Podemos sobre las municipales: «No podemos gastar marca»

La nueva formación prefiere preservar las expectativas para las elecciones generales ante el riesgo de no controlar a fondo las listas locales

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Podemos renuncia a presentarse a las elecciones municipales porque no se considera preparado. Primero debe poner orden en los centenares de círculos que han surgido de forma «espontánea y caótica», explican los miembros del recién creado consejo ciudadano de Barcelona. Sin embargo, todos apuntan una razón añadida: «No podemos gastar marca», dice el secretario general de Podem Barcelona, Marc Bartomeu.

La versión oficial es que el partido es demasiado joven, cumplió el primer aniversario el 20 de enero. «Los proyectos municipales están aún incipientes, presentarse era un suicidio», según la portavoz del consejo ciudadano de Barcelona, Beatriz Rilova. Pero el 24 de mayo, fecha en la que Podemos no concurrirá a las urnas, hará un año que se presentó a los comicios europeos, una campaña que preparó en los primeros cuatro meses de vida del partido.

La segunda fuerza política

Con cinco eurodiputados, Podemos sería en este momento la segunda fuerza más votada, por delante del PSOE, según datos del CIS. Aumentan los inscritos con capacidad de voto telemático y los círculos necesitan espacios más grandes para las asambleas. «Es un tsunami», en opinión del miembro del círculo de Barcelona Jorge Sánchez, que ha calificado el argumento de que las municipales son «precipitadas» como una mera «excusa».

«Puede parecer contradictorio», reconoce Rilova. «Podemos es una herramienta para el cambio», y por ello responde a una estrategia que en las europeas era de «irrupción», y ahora «la meta son las generales».

La eventualidad de la corrupción

Además, la posibilidad de que se produjera un caso de corrupción en un ayuntamiento ha añadido motivos, según confirman todos los miembros del consejo ciudadano de Barcelona. 

«Ha habido quien se ha pasado a Podemos para ir a por el ayuntamiento, no por convencimiento», dice Sánchez. Muchos «han roto el carnet de su partido», y algunas formaciones, como Plataforma per Catalunya o Ciutadans –partido que Bartomeu considera casta por pertenecer y beneficiarse del régimen del 78– generan especial suspicacia por sus diferencias fundamentales con Podemos.

Empresario con trabajadores de palmeros
 
Bartomeu recuerda el caso de un empresario que llevaba a sus trabajadores al círculo y les hacía votar a favor de sus intereses. «Un solo caso de corrupción nos podría hundir», ha admitido Sánchez, por lo que Rilova está de acuerdo en que no podían «discriminar con qué intenciones venía cada nuevo miembro y dónde confiar o no».

Sin embargo, la rigidez de la decisión de no presentarse en ningún municipio bajo el nombre Podemos «es demasiado drástica porque desincentiva», argumenta Sánchez, que mantiene estrecha relación con los diversos círculos de Barcelona, ya que desde su oficina les sirve de apoyo logístico. Alude críticamente a cómo durante la gira de las europeas «Iglesias fue cooptando a gente», en especial de Izquierda Unida, para los puestos de relevancia. 

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