De Echenique a Abascal: los bulos de los políticos en plena crisis

De Podemos a Vox, pasando por PSOE, PP y Cs: los dirigentes convierten internet en un festival de bulos para ganar la batalla política del coronavirus

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En internet, la realidad no es suficiente. Pese a que en los últimos meses la vida real ha superado el alcance imaginativo de la ficción, las mentiras con fines políticos siguen esparciéndose a toda velocidad en las redes sociales, sin que pueda verse el final de esta situación en el horizonte.

Pero, para que un bulo tenga recorrido, no basta con que exista. Nacen fake news a cada hora, y las que se cuelan en el debate público necesitan siempre un empujón. No son pocos los políticos dispuestos a alimentar falsedades con tal de proteger sus causas, y no es España ni mucho menos una excepción.

Cargos públicos de todos los colores han colaborado en la propagación de desinformación durante la crisis del coronavirus. Desde Pablo Echenique hasta Santiago Abascal, la pandemia ha dilatado la lista de políticos que se han sumado al tren de los bulos como mecanismo para defender aquello que promulgan en sus mitines, entrevistas e intervenciones parlamentarias.

Es lo que los expertos en psicología cognitiva conocen como “sesgo de confirmación”: la tendencia a hacerse eco de información que nos da la razón y desacreditar todo aquello que pone en jaque nuestra cosmovisión. Y es un detalle que suele pasarse por alto cuando se habla del “lado humano de la política”, dado que nadie está exento de incurrir en sesgos. Tampoco los políticos.

Estos son tan solo algunos de los ejemplos de los bulos que cargos públicos han difundido en las últimas semanas.

LEER MÁS: Los bulos políticos han estado presentes durante toda la crisis del coronavirus, aunque el Gobierno dijese que no había detectado ninguno en abril.

Una escoba para jugar al golf
 

Uno de los temas que más revuelo ha causado en las últimas semanas en las redes sociales es el de las manifestaciones que se originaron en el madrileño barrio de Salamanca.

Es un ejemplo de cómo la guerra cultural que define la modernidad encuentra en internet un altavoz para echar raíces, al ser un asunto totalmente polarizado en el que quienes apoyan presuntamente representan un hemisferio político y quienes critican en principio conforman la contraparte. Sin grises o puntos medios; todo negro o blanco.

En aras de desprestigiar las protestas, el 13 de mayo se difundió un bulo que resultó atractivo para el espacio político de la izquierda: aparentemente, uno de los manifestantes de las protestas contra el Gobierno habría golpeado una señal de tráfico con un palo de golf.

La analista de datos de redes sociales y doctora en telemática por la Universidad Carlos III, Mariluz Congosto, señaló en un hilo de Twitter lo que era evidente con mirar las imágenes durante unos segundos: no existía tal palo de golf, sino que era una escoba. Congosto explicó cómo perfiles de la izquierda con muchos seguidores facilitaron la viralización de la mentira.

Entre los difusores del bulo estaba el portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique. El también secretario de acción del partido del vicepresidente segundo Pablo Iglesias lanzó el 14 de mayo un tuit en el que acusaba a los manifestantes de «golpear señales de tráfico con palos de golf y cucharas de plata».

También el diputado del PSOE, José Zaragoza, criticó ese mismo día que los participantes en las protestas «se creen los amos con un palo de golf en las manos». A diferencia de Echenique, Zaragoza publicó el mensaje adjuntando el vídeo que muestra una escoba donde el sesgo de confirmación invita a ver un palo de golf.

Una agresión confusa
 

Santiago Abascal ya ha llevado los bulos hasta el Congreso; en abril, por ejemplo, se hizo eco en la Cámara de un informe negativo sobre la gestión del Gobierno desmentido por el CSIC. De este informe también tuiteó el expresidente de Ciudadanos, Albert Rivera.

Este pasado 21 de mayo, el líder de Vox aseguró en su perfil de Twitter que los «cachorros» de Iglesias y Echenique «agreden en la calle» a manifestantes por portar la bandera de España en las manifestaciones contra el Gobierno.

Abascal compartía entonces una noticia que tomaba testimonio de una supuesta víctima de agresiones por parte de presuntos radicales de izquierda, cuando los hechos están aún bajo investigación de la Policía y el material audiovisual difundido no deja claro quién es el agresor y quién el agredido.

Un responsable de redes de Podemos, Julián Macías Tovar, analizó los vídeos que dieron pie al bulo, que inicialmente se expandió haciendo creer que un manifestante de derechas había sido apuñalado, algo que ya ha sido desmentido por las autoridades.

