Sánchez defiende 4.000 millones más para la Agenda 2030 tras escenificar un portazo a la OTAN por el gasto en defensa
El presidente del Ejecutivo español se ha comprometido a alcanzar el 0,7% del PIB en ayuda oficial al desarrollo en 5 años
El presidente del gobierno, Pedro Sánchez (izquierda) y el presidente de la ONU, António Guterres (derecha), reciben a mandatarios durante la IV Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo de la ONU en Sevilla. Francisco J. Olmo / Europa Press
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha aprovechado la IV Conferencia Internacional de la ONU sobre Financiación para el Desarrollo en Sevilla para reivindicar la necesidad de movilizar 4 billones de dólares anuales adicionales para cumplir con la Agenda 2030, precisamente en un momento de tensión con Estados Unidos tras cerrar la puerta a aumentar el gasto en defensa.
Durante la cumbre, que reúne a representantes de 170 países y 60 organismos internacionales, Sánchez ha enfatizado que la brecha de financiación para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) asciende dicho importe, y que solo un tercio de las metas evaluables están en camino de cumplirse.
Ha subrayado, en esta misma línea, que dos de cada cinco familias viven en países que priorizan el pago de la deuda sobre la inversión en educación o salud.
Pero, paralelamente, el presidente de EE. UU., Donald Trump, ha amenazado hace pocos días a España con represalias comerciales por no ceder a incrementar el gasto militar al 5% del PIB, como proponen la Administración estadounidense y el secretario general de la OTAN.
En declaraciones recientes, el presidente del Ejecutivo español ha calificado esta propuesta como «no razonable y contraproducente», argumentando que supondría un gasto de 80.000 millones de euros anuales y entorpecería los esfuerzos de la UE en seguridad y defensa.
Pero Sánchez sí ha defendido un aumento de la financiación en la Agenda 2030, el plan de acción global adoptado por las Naciones Unidas en 2015 que, según recoge la propia organización, «busca lograr un futuro más sostenible e inclusivo para todas las personas y el planeta».
De hecho, el presidente ha reafirmado el compromiso de España de alcanzar el 0,7% del PIB en ayuda oficial al desarrollo para el año 2030. Y ha anunciado también la apertura en Madrid de la ‘Casa de Naciones Unidas’, una nueva sede para acoger a equipos de varias agencias de la ONU. Estas medidas, según Sánchez, demuestran la «voluntad política» de España en un contexto donde el orden multilateral se debilita.
Actuaciones específicas
En ese aspecto es donde ha puesto el foco durante la cumbre de la ONU celebrada en Sevilla, y donde ha presentado el ‘Compromiso de Sevilla’ como una oportunidad para corregir el rumbo. Ha propuesto, además, tres objetivos: convertir las palabras en acciones, afrontar con solidaridad los debates sobre desarrollo y reforzar la confianza en el multilateralismo.
Para el primer objetivo, se ha lanzado la ‘Plataforma de Sevilla para la Acción’, una herramienta para promover iniciativas y traducir los compromisos en acciones concretas.
En cuanto al segundo objetivo, Sánchez ha instado a mejorar la sostenibilidad de la deuda, garantizar la justicia fiscal y cumplir con los compromisos de cooperación internacional. Ha resaltado la importancia de reformar la arquitectura financiera internacional para hacerla más representativa, justa y eficaz.
«Los países en desarrollo necesitan espacio fiscal para aplicar sus estrategias nacionales», ha insistido, haciendo hincapié en la necesidad de «garantizar la justicia fiscal» y «mejorar la sostenibilidad de la deuda».
El tercer objetivo, reforzar la confianza, se fundamenta en un «multilateralismo» inclusivo y reforzado, con Naciones Unidas en el centro, guiado por el diálogo. Hasta ahora, ha señalado, «esta no es en absoluto una senda de desarrollo sostenible», sino que es «una de injusticia y que nos lleva a la frustración».
Movilización de recursos y reducción de deuda
También ha tomado la palabra, con ese mismo rumbo, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, que ha respaldado el enfoque del Gobierno español, pero ha endurecido el diagnóstico. «La financiación es el motor del desarrollo. Y, ahora mismo, ese motor se está ahogando», ha advertido.
Guterres ha recordado que el porcentaje de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que están rezagados y ha señalado que «no se trata solo de una crisis de cifras, sino de una crisis de personas». A su juicio, la situación actual está marcada por una combinación de «confianza desmoronada, caos climático y presupuestos de ayuda diezmados».
Para hacer frente a esta situación, ha pedido actuar en 3 frentes: movilizar más recursos nacionales, reformar el sistema global de la deuda y aumentar la representación de los países en desarrollo en las instituciones financieras internacionales.
Entre sus propuestas concretas, ha reclamado «triplicar la capacidad de préstamo de los bancos multilaterales de desarrollo, reorientar los derechos especiales de giro» y crear un «nuevo foro de prestatarios» que dé voz a los países más endeudados.