Santi Vila: “Con España siempre deberemos gestionar muchas cosas conjuntamente”

El conseller de Terrori cree que más allá de si Catalunya se pudiera independizar o se integrara en un estado federal la mayoría de políticas se deberán afrontar “todos a una”

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En las próximas semanas se incrementará la tensión. Se acerca la Diada del 11 de septiembre, y las entidades independentistas ya preparan el terreno. El objetivo es lograr que se pueda celebrar la consulta del 9 de noviembre. El conseller de Territori i Sostenibilitat, Santi Vila, quiere aportar calma al debate, después de comprobar que por cada opinión o reflexión que ha vertido sobre el proceso soberanista ha recibido severas críticas por parte de miembros del propio Govern.

Vila reclama atención, con altas dosis de pragmatismo, y señala que pase lo que pase en el futuro, Catalunya, “tenga el estatus jurídico que tenga con España”, acabará gestionando de forma conjunta muchas políticas.

Y, “aunque le pueda crear insatisfacción a los que viven en una Arcadia feliz”, Vila insiste en que “con España deberemos gestionar muchas políticas de forma conjunta”. Entre ellas, “la política hidráulica, la de infraestructuras, la de telecomunicaciones, la de energía, y tantas otras”. Porque, en realidad, “si se quiere que el sur del Mediterráneo sea importante, hay que ir todos a una”.

Defensor del «catalanismo político»

Santi Vila, ex alcalde de Figueres, tiene las cosas claras. Defiende un discurso que repite de forma constante que forma parte del “catalanismo político”. Ello es definitorio, porque ese catalanismo, para una buena parte de sus propios compañeros de partido, de Convergència Democràtica, es ya cosa del pasado, y ahora se ha transformado en independentismo.

El conseller de Territori i Sostenibilidad ha asegurado este sábado en el programa Converses, de la Cadena Cope, que las relaciones entre Catalunya y España han llegado a una situación en la que “se ha dicho basta”, pero que no tiene por qué derivar en la independencia de Catalunya.

“El modelo pactado en la Constitución española está agotado, y ahora habrá que ver qué ocurre. Para muchos, para una parte mayoritaria de la sociedad catalana, la respuesta es la independencia, pero está por ver cómo evolucionan los ánimos reformistas, desde la premisa de que, sí, de que se puede decir que hasta aquí hemos llegado, aunque el único problema irresoluble sea la muerte”.

Acuerdos pragmáticos con Pastor

Vila ha aplicado otro modelo al seguido por otros consellers. En gran parte, porque Vila se ha encontrado con la complicidad de la ministra de Fomento, Ana Pastor. Pero el conseller ha explicado el secreto de ese éxito, que ha logrado un acuerdo sobre el acceso viario del Puerto de Barcelona, o las inversiones en Cercanías, o el más reciente pacto sobre las inversiones del propio Puerto de Barcelona. “Comenzamos la legislatura identificando los problemas, siendo conscientes de las restricciones presupuestarias, desde el pragmatismo y la lealtad institucional, y el carácter y la nobleza de la ministra también ha ayudado”, ha asegurado.

Sus palabras resultan extrañas, porque el resto de miembros del Govern chocan continuamente con los respectivos ministros del Gobierno español.

Vila ha incidido en la entrevista en la Cadena Cope que los problemas con Fomento existen, que en el caso del Puerto de Barcelona se puso de manifiesto el proyecto político del PP, contrario a la autonomía de gestión de los puertos y aeropuertos, pero que se acabó llegando a un acuerdo.

Los independentistas de la Arcadia feliz

En el caso del las inversiones de urgencia, el acuerdo para invertir 306 millones de euros “se está cumpliendo, con dificultades, pero se cumple”, asegura Vila, y rechaza que el Gobierno español incumpliera el anterior acuerdo para invertir 4.000 millones de euros, del anterior Ejecutivo español. “Se trataba de un power point, como dice la ministra, y, de la misma forma podían haber fijado, como dice ella, 40.000 millones”, afirma Vila.

El hecho es que “en un momento en el que las identidades se diluyen, aunque España debería reconocer el carácter nacional de Catalunya, en un momento de identificaciones más urbanas que nacionales”, Catalunya y España, a juicio del conseller, deberían trabajar conjuntamente más que nunca.

Y admite que su discurso crea insatisfacción “en aquellos que viven en una Arcadia feliz”, en una referencia al movimiento independentista que considera que una Catalunya independiente podría lograr una mejor situación en todos los campos. Lo más importante, a su juicio, es que “si se viera la Península desde arriba, desde un globo, lo que debería ocurrir es que ni por un minuto, ni por un segundo, se produjera inseguridad jurídica, siendo irrelevante la organización jurídica que tuvieran los territorios entre sí”.

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