tiempo porque su única obsesión es tratar de mantener la precaria unidad del gobierno catalán hasta que dé comienzo el juicio a los dirigentes independentistas.

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