Rajoy sólo se plantea la reforma de la Constitución en la próxima legislatura

El jefe del Ejecutivo reúne este lunes a la dirección del PP para ‘vender’ las bondades de la reforma fiscal

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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, no rechaza una reforma de la Constitución. El jefe del Ejecutivo es consciente de que se acumulan razones, de orden institucional y territorial para actualizar la Carta Magna de 1978, pero necesita saber con quién puede contar y qué se desea, exactamente, reformar.

Por ello, y a la espera también de contar con un interlocutor en el PSOE, que está en plena campaña de primarias para elegir a su nuevo secretario general, Rajoy sólo se plantearía ese cambio constitucional en la próxima legislatura. En todo caso, no antes del 9 de noviembre, que es la fecha que el Govern de la Generalitat acordó para celebrar la consulta soberanista.

Y si se llegara a algún tipo de acuerdo, también pasaría por ese plazo, para acomodar la Constitución a la nueva realidad política tras las elecciones generales de 2015.

Reforma fiscal, reforma fiscal

Por ahora, las prioridades para el Gobierno español son otras, aunque están marcadas por la cuestión catalana. A pocos meses del reto que planteó el President Artur Mas, Rajoy no puede ni quiere, como explica el entorno empresarial y político del jefe del Ejecutivo, ofrecer ahora una salida al Gobierno catalán. Y busca que sea el propio Mas el que “con soluciones imaginativas”, como aseguró en una reciente intervención en el Senado, deje de lado la consulta para iniciar una negociación.

El caso es que Rajoy abordó esa posibilidad de reforma, reclamando opiniones a los barones territoriales del PP en la reunión de la dirección del partido del pasado 20 de junio, según informa el diario ABC. Se abordó la reforma fiscal, y la necesidad de explicar bien lo que se pretende aplicar, pero también la idea de la reforma de la Constitución, aunque de manera incipiente.

Elecciones en mayo y en noviembre

Si Rajoy canaliza el tema catalán en los próximos meses, que pasa por una actitud de rechazo, con recurso incluido, a la convocatoria de una consulta para el 9 de noviembre, el Gobierno ya se plantea 2015 como un año en clave electoral, con dos citas cruciales: en mayo, con comicios municipales y autonómicos –hay la posibilidad de que Mas también convoque las elecciones al Parlament en esa fecha—y elecciones generales en noviembre.

Por ello, Rajoy ha convocado a la dirección del PP para este lunes, para ir preparando el terreno, desde la convicción de que hay que “despertar” a los electores populares, muy desengañados y que dieron la espalda a sus dirigentes en las europeas del pasado 25 de mayo, con la pérdida de 2,6 millones de votos.

Crisis de gobierno, con la salida de De Guindos

El PP quiere centrarse en la reforma fiscal, e iniciar el nuevo curso político, en septiembre, con una actitud de liderazgo. En ese mes, también, Rajoy deberá tener a punto una crisis de gobierno, si logra que el ministro de Economía, Luis de Guindos, sea elegido presidente del eurogrupo, después del apoyo mostrado por el Gobierno español al que será nuevo presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker.

Y, sólo en la próxima legislatura, se abordará esa reforma de la Constitución, aunque los pasos que pueda realizar el Gobierno de Artur Mas le podrían obligar a una reacción más inmediata.

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