Varoufakis, un héroe griego del siglo XXI

Los perfiles, 'memes' y menciones al ministro heleno de Finanzas proliferan en una sociedad global ávida de líderes que no ha dudado en revestirle como un líder anti austeridad

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A medio camino entre un malote de película y un irresistible profesor gauche caviar, entre el caucásico europeo y el sex appeal mediterráneo; el fenómeno Yanis Varoufakis (Atenas, 1961) se ha colado desde la economía a la vida en mitad de una Europa sedienta de líderes con carisma. Una sociedad borracha de información que ha caído, rendida –bien por recelo, bien por admiración–, ante un inesperado perfil político capaz dar un puñetazo en la mesa en fluido inglés de negocios sin descuidar la sonrisa.

Seguro y preparado, «marxista libertario» y media friendly, el nuevo ministro de Hacienda griego arrasa a través de un hiper liderazgo que hace semanas que superó lo estrictamente político. En las antípodas de cualquiera de sus descafeinados homólogos europeos, tecnócrata en la Europa de la meritocracia de partidos, la imagen del ministro heleno con su sonrisa de medio lado salta de programa en programa, de titular en titular con la naturalidad flexible de un galán de cine y el amplificador viral de comunidad social.

Seguridad y fortaleza

Para el asesor de comunicación y consultor político Antoni Gutiérrez-Rubí, la clave del éxito del ministro ateniense radica en su gestión integral del mensaje. Desde las palabras a los gestos, pasando intangibles, el mensaje de Varoufakis es único. «Trasmite seguridad y fortaleza y lo hace sabiendo muy bien la importancia que eso tiene cuando eres un negociador. Sus primeras declaraciones, en mangas de camisa a cero grados centígrados, ya daban buena cuenta de su vigor físico y su claridad de ideas», apunta el consultor que llama la atención también sobre la «calculada sonrisa» del político heleno, así como la masculinidad tradicionalmente asociada a la alopecia masculina. «El calculado gesto de Varoufakis contrasta con el de Tsipras, de sonrisa abierta y más generosa. Son el poli malo y el poli bueno, el suave y el duro. Un equilibrio fundamental para sentarse a negociar», sugiere.

Varoufakis azote de austericidas, Varoufakis autor de libros, Varoufakis motero, Varoufakis dolido padre de familia. Los perfiles sobre el ministro de Finanzas griego se multiplican y, por primera vez en mucho tiempo, saltan de los medios económicos para inspirar publicaciones masivas, revistas femeninas y hasta chats del ambiente gay.

Más de 220.000 seguidores en su perfil de Twitter (@yanisvaroufakis) y un blog (yanisvaroufakis.eu) en el que se mezclan la economía y la vida hablan de un nuevo perfil político con compromiso ético y mujer artista, al que no le asusta hablar de sentimientos, que acude a las reuniones del Eurogrupo sin escolta montado en su Yamaha 1.300 cc, viaja con mochila y, como no podía ser de otra manera, desecha las corbatas.

La nueva Grecia, la Grecia eterna

«Varoufakis conecta con el imaginario helénico: virilidad olímpica y sensibilidad cultural. Es la marca de la nueva Grecia que es en el fondo la marca de la Grecia eterna, la de la belleza del cuerpo pero también de la mente», apunta el asesor.

Atractivo, bien vestido, culto y sobradamente preparado, Varoufakis no encaja con la imagen del griego despilfarrador y pedigüeño forjada en los últimos años desde los medios de la Europa austera y protestante. Doctorado por la universidad de Essex y profesor de Cambridge entre otros centros, ha vivido en Australia, Bélgica, EEUU y, por supuesto, Grecia. Un currículum cualquier cosa menos mediocre con el que pretende, no se sabe si a pulso musculado, doblegar los preceptos de la Europa de los recortes de inspiración alemana.

Gestión integral del mensaje

Revista alemana recomendando el 'estilo Varoufakis'La primera puesta de largo con el Eurogrupo marcó la diferencia. De un lado, el soniquete agresivo y monocorde del alemán Wolgang Schäuble, del otro, la energía viril de quien no está allí para defender una siglas o unos beneficios económicos. La energía de quien pone al servicio de su patria –Grecia es uno de los países más nacionalistas del sur de Europa– el producto de una cabeza bien formada.

Bautizado como el Dr Doom de Grecia o, para los más directos, Varoufucker; el nosequé del ministro griego aglutina la esperanza de la clase media europea machacada por la crisis pero también va más allá. Y es que el liderazgo viril del ministro heleno supera, incluso, la prueba del acreedor. Hace unos días una revista alemana recomendaba las prendas clave de su estilismo: Steel de stilj.

El héroe frente al villano

Varoufakis es el hombre del año en mitad de una clase política reblandecida que hace mucho que dejó de entusiasmar a las masas. No es sólo un ministro, no es sólo un profesor, es la gran esperanza burguesa de Grecia –donde las señoras le paran a besarle– y también de otras economías sacudidas por la troika.

«El relato político está cargado de mitos. Los arquetipos de héroes y villanos han sido siempre una necesidad de la sociedad a lo largo de la historia y Varoufakis cumple ese papel. No deja de ser heroico desafiar al ‘no se puede’ de la troika. Había un combate que parecía imposible y alguien lo ha planteado», explica el asesor para quien no es casual que el ministro heleno llegara a su primera reunión con el Eurogrupo sin cartera: «Muestra que no va a entregar nada pero sí a ofrecer las manos abiertas».

En una sociedad audiovisual y sedienta de líderes, Varoufakis despliega todos sus encantos y se lleva al huerto a la audiencia. En internet proliferan los memes con su foto tuneada como Superman, como V de Varufakis-Vendetta, como Heisenberg de Breaking Bad… Iconos intergeneracionales, interclasistas y globales compartidos por una sociedad desideologizada que, sin embargo, está deseando creer en alguien. Ante tal nivel de furor colectivo sólo se plantea una pregunta: ¿sería igual si fuera feo?

Economía Digital

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