La escasez de suministros frena la renovación del contrato de la UE con Astrazeneca

El comisario europeo de vacunas, Thierry Breton, niega que la suspensión de los contratos se deba a razones sanitarias por la aparición de trombos

comisario europeo de Mercado Interior, Thierry Breton, muestra un envase de vacuna vacio, durante su comparecencia ante los medios. EFE

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La Unión Europea ha decidido no renovar por ahora el contrato de suministro de vacunas que mantiene con la farmacéutica británica Astrazeneca. Los negociadores del bloque comunitario han tratado de desligar esta decisión de la polémica suscitada por la aparición de trombos en la sangre como uno de los efectos secundarios poco frecuentes. Se escudan en los problemas de escasez de suministros de la compañía para no confiar en ella en las siguientes remesas de fármacos.

El contrato con los desarrolladores británicos vence el próximo 30 de junio, sin que se hayan podido alcanzar las cifras pactadas por las dos partes. Astrazeneca se comprometió a enviar 120 millones de unidades para repartir entre los 27 países miembro antes de marzo, pero apenas pudo completar los primeros 30. Aunque después han elevado su capacidad de fabricación, en el siguiente trimestre alcanzarán 70 millones, cuando su compromiso era de otros 180.

El comisario europeo encargado del suministro de vacunas, Thierry Breton, ha criticado con fuerza estos retrasos que han alterado por completo los planes de inmunización en el viejo continente y que provocarán que la Unión Europea no vuelva a confiar en los fabricantes de Reino Unido. «Somos pragmáticos. Mi prioridad como jefe de vacunas es que aquellos con los que contratamos entreguen exactamente a tiempo o más», ha justificado en una entrevista en la televisión francesa BFM.

A pesar de su negativa, el bloque comunitario no ha cerrado la puerta de forma permanente a un nuevo acuerdo con Astrazeneca, aunque en todo caso las condiciones tendrían que fijarse de forma mucho más explícita para impedir un nuevo incumplimiento. «Nada es definitivo y seguiremos negociando», ha dejado en el aire Breton.

Los retrasos de Astrazeneca ya provocaron la primera crisis institucional entre la Unión Europea y Reino Unido, que sí que continúo recibiendo un número importante de vacunas para mantener su campaña de inmunización. El bloque comunitario llegó incluso a activar un nuevo protocolo para tener control sobre las exportaciones de este tipo de productos sanitarios y evitar que otros países se beneficien de la fabricación en territorio europeo. Países como Italia han amenazado incluso con acudir a los tribunales.

La UE niega que la suspensión de los contratos se deba a los trombos

El comisario europeo de vacunas ha negado que la decisión de no renovar los contratos con Astrazeneca esté vinculada con la detección de los trombos sanguíneos como uno de los efectos secundarios poco frecuentes de la vacuna. De hecho, las dosis todavía se están administrando en algunos sectores de edad en todos los países miembro. «Esto no es por razones epidemiológicas o médicas. Cuando nos fijamos en los datos, los beneficios de la vacuna AstraZeneca superan abrumadoramente la enfermedad», ha argumentado.

Una enfermera administra la vacuna de Astrazeneca en León, el 24 de marzo de 2021 | EFE/JC
Una enfermera administra la vacuna de Astrazeneca en León, el 24 de marzo de 2021 | EFE/JC

La Unión Europea no solo ha acordado no renovar el compromiso con Astrazeneca, sino que tampoco lo hará con el resto de prototipos que han provocado la aparición de este raro efecto secundario en la sangre, como el de la compañía Johnson & Johnson que ha tenido que suspender temporalmente sus planes en el viejo continente, después de que Estados Unidos haya iniciado una investigación para determinar la seguridad del fármaco.

Medios italianos como La Stampa apuntaron a que la razón de esta suspensión radicaba en la voluntad de no meter en circulación en el mercado europeo más vacunas que recurriesen a la tecnología de los «vectores virales» para generar una respuesta inmune en el organismo. Una posición que ahora niega el comisario encargado de las vacunas.

En todo caso, las vacunas que sí que continuarán en marcha en el viejo continente son las de Pfizer y Moderna, las dos que se han basado en una tecnología ARN mensajero para generar una protección contra la Covid-19 y que no han reportado este tipo de efectos secundarios de carácter mortal. De hecho, Pfizer incluso se ha comprometido a adelantar una parte de la partida prevista para finales de 2021 con el objetivo de paliar los retrasos de Johnson & Johnson.

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