Torra amaga con retirar a los diputados soberanistas del Congreso

El presidente de la Generalitat sugiere la puesta en marcha de una asamblea de electos si el Supremo condena a los políticos independentistas

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, está decidido a que la tensión social e institucional vuelva al punto de octubre de 2017, sin duda el momento más crítico de la democracia española tras la intentona independentista en Cataluña.

Torra ya ha dicho a las claras que su objetivo es «crear un nuevo primero de octubre», es decir, un nuevo instante para propiciar la proclamación de la república de Cataluña. Y sabe cuándo va a girar la rosca de los fogones al máximo: lo hará una vez se conozca la sentencia del Tribunal Supremo sobre los dirigentes soberanistas procesados, prevista para finales de año y previsiblemente condenatoria.

Hasta entonces, es el momento de calentar el clima a fuego medio. «Personalmente, no aceptaré ninguna sentencia que no sea la absolución», advirtió Torra ayer, martes, durante la conferencia que pronunció en el Teatre Nacional de Catalunya.

Anunciado el desacato, Torra dio pistas sobre las medidas que piensa impulsar, todas ellas en la línea de poner las instituciones al límite. «Me pondré a disposición del pueblo de Cataluña a través de sus representantes legítimos en el Parlament», afirmó. Hasta ahí sus palabras podrían interpretarse como el preludio de un avance electoral, el enésimo en los últimos tiempos. Pero lo cierto es que el rumbo parece otro.

Torra reclamará «fidelidad» a los diputados soberanistas

El titular de la Generalitat planea algo más: quiere llevar la tensión a las instituciones españolas y europeas y quiere que los diputados soberanistas se ajusten a lo que él llama «el mandato del 1 de octubre». «Comunicaré mi decisión a los representantes catalanes del Congreso y del Senado de España y a los del parlamento europeo para que actúen con fidelidad al mandato del pueblo de Cataluña», dijo en un amago de emplazar a los diputados soberanistas a abandonar las mencionadas instituciones.

El guión que se intuye de estas amenazas es la puesta en marcha de lo que los independentistas llaman la «asamblea de electos». El invento institucional ya formó parte de las conversaciones que mantuvieron Junts per Catalunya, ERC y la CUP cuando buscaban un pacto de investidura.

Nadie puso tanto empeño como la CUP en la mencionada asamblea, pero no logró un compromiso firme del resto de fuerzas independentistas. Torra, siempre a las órdenes de Carles Puigdemont, no lo descarta. Y considera que es coherente con el nuevo mantra del soberanismo: el proceso constituyente.

La tensión está servida. Las consecuencias vuelven a ser imprevisibles.

Recibe nuestra newsletter diaria

O síguenos en nuestro  canal de Whatsapp