Puigdemont altera sus planes para hacer candidata a Elsa Artadi

El líder huido descabalga al conseller Jordi Puigneró como favorito para convertirse en el candidato efectivo a la presidencia de la Generalitat

Puigdemont y Artadi, durante una reunión en Berlín. Foto: EFE/OM

Puigdemont y Artadi, durante una reunión en Berlín. Foto: EFE/OM

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Carles Puigdemont ha cambiado de idea de cara a las próximas elecciones catalanas (febrero-marzo). El hasta ahora favorito para convertirse en el candidato efectivo de Junts per Catalunya a la presidencia de la Generalitat, el conseller de Políticas Digitales, Jordi Puigneró, ha perdido el favor del líder huido y ya no es el gran aspirante a ser el presidenciable del Govern por parte de JxCat. Ahora lo es la exconsellera de la Presidencia y exportavoz de la Generalitat Elsa Artadi, según explican fuentes soberanistas.

Puigneró había jugado fuerte para convertirse en el relevo de Quim Torra como presidenciable. Se había postulado con toda claridad dentro de Junts per Catalunya y se consideraba en una posición de fuerza, puesto que contaba con la triple aceptación de Puigdemont, de los políticos presos e incluso con la del Pdecat.

Pero las cosas han cambiado. Puigneró ha sido descartado por completo a pesar de que Puigdemont lo había potenciado durante los últimos meses concediéndole protagonismo a su lado en algunos de los actos públicos. El conseller ya sabe que no cuenta para la carrera electoral porque su presunto padrino de Waterloo ha cambiado de ahijado. O, mejor dicho, de ahijada: Elsa Artadi.

Artadi pudo ser presidenta

Artadi, de hecho, ya estaba llamada a ser presidenta de la Generalitat en mayo de 2018, cuando Puigdemont se disponía a apartarse tras el fracaso de su teleinvestidura y buscaba a quién designar para asumir el cargo. Pensó en ella, pero Artadi rechazó a las primeras de cambio convertirse en la vicaria del líder instalado en Waterloo y optó por asumir otro rol, el de consellera de la Presidencia y portavoz.

La dirigente de Junts per Catalunya no quería que su papel quedara limitado al de una presidenta decorativa y, a los 42 años que contaba entonces, optó por no quedar amortizada en tan poco tiempo.

De hecho, Artadi siempre se le ha acompañado la idea de no quemarse políticamente, así que cuando vio que el gobierno de coalición de Junts per Catalunya y ERC solo hacía que desgastarse, optó por pedir la salida de la Generalitat y buscar refugio como concejal en el Ayuntamiento de Barcelona. Así al menos interpretaron su salto a la carrera municipal dentro de su propia formación.

Allí permanece desde hace más de un año. Pero Artadi ha vuelto a la primera línea de la política catalana, puesto que ahora ejerce como portavoz de JxCat desde que se consumó la ruptura con el Pdecat. Lo hace no únicamente con la bendición de Puigdemont, sino también con la de un hombre clave en el espacio postconvergente, el expresidente de la ANC y secretario general de Junts, Jordi Sànchez, en prisión.

«Es una mujer muy capacitada y le auguro un largo recorrido político, sea o no aspirante a la presidencia. Ella sabe que tiene mi apoyo», decía de ella Sànchez en mayo de 2018, cuando Puigdemont la tentaba para asumir la presidencia de la Generalitat.

Artadi y la pelea con ERC 

Hay otra gusta que gusta de Artadi a Puigdemont y es que ya ha demostrado de sobras su lealtad. Lo hizo, por ejemplo, en las últimas municipales cuando acusó al alcaldable de ERC, Ernest Maragall, de maniobrar para «aislar» Puigdemont e impedirle el acceso a la delegación de la Generalitat en Bruselas durante su etapa como conseller de Acción Exterior.

Artadi aseguró que a Maragall «le incomodaba» que el expresident usara la delegación, y que intentaba que no la usara «con prácticas que llevaban al aislamiento del president Puigdemont». «Eso lo sabe toda la comunidad catalana que vive en Bruselas», lamentó.

La otra característica que también gusta a Puigdemont de Artadi es que la ve ideal para abanderar el discurso de la confrontación que defiende Puigdemont. «Si sacamos los lazos, acatamos todo, normalizamos todo, al final es dar por bueno que la represión es perfecta, que no tiene impacto y que es lo que nos merecemos», presionó Artadi a Torra pese a saber de que la desobediencia la podía costar el cargo.

No obstante, Elsa Artadi todavía no ha dado su sí a Puigdemont, aún inmerso en los fichajes para confeccionar su próxima lista electoral. También ha ofrecido un puesto relevante a la periodista Mònica Terribas, pero no ha logrado hasta el momento su afirmativa. Y en eso sigue el líder huido, en buscar alineación.

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