Las 6 claves por las que la ley del ‘sólo sí es sí’ ha roto al Gobierno: qué pasa ahora

Economía Digital analiza qué cambios ha supuesto la reforma presentada por el PSOE, en qué queda el consentimiento y qué plazos hay ahora

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Es uno de los proyectos estrella de la legislatura y una bandera a la que los dos partidos que se sientan al Consejo de Ministros, PSOE y Unidas Podemos, no están dispuestos a ceder en sus planteamientos. Sin embargo, la ley del Sólo sí es sí, como se conoce popularmente a la Ley de Garantía de Libertad Sexual, llevaba meses pendiente de ser retocada ante los cientos de rebajas de penas e incluso excarcelaciones a agresores sexuales.

En negociación desde el mes de diciembre, con los ministerios de Justicia (PSOE) e Igualdad (Unidas Podemos) enfrentados, y más de una decena de borradores intercambiados, no ha sido posible llegar a un acuerdo. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dio orden de cortar la sangría de rebajas cuanto antes y, tras lanzar un ultimátum a Irene Montero, su partido ha cumplido y ha presentado una proposición de ley en el Congreso. Pero, ¿qué ha pasado? Y, sobre todo, ¿qué va a pasar?

Qué ha registrado el PSOE este lunes

El Grupo Parlamentario Socialista registró de manera telemática este lunes una proposición de ley que modifica las penas (subiendo las mínimas y algunas máximas) para todos los supuestos de agresiones sexuales cometidas con violencia o intimidación. Su intención es subir las mínimas, pero en algunos casos también lo hace con las máximas. Aunque no se toca la figura del consentimiento, el texto registrado por los socialistas implica volver en esos casos al marco de penas que había antes de que entrara en vigor la actual ley, ya que es ahí donde se estaban produciendo la mayoría de las rebajas.

Este incremento de penas se aplicará también en los casos cometidos sobre una víctima “que tenga anulada por cualquier causa su voluntad”, que con la ley anterior al solo sí es sí se consideraban abuso y tenía una pena más baja.

Qué había cambiado la ley del ‘sólo sí es así’ frente al marco anterior

La ley del sólo sí es sí había sido rupturista por fusionar dos tipos penales -abuso y agresión sexual- en uno único para poner el foco en el consentimiento. «Solo se entenderá que hay consentimiento cuando se haya manifestado libremente mediante actos que, en atención a las circunstancias del caso, expresen de manera clara la voluntad de la persona», expone el texto vigente.

Todas las conductas sexuales sin consentimiento se consideran agresiones y se castigan con diferentes penas, dependiendo de las circunstancias y los agravantes del caso. Así se conseguía que una agresión sexual no implicara necesariamente un uso de la fuerza o la obligación de que la víctima se resistiera.

Según el sólo sí es sí, toda interacción sexual sin el consentimiento de la otra persona es una agresión y se castiga con una pena de prisión de 1 a 4 años. Esto consiguió que algunas horquillas de las penas bajasen en determinadas condenas, porque el rango se ampliaba y los mínimos eran más bajos en determinados casos. Esto es lo que ha permito las 400 rebajas de penas y algunas excarcelaciones hasta ahora.

¿Qué es ahora el consentimiento?

El consentimiento, el no poner el foco en la violencia ejercida por el agresor sexual, sino en la voluntad de la víctima, fue el espíritu que movió al Gobierno a llevar a cabo esta ley tras las manifestaciones por el caso de La Manada y la lucha feminista que vino después. Podemos insiste en que los retoques que ha presentado el PSOE atacan directamente a ese corazón, y que se vuelve a un Código Penal similar al caso que juzgó la violación múltiple de Pamplona aunque no se haya alterado el delito fusionado de agresión sexual, donde antes había diferenciación entre abuso y agresión.

El PSOE alega que en su Proposición de Ley que eso no sucede. Tan sólo, insisten, se lleva a cabo un ligero ajuste en el artículo 178 del texto y, a sus ojos, eso no afecta a la esencia del delito ni a la anterior definición del consentimiento, que buscaba que fuera explícito. Ese cambio ya lo introdujo el sólo sí es sí, en busca de mayor certidumbre.

En qué no se ponen de acuerdo PSOE y Podemos

Ambas partes estaban de acuerdo en la necesidad de reformar -aunque Irene Montero defendía que lo hacía «porque se lo había pedido el presidente», no porque hubiera un agujero en la legislación. Pero el cómo es donde se ha producido el enredo. El mecanismo jurídico que permitiera llevar a cabo una subida de penas -una decisión, según la ministra de Justicia, Pilar Llop, puramente «política»-, en definitiva, el alma de la norma.

Tanto PSOE como Unidas Podemos defienden que se debía reducir el margen de interpretación de los jueces. Pero lo que han registrado los socialistas, que crea nuevos subtipos de penas que permiten volver a las horquillas anteriores a la ley, es algo «inexplicable» para Igualdad. Hasta ahora, defienden los morados, si una mujer se quedaba paralizada ante una agresión era una víctima «de segunda» porque no podía demostrar que era una agresión y a eso, sostienen, es a lo que quiere volver el PSOE con esta iniciativa. Argumentan que el plantear subtipos penales pone el foco en la intimidación y la violencia.

Cuánto tardará en aplicarse

Los socialistas quieren tramitar su proposición de ley por el trámite de urgencia, lo que acorta los plazos, para que la reforma pueda salir del Congreso camino del Senado en unas tres semanas, aunque el portavoz del PSOE, Patxi López, no ha querido avanzar fechas de una posible entrada en vigor.

Según ha explicado, se han decidido a dar este paso en solitario al comprobar que las conversaciones entre los Ministerios de Justicia e Igualdad no avanzaban, pero la propuesta registrada, que es la última planteada a los morados, «no agota las negociaciones».

Ahora se abrirá un plazo de enmiendas donde los socialistas confían en el acuerdo con los aliados de la investidura, tras escuchar a muchos portavoces abiertos a retocar lo necesario para evitar las rebajas de condenas en el futuro. Unidas Podemos ya anunciado que presentará esas enmiendas.

Por qué sí lo apoyan PP y Vox

Ambos partidos se muestran a favor de endurecer las penas a agresores sexuales. También les favorece políticamente el señalar las fallas de los proyectos legislativos del Gobierno. Así,y si cumple lo anunciado, las dos formaciones podrán apoyar la proposición de ley cuando llegue al Pleno. De este modo, no serían necesarios los votos del bloque de la izquierda.

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