CDRs: barricadas y ácido en Barcelona

Los Mossos vuelven a cargar contra los CDR, que han convocado a varios miles de personas en la confluencia de Gran Via con la calle Marina

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Cayó la noche en Cataluña y casi de forma automática volvió la violencia a las calles. En Barcelona, los autodenominados Comités de Defensa de la República (CDR) convocaron a varios miles de personas en la confluencia de la Gran Via con la calle Marina, que durante los primeros minutos de las 20.00 horas han lanzado cientos sino miles de rollos de papel de váter como protesta simbólica por todos los presuntos problemas escatológicos que acusa la ciudad condal. Después han llegado a la consellería de Interior.

Evidentemente, lo que enfada a los CDR y a sus seguidores no es según qué deposición, sino la actuación policial de las últimas dos jornadas, en las que tanto los Mossos d’Esquadra como la Policía Nacional han realizado cargas contra los manifestantes tras numerosas provocaciones, disturbios y acciones violentas contra los agentes. En un segundo plano ha quedado la libertad de los políticos catalanes presos y la sentencia condenatoria del juicio del 1-O; lo urgente para los CDR es censurar las cargas de los Mossos d’Esquadra y exigir la dimisión de Miquel Buch.

«Buch dimisión» ha sido uno de los gritos más repetidos por los manifestantes independentistas este miércoles frente al departamento de Interior, que ha sido blindado por los Mossos. Los agentes han informado de que, además de los clásicos lanzamientos de botellas, piedras y otros objetos, se han lanzado objetos con ácido que suponen riesgos para la seguridad en Barcelona. También se han quemado varios coches cerca de la Diagonal e incluso han trascendido fotografías de estaciones de las bicicletas municipales Bicing en llamas.

Ya se había advertido de más estragos desde la madrugada de este miércoles, cuando en un comunicado divulgado en las redes sociales los CDR afirmaron que los únicos actos violentos que se han vivido en las últimas dos jornadas de movilizaciones independentistas han sido obra de los agentes policiales, pese a la gran cantidad de evidencia que muestra que las provocaciones, insultos, hogueras y lanzamientos de objetos estuvieron a la orden del día, tanto el lunes en el Aeropuerto del Prat como el martes en las cercanías de la Delegación del Gobierno en Barcelona.

Tras las numerosas críticas por desmontar ellos mismos el discurso de la desobediencia no violenta, los CDR han reprochado el «falso argumento» de las agresiones y disturbios en las manifestaciones y han advertido de que esta semana ha comenzado «un camino de no retorno» hacia la «revuelta popular». «Ahora es la hora de la desobediencia civil, pero también de la desobediencia institucional», han añadido en el comunicado, antesala de los altercados que han tenido lugar por tercera noche consecutiva este miércoles en Barcelona.

Los CDR reclaman la dimisión de Buch ante la consejería de Interior

Con la conselleria de Interior, en el paseo de Sant Joan de Barcelona, blindada por agentes de los Mossos con tancas y decenas de furgonetas de antidisturbios, el caos era una cuenta atrás. Pocos minutos antes de las 21.00 horas, los policías han disparado las primeras salvas para advertir a los concentrados después de que intentasen acercarse a la zona de las vallas. El propio Buch había pronosticado más episodios de violencia esta noche, y cumplió: las cargas no se han hecho esperar y los CDR han reaccionado con más lanzamientos y agresiones a los agentes.

También han lanzado papel de váter a un helicóptero de la Policía Nacional que les ha sobrevolado, como ha estilado durante los últimos dos días.

Los Mossos, por su parte, han dado inicio nuevamente a las cargas sobre las 21.00 horas cuando miles de personas amenazaban con saltar el perímetro de seguridad, en el que había una doble línea de vallas. Los lanzamientos de lataso y botellas no han cesado. Minutos después, seis furgonetas de la Policía Nacional han llegado a la sede del departamento de Buch para apoyar a los Mossos, en el tanto los independentistas radicales no ceden en su intento de asedio del edificio.

Al mismo tiempo, el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha ofrecido una rueda de prensa sobre la situación en Cataluña, después de reunirse con los líderes de la oposición por el mismo motivo. El socialista ha condenado la violencia y ha pedido al president de la Generalitat, Quim Torra, que también la censure y no la promocione. «Es la responsalilidad de los poderes públicos garantizar la expresión de las ideas, pero no vamos a dejar que la violencia se imponga», ha afirmado Sánchez.

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