14-F: PSC y PP estrangulan a Ciudadanos

Socialistas y populares aceleran sus planes para repartirse el botín electoral de Cs a través de Salvador Illa y Lorena Roldán

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Un solo día ha bastado para propiciar un notable vuelco al escenario preelectoral en Cataluña y también para observar hasta qué punto la derrota de la pandemia —vacunas mediante— va a ser artillería pesada durante la campaña. Un solo día en que PSC y PP, de formas muy diferentes, estrangularon a Ciudadanos, descolocado y noqueado por las maniobras de socialistas y populares.

Que el ministro de Sanidad, Salvador Illa, entraba en los planes del PSC como candidato a la Generalitat en sustitución de Miquel Iceta lo avanzó Economía Digital el pasado mes de junio. El relevo guardaba toda lógica para varios dirigentes del PSC por dos motivos: uno político y otro personal.

El motivo político es que Illa había adquirido notoriedad y una interesante valoración como ministro de Sanidad en medio de la pandemia. Y el motivo personal es que Iceta estaba «cansado» de la batalla política en Cataluña. “Uno quiere irse y el otro volver”, resumían, ya en junio, voces del PSC.

Pero Iceta se guardó mucho desde el verano de precipitar sus planes y no ha tenido inconveniente en negar durante semanas que fuera a producirse un cambio de cartel, ni tampoco ha tenido problemas para afirmar que él iba a ser nuevamente el candidato a la Generalitat cuantas veces se lo preguntaran los periodistas.

Y así ha sido hasta que las cajas de las vacunas de Pfizer aterrizaron en España y hasta que el Gobierno comenzó a enganchar pegatinas con su logotipo institucional en esas mismas cajas. El remedio a la pandemia había adquirido forma de inyectable y el principio del fin podía celebrarse. Era el momento de concretar los planes urdidos durante meses.

Deje las vacunas y vaya donde quiera

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de hecho, solo había puesto una condición para desprenderse de Illa: la llegada de la vacuna a España. A partir de ahí, todo era posible y tenía su bendición.

Illa, el ministro de Sanidad que nunca ha perdido la condición de secretario de Organización del PSC en Cataluña, lleva semanas volcando horas de trabajo en la precampaña catalana.

Sin ir más lejos, pasó toda la jornada en la sede del PSC, en la calle Pallars de Barcelona, un reciente sábado. «Llegó a las 8.00 de la mañana y se marchó a las 20.30h de la noche. Comió allí», explican fuentes socialistas para reflejar hasta qué punto Illa ha mantenido sus actividades ligadas al partido. Esa maratoniana jornada se centró, nada más y nada menos, que en confeccionar listas electorales.

Volvamos a los motivos políticos del relevo. Pocos tan pesados como las encuestas. Y las encuestas eran muy claras. Iceta tenía un techo electoral no superior a 25 diputados, mientras que con Illa el PSC podía soñar con algunos más e incluso con disputar la victoria a ERC si el cajón más alto del pódium se sitúa en torno a los 30.

Iceta: «Estoy convencido de que he hecho lo mejor»

Con esos datos en la mano el líder del PSC ofrece a Illa el relevo. «Estoy convencido de que he hecho lo mejor», escribe Iceta en un whatsapp dando a entender que nadie le ha quitado del medio, sino que ha sido él quien ha orquestado la sustitución.

«Las encuestas nos dicen que nuestras expectativas mejoran, pero nuestro objetivo no son unos cuantos escaños más, nuestro objetivo debe ser ganar las elecciones», proclama Iceta ante la comisión ejecutiva del PSC durante la tarde de ayer, miércoles, justo antes de solemnizar que es la hora de Illa.

«Y es por eso que os propongo que ofrecemos a la sociedad catalana no un candidato, sino un presidente. El presidente Salvador Illa», cierra Iceta.

No se refiere, claro, a lo que revelan las encuestas que maneja el PSC. Hay dos datos cruciales: uno es que Illa es más conocido que Iceta entre el electorado de Ciudadanos, y otro es que también es mejor valorado. Estos datos fundamentan la conclusión más genérica y más rotunda: sus expectativas electorales, en definitiva, son mejores.

A ningún adversario le pasa inadvertida el objetivo del PSC: comerse a Ciudadanos, inmersa en un proceso de descomposición.

«El primer paso de la opa a Ciudadanos»

El mismo objetivo pero con estrategias diferentes persigue el PP de Cataluña, eufórico tras asestar ayer un duro golpe a Ciudadanos mediante la incorporación de Lorena Roldán a su candidatura. La que debía ser candidata de Cs a la Generalitat, la que hasta ahora era senadora y portavoz adjunta de Ciudadanos, será número 2 de Alejandro Fernández.

«Es el primer paso de la opa a Ciudadanos. Vamos a abrir las puertas del partido a todos aquellos dirigentes de Ciudadanos que quieran integrarse en el PP porque ése es nuestro proyecto, reconstruir el centro-derecha», dicen voces del PP, particularmente satisfechas de la incorporación de Roldán.

¿Vendrán más? «Ya hay gente del mundo local tocando a nuestra puerta. Estoy convencido de que sí, de que van a venir más», dicen en la sala de máquinas del PP catalán.

Y, así, en un solo día la precampaña catalana, el camino a las urnas del 14 de febrero, se ha agitado enormemente. PSC y PP avanzan con nuevo ímpetu mientras Ciudadanos debe buscar oxígeno para aliviar la insoportable sensación de estrangulamiento sufrida este miércoles.

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