Inglaterra vuelve al confinamiento

Boris Johnson consigue el respaldo parlamentario para el segundo confinamiento entre duras críticas de su propio partido

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Inglaterra ha entrado este jueves en su segundo confinamiento por la pandemia del coronavirus, mientras los responsables sanitarios alertan que la presión hospitalaria superará en dos semanas el pico de la primera ola. Boris Johnson consiguió este miércoles el respaldo parlamentario para poner en marcha la medida, pero afrontó duras críticas de su propio partido por su gestión de la emergencia.

Está previsto que el segundo confinamiento dure poco menos de un mes (cuatro semanas) y acabe el próximo 2 de diciembre. Se ha puesto en vigor coincidiendo con las peores cifras de muertes por la Covid-19 desde el pasado mayo, por lo que desde luego la aspiración es que las restricciones ayuden a aliviar la preocupante situación epidemiológica en todo Reino Unido, donde en las últimas horas se han registrado unas 500 muertes.

Gales, por su parte, ya decretó un confinamiento que se extenderá como mínimo hasta mediados de noviembre, mientras que Escocia e Irlanda del Norte han puesto en marcha una serie de restricciones sin llegar aún al encierro total de la población. En Inglaterra, el confinamiento supone el cierre de todos los comercios de productos no esenciales, aunque las escuelas y las universidades permanecerán abiertas.

Johnson: «Me duele pedir estas restricciones»

La estrategia del primer ministro Johnson contra el coronavirus fue objeto de un debate este miércoles en el Parlamento británico, con veteranos conservadores de su propio partido como Theresa May e Iain Duncan Smith criticando su manejo de la situación. Pese a las críticas, el confinamiento de Inglaterra y otras medidas votadas ayer contaron con el apoyo de 516 parlamentarios y el voto en contra de 38, 34 de ellos conservadores.

May, que se abstuvo, dijo que no había datos para justificar las restricciones y señaló que una serie de confinamientos causarán «daños irreperables» a la economía y tendrán un «impacto significativo en las vidas» de los ingleses. Además, sugirió que la estretegia de confinamientos selectivos, como en la ciudad de Liverpool, podría tener mejores consecuencias que el encierro generalizado de la población, indiferentemente de su lugar de residencia.

No obstante, los científicos y expertos que asesoran al Gobierno británico creen que la velocidad de transmisión del coronavirus sigue por encima de 1 (un contagiado puede infectar a más de una persona) en muchas partes del país. Así las cosas, aunque la pandemia se haya relajado en Liverpool y otras regiones con restricciones localizadas, sus caídas no son suficientes para evitar una segunda ola prolongada y un exceso de la mortalidad.

Johnson prometió que el confinamiento terminará el 2 de diciembre y pidió a los parlamentarios dejar las diferencias de lado. «Es correcto que los miembros de todos los lados de la Cámara tengan las dudas que se han expresado, que busquen respuestas mías y me proporcionen un escrutinio, pero aunque me duele pedir tales restricciones a la vida, la libertad y los negocios, no tengo duda de que son el mejor camino y el más seguro para nuestro país».

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