Díaz, CEOE y los sindicatos estallan contra Calviño y Escrivá por los ERTE

El Ejecutivo propone ahora incentivar las reincorporaciones de los trabajadores que siguen en ERTE a la plantilla para contener el gasto público.

La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, junto al ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá.

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El Gobierno de coalición ha decidido cambiar el modelo a la hora de prorrogar los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) antes de que arranque la negociación con los agentes sociales.

El Ejecutivo propone ahora incentivar las reincorporaciones de los trabajadores que siguen en ERTE a la plantilla para contener el gasto público e impedir que la deuda y el déficit sigan aumentando. Es decir que todos los empleados que sean recuperados de su suspensión de empleo tendrán una bonificación del 85% para las empresas con menos de 50 trabajadores y del 75% para el resto.

Una propuesta que, según ha podido saber Economía Digital, apoyarían el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la vicepresidenta segunda, Nadia Calviño y el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá. Sin embargo, la otra parte del Gobierno, Unidas Podemos, con su vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, apoyaría más la propuesta del diálogo social, según su entorno más cercano.

El planteamiento consiste en seguir protegiendo a los trabajadores que se encuentran en ERTE ante la incapacidad de los empresarios de salir a flote, todavía con ayudas insuficientes. Díaz todavía no ha hecho pública su postura evitando entrar en la disputa política y porque todavía no se han iniciado las negociaciones con patronal y sindicatos.

El cambio de modelo en la prórroga de los ERTE supondría el primer choque entre Calviño y Díaz tras los nombramientos como vicepresidentas. Fuentes gubernamentales explican que el objetivo del Gobierno de cara al segundo semestre del año consiste en «reactivar determinados sectores de la economía» que, por motivos de eficiencia entre otros aspectos, sirvan para estimular la economía ante las perspectivas económicas que advierten de recuperación pero sitúan a España a la cola en empleo, como el informe de primavera del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Calviño respaldó el luneslas palabras de Escrivá señalando que hay que focalizar los ERTE en la reincorporación de trabajdaores. El ministro señaló que «si el escenario central es el que pensamos, el énfasis va a estar de nuevo en los incentivos a la activación». El Ministerio de Escrivá se muestra optimista porque «las previsiones anunciadas este martes nos favorecen», con una bajada del paro y un aumento de personas cotizando.

Por ello, siguen apostando porque las exenciones para las empresas se concentrarán en bonificar la vuelta a la actividad, en línea con la estrategia implementada el pasado verano, pero no así sobre las cuotas generales de quienes continúen inmersos en los ajustes de empleo, que seguirán teniendo una bonificación inferior. Un anuncio que sigue sin convencer a patronal, sindicatos y a Unidas Podemos.

El Banco de España publicó un artículo hace unos días en el que constataba la pérdida de efectividad de los ERTE para la reinserción laboral de los trabajadores con el paso de los meses e instaba a focalizar estos mecanismos en los sectores más afectados por la crisis y vincular esta protección a la formación de trabajadores.

Desde el pasado mes de junio se empezó a incentivar la reinserción laboral por encima de la permanencia en los ERTE mediante bonificaciones que posteriormente fueron difuminándose, ante la necesidad de una mayor protección del empleo desde noviembre con motivo de la tercera ola del Covid. «Si el escenario central es el que pensamos, el énfasis va a estar de nuevo en los incentivos a la activación», afirmaba recientemente Escrivá.

El secretario de Estado de Empleo y Economía Social, Joaquín Pérez Rey, indicó este martes que se dará un tiempo “prudencial” para las negociaciones en la comisión tripartita, que se reunirá el miércoles 14 de abril, y se decidirá cuándo se reanudarán las negociaciones para abordar el nuevo modelo tras mayo. 

No obstante, aseguró que la voluntad del Gobierno, “compartida con los interlocutores sociales”, es dar continuidad a este sistema que ha sido “eficaz” mientras se precise por la crisis sanitaria. Hasta ahora ha supuesto un coste de más de 16.000 millones en prestaciones por desempleo y 7.000 millones en exoneraciones. 

El debate está servido ya que en anteriores prórrogas este asunto de las bonificaciones ya fue rechazado por sindicatos y patronal, que pidieron centrar las ayudas en las empresas que no pudieran retomar la actividad, un enfoque que también comparte Podemos.

La negativa de la patronal

Desde las principales patronales (Ceim, Cepyme y CEOE) ya han expresado su negativa al modelo propuesto por el Ejecutivo, el cual se han enterado por la prensa, recalcan.

Así apuntan que la pandemia ha dejado cerca de 740.000 trabajadores en ERTE, según los últimos datos del Ministerio, y muchos empresarios piden facilidades para poder despedir ante la incapacidad de sacar sus negocios a flote. Por ello, aseguran que «si las condiciones y la mejora económica se consolida y es real» se podría recuperar la demanda inicial antes del Covid.

La patronal solicita prorrogar este mecanismo hasta finales de año, ya que decae el próximo 31 de mayo. De hecho, el presidente de la patronal, Antonio Garamendi, ha marcado la prórroga de los ERTE como la “prioridad”, intentando otorgar mayor relevancia a la negociación de la prórroga de los ERTE, aún por iniciar, frente a la mesa de diálogo de la reforma laboral ya iniciada, con reuniones semanales. 

La semana pasada la vicepresidenta segunda, Nadia Calviño, garantizó en el Congreso que los ERTE y el resto de ayudas se prolongarían a «todo 2021» y «todo lo que fuese necesario», si bien las discrepancias a la hora de negocias previsbiblemente residirán en el tema de las bonificaciones y en la eliminación de la prohibición de despidos que reclama CEOE.

Los empresarios muestran su preocupación estos días ante un verano incierto con el plan de Sánchez anunciado, sin embargo el Gobierno se compromete a vacunar a 33 millones de españoles hasta finales de agosto y desde la patronal y algunas comunidades ya dan por perdido el verano.

Los sindicatos piden alargar los ERTE y dificultar el despido

Por su parte, fuentes sindicales señalaron a Economía Digital la coincidencia de tener que prorrogar los ERTE más allá del 31 de mayo, si bien subrayan la importancia de pensar en una fórmula similar a este mecanismo de protección para los periodos de normalidad y sobre las bonificaciones a la reinserción creen que si tiene efectos se tendría que discutir, aunque recuerdan que se ha recogido en las sucesivas prórrogas. 

Para los sindicatos lo prioritario es que la última opción que tengan las empresas sea el despido y se introduzca una restricción en la contratación temporal y de la posibilidad de despido para que sea mucho más complicado recurrir a ello. 

En cualquier caso, rechazan que se pueda permitir despedir y consideran que la intención de CEOE de eliminar la prohibición de despido “no tiene sentido”, ya que ha transcurrido suficiente tiempo desde el límite de seis meses establecido en la imposibilida de despidos a los afectados por ERTE.  

A su juicio, los empresarios quieren mezclar el debate de los ERTE, cuya negociación aún no ha comenzado, con el de la reforma laboral, cuya mesa de diálogo se ha iniciado y Díaz ha marcado la intención de abordar en un principio la subcontratación y la prevalencia del convenio sectorial sobre el de empresa. 

En su opinión, CEOE intenta postergar que se aborden asuntos como el de la subcontratación, al que se opone frontalmente, a pesar de que recuerdan que ya estaba acordado abordarlo desde el año pasado, en tiempos de la ministra Magdalena Valerio. 

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