Sánchez despelleja a Iglesias porque sólo quiere ser vicepresidente

El presidente del Gobierno en funciones señala a Pablo Iglesias como "el principal escollo" para cerrar un acuerdo de gobierno con Podemos

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Pedro Sánchez ha asumido que su investidura como presidente del Gobierno no saldrá adelante la próxima semana y este jueves se ha dedicado de lleno a la tarea de señalar al gran responsable. Y no es otro, a su entender, que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, a quien acusa de ser «el principal escollo» para cerrar un acuerdo de gobierno.

Según Sánchez, el de Unidas Podemos aspira de forma irrenunciable a ser vicepresidente del Gobierno. Y el líder del PSOE no está dispuesto a asumir ese precio. «No puedo tener a un vicepresidente que hable de presos políticos», sentenció el presidente en funciones este jueves en una entrevista en La Sexta. Y añadió: «Yo necesito un vicepresidente que defienda la democracia española».

El presidente del Gobierno en funciones rompe abandona el personaje de moderación y presión colateral con la que ha afrontado las negociaciones de su investidura y apuesta ahora por atacar directamente a Iglesias, quizá con miras a un segundo debate de investidura en septiembre o incluso a una repetición electoral en noviembre.

Lo hizo unas horas antes de que se conociera el resultado de la consulta de Iglesias a su militancia, y apenas minutos después de desvelar todos los cargos que exigió el líder de la formación morada en las negociaciones, que van desde una vicepresidencia «social» hasta los ministerios de Hacienda, Trabajo y Seguridad Social.

Iglesias arrasa con su consulta para presionar a Sánchez

Iglesias dejó la investidura de Sánchez en manos de las bases de Podemos, y los inscritos tomaron una decisión contundente. El 70% votaron a favor de un gobierno de coalición «integral» con el PSOE, «sin vetos»; es decir, rechazaron el Ejecutivo «monocolor» que propone el presidente del Gobierno en funciones y optaron por la opción que impulsa Iglesias.

En la consulta de la formación morada hubo 138.488 votos emitidos. La opción que descartaron las bases de Podemos fue la de apoyar, ya sea mediante un voto a favor o una abstención, un gobierno de Sánchez en solitario. Los inscritos se ponen de esta manera del lado de Iglesias, que desde un primer momento defendió una coalición para gobernar España en la que hubiera ministros de su partido, incluido él mismo.

Sánchez: un Gobierno con Iglesias «no funcionaría»

En el más de un año que tienen de ser socios de Gobierno, no se ha visto antes a Sánchez ser tan duro con Iglesias. En la entrevista de La Sexta, el presidente socialista dijo que si Iglesias estuviera en el Ejecutivo, el mismo «no funcionaría» y «estaría paralizado por las propias contradicciones internas de ese gobierno».

En aras de negar que hay presiones económicas para alejar a Iglesias de la Moncloa, y de seguir atacando al secretario general de Podemos, Sánchez dio a entender que su principal desacuerdo es con respecto a las declaraciones sobre «presos políticos» del dirigente morado, preguntándose si sus palabras significan que en España «se persigue a las personas por sus ideas políticas».

«No me puedo permitir el lujo de tener a un vicepresidente del Gobierno, con una divergencia muy seria en un área fundamental», añadió, previendo que en la próxima administración previsiblemente tocará enfrentarse a un nuevo desafío del independentista, amén de los planes anunciados por el Govern de Quim Torra para después de la sentencia del 1-O.

Iglesias debería «dar un paso atrás»

En resumen, «no se dan las condiciones para que Iglesias forme parte de este Gobierno», según Sánchez, que busca un vicepresidente «que diga que este país es un Estado democrático y de Derecho, que el Poder Judicial es independiente del Ejecutivo».

Sánchez dice que igualmente seguirá en conversaciones con Podemos, PP y Ciudadanos antes de la investidura, y todavía guarda alguna esperanza de que Iglesias le apoye en la votación, porque «me parece tan duro que vaya a votar no con la ultraderecha».

En vista de que son «dos líderes de dos partidos políticos», que divergen «tanto en temas tan esenciales para nuestro país, como es la cuestión catalana», Sánchez cree que «lo mejor que podría hacer» Iglesias es «dar un paso atrás».

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