Susana Díaz activa los resortes para echar a Sánchez

La presidenta andaluza reúne apoyos para que el comité federal rechace la propuesta de congreso, pero busca también la posible dimisión en bloque de la ejecutiva

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Echar a Pedro Sánchez. A por todas. Susana Díaz ha tomado la bandera de la rebelión interna, que va ganando adeptos. Y ha activado todos los resortes para lograr que Sánchez no pueda convocar el congreso del PSOE que ha anunciado, ni el proceso de primarias. Aunque el equipo de Sánchez asegura que tiene los apoyos necesarios, en las últimas horas el trabajo de Díaz y de otros dirigentes podría darle la vuelta a esa situación.

El mecanismo más eficaz sería la votación de la propuesta de Sánchez, con una resolución alternativa, que deja al secretario general en minoría. En ese caso, aunque el propio Sánchez ha asegurado que no dimitiría, la situacíón sería insostenible.

Asegurar el gobierno, primero

La prioridad absoluta es parar ese congreso, porque, aunque se entiende como una salida personal de Sánchez, al margen de los intereses del partido o de la sociedad española, se ve inviable organizar un congreso de verdad en tan poco tiempo. Lo apuntó en el Círculo de Economía, en Barcelona, el presidente valenciano Ximo Puig, al entender que «primero se debe asegurar la gobernabilidad, y luego un congreso, que afronte el futuro de la socialdemocracia».

Y eso no se puede hacer en un mes, como pretende Sánchez, que ha situado dos fechas, el 23 de octubre para votar en unas primarias al nuevo secretario general, y los primeros días de diciembre para el congreso. Con ello, además, Sánchez ha apostado directamente por unas terceras elecciones, porque el 30 de octubre finaliza el plazo para la investidura. A partir de esa fecha, se convocarían de forma automática las terceras elecciones.

Diputados divididos

Susana Díaz aseguró este martes que está dispuesta a responsabilizarse de la dirección del PSOE, y eso implica que se podría presentar a unas primarias, o lanzar a un candidato afín. El nombre que aparece en boca de los dirigentes territoriales es Eduardo Madina, a quien, curiosamente, la propia Díaz se cargó para favorecer en su momento a Sánchez.

El rechazo a Sánchez se trasladó al grupo parlamentario, con una enorme división entre los favorables al congreso y los que lo rechazan. Díaz agitó a los diputados andaluces en el Congreso para ir contra Sánchez, pero también apoyaron sus tesis los valencianos, o los castellano-manchegos. La división se ha producido en todas las federaciones, con pocas afines a Sánchez, como el PSC en Cataluña, o el PsdG en Galicia.

También los dirigentes históricos se han posicionado. Fue relevante el mensaje de Javier Solana, una de las figuras más respetadas en el PSOE, quien en su cuenta de twitter lanzó lo siguiente: «Cuando se tome conciencia del destrozo, todos preferirán 85 diputados», en una clara advertencia para no forzar unas terceras elecciones, con la esperanza de que se llegue a algún tipo de acuerdo.

Pero ese acuerdo es ahora imposible. El grupo parlamentario dividido; la presidenta de la mayor federación, la andaluza, en contra y buscando apoyos; otros dirigentes territoriales como Ximo Puig, García-Page, Fernández Vara, o Javier Fernández en contra. Y diputados como Eduardo Madina, que compitió con Sánchez en las primarias para la secretaría general, también en contra. Los ex secretarios generales también rechazan las tesis de Sánchez, como Felipe González, Rodríguez Zapatero o Pérez Rubalcaba. Y los que se habían enfrentado a alguno de ellos, como Carme Chacón, respecto a Rubalcaba, ahora sintonizan para desafiar a Sánchez.

Convocar la ejecutiva

El objetivo, por tanto, es que el comité federal se convierta en un auténtico infierno para Sánchez. La otra posibilidad que maneja Díaz es forzar la dimisión de la ejecutiva del PSOE. Si lo hace la mitad más uno de sus miembros, eso comportaría la dimisión del propio Sánchez. Pero, ¿cuándo se convocará esa ejecutiva? Por lo menos, justo antes o justo después del comité federal.

Las fuentes consultadas aseguran que no se plantean quién debe o no a las primarias. «Lo primero es evitar ese congreso», sentencian.

Sánchez tiene vida política hasta el sábado. Luego, nadie sabe pronosticar qué sucederá. El equipo del todavía secretario general está convencido de que tiene los apoyos suficientes. Pero todos sus adversarios trabajan para que eso no suceda. Quedan tres largos días.

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