Siempre teniendo en cuenta que en todas partes cuecen habas (como demuestra el primer ejemplo de bulo de este artículo), el análisis de Macías deja poco lugar a dudas de que esta situación no es tan sencilla como que un individuo con bandera de España fue agredido por rivales ideológicos vinculados a Podemos.

Los vídeos muestran cómo el supuesto agredido también fue violento y cómo existe la posibilidad de que haya sido él quién inició la bronca en primer lugar, presuntamente lanzando objetos contra personas con las que discutía en la calle. Según Macías, “la realidad» es que «un tipo sin ninguna bandera comienza una pelea, le parte la nariz a otra persona y cuando huye se tropieza solo cayendo de cabeza al suelo”.

En la noticia sobre los hechos publicada en El Mundo, compartida por Abascal, el individuo al que los manifestantes acusan de haber agredido a la persona con bandera de España dice que, en realidad, la presunta víctima “nos atacó a mi y a la persona que estaba conmigo lanzándonos una cacerola como se puede ver en el segundo 20 del vídeo”.

Y el vídeo, en efecto, confirma que hubo un lanzamiento de cacerola en el segundo 20. No obstante, ni Abascal ni los miembros de Vox que difundieron esta información manipulada han corregido sus manifestaciones sobre presuntas agresiones cometidas por «cachorros» de Podemos.

Una protesta importada
 

La exdiputada del Congreso y exlíder de UPyD, Rosa Díez, también disparó por las redes una mentira. Fue el pasado 17 de mayo, cuando lanzó un tuit que rezaba «Recibimiento de los sanitarios en un hospital de Madrid al ministro de Sanidad: de espaldas”. El tuit ha sido borrado.

El mensaje venía acompañado de un vídeo en el que se ve, en efecto, a sanitarios dando la espalda ante la llegada de un coche negro que, según la citada política, transportaba a Salvador Illa. El problema es que el vídeo fue grabado en Bélgica y nada tiene que ver con la realidad política española, por lo que Díez se vio obligada a eliminarlo en poco tiempo, explicando que era un “error”.

El vídeo lo vieron miles de personas antes de ser eliminado por Díez, y todavía sigue dando vueltas en las redes sociales puesto que muchos otros usuarios no lo han borrado.

Las matrículas de los coches que aparecen en el vídeo y los uniformes de los policías que rodean la protesta en Bélgica desmontan el argumento de la líder de UPyD y confirman que, en efecto, no existe evidencia alguna de que los sanitarios madrileños hayan levantado una protesta contra el ministro Illa dándole la espalda a su llegada a un hospital.

Unos días después, Díez también compartió el bulo de la supuesta agresión de manifestantes de izquierda a individuos con la bandera de España, haciéndose eco de un tuit que aseguraba que la presunta víctima había sido apuñalada, algo que ha sido ya desmentido.

¿Actor porno o sanitario?
 

Uno de los episodios más graciosos de la guerra sucia en internet lo protagonizó la diputada del PP de Asturias, Reyes Hernández Hurlé, que en una comisión parlamentaria a mediados de mayo trasladó su pésame a «los familiares y amigos de Alberto Sánchez, un médico joven, de 24 años, que falleció en Madrid a causa del coronavirus”.

La dirigente popular fue víctima de una broma-bulo que durante unas horas convenció a quienes querían ser convencidos de que este supuesto médico había sido otra víctima de la Covid-19 entre el gremio de las sanitarios. En realidad, “Alberto Sánchez” es un actor porno vestido de médico, y no murió.

Se trata de un meme de Jordi ENP, uno de los actores pornográficos más famosos del mundo, de origen español. Ya en otras ocasiones se ha utilizado su imagen, en clave de comedia, para hacerle parecer científico o médico, toda vez que ha actuado como si lo fuera en algunas producciones eróticas.

También el eurodiputado de Vox, Hermann Tertsch, mostró su «admiración y homenaje» a Albert Sánchez, sin percatarse de que era una broma. Más allá de las risas, este y otros episodios ya mencionados muestran que muchos políticos no se toman en serio su responsabilidad a la hora de difundir mensajes masivos, colaborando con la confusión que acusa el grueso de la sociedad.

La antes citada investigadora Mariluz Congosto, que se ha convertido en referencia en estos temas por desmontar bulos a la izquierda y la derecha, ha lanzado algunas recomendaciones a los ciudadanos (y, por extensión, a los políticos) para evitar caer en la trampa de los bulos: salir de las burbujas ideológicas, cultivar el espíritu crítico, contrastar información y no discutir con troles.

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