Mascarillas fabricadas por presos en Cataluña acababan fuera de España

La Generalitat fuerza a una empresa que compraba las mascarillas fabricadas por presos a renunciar a su distribución en países como Italia

Las personas que hayan pasado dos semanas desde la segunda dosis de la vacuna contra el Covid-19 o la monodosis de Johnson & Johnson pueden ir sin mascarilla

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El Centro Penitenciario de Jóvenes de la Generalitat, situado en la Roca del Vallès (Barcelona), fabrica 3.000 mascarillas quirúrgicas diarias que se destinan a la sanidad pública catalana. Sin embargo, hasta hace una semana, esta producción acababa en otros mercados.

El sindicato IAC-CATAC denunció que, mientras a los funcionarios de las cárceles catalanas les faltaban mascarillas, las que se fabrican en el Centro Penitenciario de Jóvenes acababan en Italia.

Para evitar un escándalo, la Consejería de Justicia de la Generalitat, pilotada por la republicana Esther Capella, convenció hace unos días a la empresa privada que comercializa estas mascarillas para que las vendiera a la sanidad pública catalana.

Fuentes de la Generalitat confirman que esta empresa destina ahora todas las mascarillas que fabrican los presos a la sanidad catalana. Aunque no revelan su identidad, otras fuentes del sector penitenciario indican que se trata de Productos Climax. Economía Digital se puso en contacto con esta firma mediante correo electrónico sin recibir respuesta.

El Centro de Iniciativas para la Reinserción (CIRE) es una empresa pública de la Generalitat que ocupa a cerca de 4.000 reclusos de sus cárceles. Dispone de diversos talleres, como el del Centro Penitenciario de Jóvenes de la Roca del Vallès, en el que trabajan veinte jóvenes de 18 a 21 años divididos en dos turnos, de mañana y tarde. Producen a diario 3.000 mascarillas, según precisan fuentes de la Generalitat.

Empresas colaboradoras

El CIRE colabora con un centenar de empresas que le externalizan parte de su producción. De sus talleres salen diversos productos, desde piezas para el sector de la automoción a confecciones textiles. Presume de ser el primer proveedor textil de los hospitales públicos y privados catalanes. No obstante, hasta hace pocos días esos hospitales no recibían sus mascarillas, pese a ser un producto que escasea en la sanidad catalana en plena pandemia de coronavirus.

Fuentes penitenciarias precisan que las empresas colaboradoras suscriben contratos con el CIRE para el suministro de productos que luego comercializan a sus clientes.

La Consejería de Justicia de la Generalitat comunicó la semana pasada a través de Twitter que el Centro Penitenciario de jóvenes de la Roca del Vallès fabricaba mascarillas para los hospitales catalanes. Con este mensaje reaccionaron a la denuncia del sindicato IAC-CATAC, pero desencadenaron otra polémica.

En el tuit se mostraban imágenes de los presos manipulando las mascarillas sin ningún tipo de protección contra el coronavirus. No llevaban guantes, ni siquiera las mascarillas que ellos fabrican.

Las fuentes consultadas aseguran que en estos momentos todos los presos que trabajan en el taller disponen de su propio equipo de protección individual (EPI). Confirman que el taller sigue abierto, a plena producción.

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