Sánchez aparca indefinidamente las reuniones de ‘maitines’ con su núcleo duro

Iglesias mantendrá el contacto directo con Sánchez y Díaz también hablará con el presidente. La vicepresidenta tercera tendrá que rendir cuentas ante Iglesias y las confluencias en una reunión semanal.

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El PSOE no tiene previsto por ahora retomar las reuniones de coordinación semanales que celebraba con Pablo Iglesias y su entorno más cercano. La salida del líder de Unidas Podemos del Gobierno da pie a configurar una nueva manera de interlocución en la coalición. «Abrimos un nuevo ciclo», anuncian desde el Ejecutivo.

Fuentes socialistas en el Gobierno confirman a Economía digital que «por ahora» no se retomarán las tradicionales reuniones de los lunes, denominada de «maitines», donde figuraban el núcleo duro del Ejecutivo con Sánchez e Iglesias a la cabeza seguidos de Iván Redondo, Carmen Calvo, José Luis Ábalos, Adriana Lastra, Miguel Ángel Oliver y María Jesús Montero, por parte del PSOE y Pablo Echenique, Irene Montero, Julio Rodríguez y Juanma del Olmo por la parte de Podemos.

En estos cónclaves convocados cada lunes se pactaban hasta los desacuerdos. La línea política a seguir por las dos formaciones, también de cara a los medios. Aunque luego, cada líder hiciera más o menos caso. Pero el consenso comunicativo duró hasta el 24 de noviembre, última reunión de maitines.

Fuentes socialistas achacan a Podemos el «normalizar el conflicto» y airear, en muchas ocasiones, lo que se dice en confianza para que saltase el malestar entre ministros socialistas con las declaraciones de Iglesias a la prensa. De ahí que Sánchez pasase de estos encuentros a comidas informales solo con Iglesias todos los jueves en La Moncloa, como ya desveló ED.

Estos encuentros también se cortaron meses antes que Iglesias dejase el Gobierno, confirman fuentes conocedoras. Sánchez decidió trasladar esas reuniones junto a su núcleo duro en Ferraz, sin la presencia de los morados.

La tensión se hizo irrespirable y había momentos en que se juntaban varios frentes por arreglar entre las dos formaciones que conforman el Ejecutivo. Con la salida de Iglesias se abre un nuevo tiempo para la coalición.

Sánchez e Iglesias seguirán conversando

Fuentes del Ejecutivo confirman que Sánchez e Iglesias seguirán manteniendo contacto directo, porque así lo han pactado ambos. Pero esto no quita para que Yolanda Díaz sea el enlace de Sánchez en el Gobierno por la parte de Unidas Podemos. Las dos relaciones están por configurar.

Los morados han previsto una bicefalia, de manera que Iglesias se encargue más del partido y Díaz sea su portavoz en el Ejecutivo. Los socialistas temen, desde este aspecto, el papel que tomará a partir de ahora Pablo Iglesias. Con el líder morado fuera del control de Moncloa, podrá ejercer de contrapeso y sus declaraciones podría poner contra la cuerdas la acción del Gobierno. «Esperemos que no sea así», responde un socialista.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, lograrían mayoría si se repiten las elecciones en noviembre. Foto: EFE/Archivo

Iglesias pretende así diferenciar la acción de Gobierno de la acción de su partido. Volver a la calle y recuperar el terreno perdido que, según un crítico de Podemos, el PSOE ha recogido de los morados.

La nueva vicepresidenta tercera tiene que moldear a partir de ahora la forma en que ejercerá su liderazgo y no descuidar al mismo tiempo la cartera de Trabajo. Fuentes de toda solvencia aseguran que Díaz «ha pedido tiempo» para acomodarse a la Vicepresidencia Tercera y desde el equipo de Sánchez asegurar que le van a dar «todas las facilidades».

Díaz rendirá cuentas ante Iglesias

Como novedad, la vicepresidenta también tendrá que rendir cuentas ante los suyos. Así, las reuniones del espacio confederal, donde se agrupan todas las confluencias de Podemos, se celebrarán cada semana para no perder el ‘hilo comunicacional entre partido y Gobierno.

Por tanto, Díaz también tendrá que rendir cuentas ante los suyos y, en especial, ante Pablo Iglesias. A partir de ahora, Iglesias llevará el peso del partido y nombres como Irene Montero, ministra de Igualdad, Nacho Álvarez, secretario de Estado de Derechos Sociales, o Enrique Santiago, nuevo secretario de Estado para la Agenda 2030 y líder del Partido Comunista ostentarán el peso de la cuota morada en el Ejecutivo.

La portavoz de Unidas Podemos, Irene Montero, y la diputada Yolanda Díaz en un encuentro en Vigo el 13 de marzo. Foto: EFE/SS

Las dudas sobre una figura clave para Iglesias siguen sin aclararse por el momento a la espera de las elecciones en Madrid. Juanma del Olmo, hasta este martes director de Comunicación y Estrategia de Iglesias en Moncloa se quedará en el Ejecutivo hasta determinar qué funciones realiza y a la espera de que se celebren los comicios en la Comunidad el próximo 4 de mayo.

La figura de Del Olmo también ha sido importante para engrasar la comunicación en Moncloa. Cuando Sánchez e Iglesias dejaron de hablar, fueron numerosas las llamadas entre Del Olmo y Redondo para coordinar asuntos clave dentro del Gobierno, como las negociaciones fallidas del Consejo General del Poder Judicial con el PP.

Tanto PSOE como Unidas Podemos no niegan que las tensiones se van a ir sucediendo. «Somos dos partidos que provienen de culturas políticas distintas», recuerdan hasta la saciedad.

De ahí que siempre quede la Comisión de Seguimiento del Pacto de Coalición en último extremo para limar las diferencias que puedan ir surgiendo. Esperemos que la Ley de Vivienda no tenga que pasar por esos extremos ya que, de momento, se retrasa su aprobación, anunciada para marzo, por las diferencias entre socialistas y morados.

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