Ayuso vs. Casado: La pugna por el PP de Madrid se enrarece

Génova muestra “desconcierto” ante la insistencia de la baronesa de adelantar el Congreso: “No sabemos que más quiere”, explican desde el equipo del presidente del PP.

Casado alienta una batalla de Ayuso y Almeida por el PP de Madrid. Foto: EFE

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A pesar de que en las últimas semanas se ha buscado escenificar la reconciliación entre Isabel Díaz Ayuso y Pablo Casado, la realidad es que la pugna por el control orgánico del Partido Popular en la Comunidad de Madrid, lejos de cesar, se enrarece. Las diferencias sobre el calendario de celebración del cónclave orgánico para decidir líder regional persisten y tanto el presidente del PP nacional como la presidenta de la Comunidad siguen lanzándose ‘puyas’ en público que hacen pensar que el conflicto no solo no está encauzándose, sino que está cogiendo derroteros más profundos.

Desde Génova, sede nacional del PP, destacan su “desconcierto” respecto a Ayuso. A su entender, la presidenta madrileña ya aceptó que el cónclave se celebre cuando exige el partido, es decir, a finales del primer semestre de 2022. La semana pasada, en la Junta regional del PP, dejó además clara su intención de presentar su candidatura en las urnas ante la militancia, sea contra el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, en caso de no alcanzar una lista de integración, o un tercer candidato de Casado. Después de haber aclarado la situación, a Génova le sorprende que siga habiendo muestras de hostilidad en los últimos días. «No sabemos qué más quiere», indican desde la sede nacional.

En Sol, sede del Ejecutivo madrileño, siguen sin entender el ‘enconamiento’ de la dirección general para “boicotear” la celebración de un congreso que pondría fin a una inédita interinidad en la formación madrileña, en manos de una gestora desde la dimisión de Cristina Cifuentes en 2018. Para el equipo de Ayuso, 2022 será un año de fuerte tensión política por los posibles adelantamientos electorales, y es un sinsentido mantener en ‘stand by’ el rearme orgánico del PP madrileño. Ante ello, no solo esgrimen la urgencia de celebrar el congreso, sino que temen que dilatar los tiempos solo sea una estrategia para que la dirección nacional gane más poder sobre las estructuras madrileñas: sospechan que Génova busca allanar el Congreso a su gusto, para lo que necesitaría más tiempo.

Si la lucha soterrada entre ambas direcciones lleva recrudeciéndose en los últimos días, con ‘recados’ cruzados de un lado y de otro, la jornada de ayer fue sintomática de la enfermedad que sufre el PP. Casado defendía en el Congreso su enmienda a la totalidad de los Presupuestos de Sánchez. Una intervención importante donde podría articular su oposición global al Gobierno, pero que fue sin embargo eclipsada sin piedad por la agenda del día de Ayuso, que incluía un gran despliegue en un medio nacional y la presentación de una ‘histórica’ rebaja de impuestos en la Comunidad. Sin duda una ‘coincidencia’ en las agendas, aunque no se le ha pasado por alto a Génova, y más cuando la presidenta quiso enfatizar mensajes hacia la dirección general en sendas intervenciones.

¿Qué hay detrás de estas fuertes divergencias en la celebración del congreso? Fuentes de la dirección nacional lanzan la hipótesis de que la candidatura de Ayuso podría estar “nerviosa” ante unas expectativas menguantes a la hora de recibir el apoyo de la militancia en el Congreso, y querría acelerar el proceso para evitar perder apoyos entre los militantes en favor de José Luis Martínez Almeida u otro candidato afín a Casado.

También consideran la posibilidad de que las críticas recibidas de Sol estén trascendiendo el escenario orgánico del congreso madrileño, y se esté apostando por modificar el tablero nacional, elevando la diana del secretario general, Teodoro García Egea, al presidente Pablo Casado de cara a la batalla por el liderazgo del partido, pase lo que pase, después de las elecciones nacionales en 2022 o 2023. Sea como sea, nadie puede asegurar ya, como se insistía hasta hace poco, que la amistad entre Casado, Ayuso y Almeida (quienes prácticamente iniciaron juntos la renovación del PP tras la etapa Rajoy) sea ahora inquebrantable.

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