Sánchez se alía con Scholz para ganar peso en la reforma sobre las reglas fiscales de la UE

Moncloa busca posicionar a España como 'cabeza política' en la toma de las grandes decisiones en Bruselas para revalidar a Pedro Sánchez de cara a las elecciones generales

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (d), junto al canciller alemán, Olaf Scholz (c), a su llegada a la rueda de prensa posterior a su reunión en el Palacio de la Moncloa, este lunes, para reforzar su sintonía en la defensa de las políticas socialdemócratas que creen que debe aplicar la Unión Europea para recuperarse tras la crisis provocada por la covid-19. EFE/ Mariscal

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez junto al canciller alemán, Olaf Scholz, a su llegada La Moncloa. Foto: EFE/ Mariscal

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El recién elegido canciller federal de Alemania, Olaf Scholz, ha elegido visitar este lunes España dentro de su primera ronda de encuentros por todos los países de la Unión Europea. Sánchez aprovecha su amistad con el nuevo líder socialdemócrata alemán para ganar peso en el gran debate sobre la reforma de las reglas fiscales en el seno de la UE que, en parte, coincidirá con la presidencia española. La estrategia de Moncloa busca posicionar a España como ‘cabeza política’ en la toma de las grandes decisiones en Bruselas para encumbrar a Pedro Sánchez de cara a las próximas elecciones generales.

Scholz y Pedro Sánchez se conocen desde hace tiempo, de los congresos socialdemócratas europeos y de las reuniones con los 27 en Bruselas. «Son buenos amigos», apostillan desde Moncloa. El presidente del Gobierno ha utilizado este enlace para unir su suerte y la de España a Alemania.

Lejos de posicionarse al lado de sus aliados naturales, Francia e Italia, Sánchez dejó claro este lunes que coincide con Alemania en la reforma sobre las reglas fiscales de la UE, el próximo ‘melón’ europeo que ha comenzado a abrirse. «Coincidimos (en la opinión) que las reglas fiscales son demasiado complejas y difícilmente cumplibles», dijo el jefe del Ejecutivo en una rueda de prensa conjunta celebrada en Moncloa.

Scholz asintió pese a los distintos postulados de los liberales presentes en su coalición y al frente del Ministerio de Finanzas alemán con el liberal Christian Lindner. Sin embargo, el líder socialdemócrata marca una postura diferente a la de Sánchez en cuanto a la estabilidad presupuestaria.

Sánchez trabaja para que Scholz se imponga a sus socios en Bruselas

Según ha podido saber Economía Digital, desde el Gobierno español se trabaja para que el canciller alemán «reblandezca» la postura de sus nuevos socios de gobierno respecto a este asunto en Bruselas, como ya hizo su partido al apostar por la deuda comunitaria para lanzar el fondo de recuperación y que los Estados miembro puedan financiar la salida de la crisis económica provocada por la pandemia.

Una de las decisiones clave de Europa en esta crisis fue suspender temporalmente las reglas fiscales para que los países pudieran gastar más. España y Alemania coinciden en que hay que reformar esas normas para adaptarlas a la Europa postpandemia, pero ambos líderes socialdemócratas chocan en los tiempos. El canciller alemán pide hacerlo «cuanto antes», mientras Sánchez apuesta por realizar un debate integrador «sin crear bloques» para abordar la sostenibilidad financiera «a medio plazo» de los países más endeudados.

El Pacto de Estabilidad y Crecimiento, las reglas fiscales que controlan el déficit y la deuda de los países, necesita mejoras. El compromiso de los países a mantener un déficit anual del 3% del PIB y que la deuda de los Estados esté por debajo del 60% no se puede cumplir en la Europa postpandemia, según la postura del Gobierno y otros Estados miembro.

A raíz de este postulado surgen en Bruselas dos corrientes: los que reconocen que las reglas fiscales deben adaptarse, pero dentro del marco actual, y los que exigen una revisión completa, incluyendo la sustitución de los objetivos numéricos incorporados en los tratados europeos.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto al canciller alemán, Olaf Scholz, durante la rueda de prensa en Moncloa. Foto: EFE/ Mariscal

La vuelta inmediata a las reglas del Pacto Fiscal podría ser perjudicial para la eurozona al requerir un ajuste fiscal muy abrupto y «difícilmente cumplible», según Sánchez, a la par que una revisión completa parece complicada, al necesitar la unanimidad de los Estados miembros. Así las cosas, gana enteros la opción de una reforma dentro del marco actual.

A esto se suma que para algunos países, la revisión del Pacto, o más bien de los paquetes legislativos que lo articulan, debe incorporar sendas de reducción de la deuda menos draconianas y dejar más hueco a las inversiones verdes, tal y como reclama España.

Mientras que para otros Estados miembro, es necesario terminar con las numerosas excepciones que han agujereado su cumplimiento a rajatabla. Aquí entraría el ‘tirón de orejas’ a España para que cumpla con su trabajo individualmente y lleve a cabo las reformas estructurales necesarias que aseguren la sostenibilidad de sus finanzas públicas.

Sánchez y Scholz también coincidieron en rechazar la posibilidad planteada por la Comisión Europea para considerar la energía nuclear como energía limpia, tal y como reclama Francia. Sin embargo, Alemania se ha distanciado de la propuesta española al adoptar medidas conjuntas en los mercados del gas y la electricidad en la UE ante el encarecimiento de los precios energéticos.

La estrategia de Moncloa pasa por aprovechar la amistad de Sánchez con el recién elegido canciller federal de Alemania para marcar el paso planteando a los 27 la relajación de las reglas fiscales, así como que los 70.000 millones de euros en créditos, que el Ejecutivo no ha solicitado todavía de los fondos europeos no cuenten como deuda en las reglas fiscales comunes.

Hasta el momento, Sánchez solo ha solicitado las transferencias correspondientes al primer tramo del Plan de Recuperación, dejando los créditos para el próximo gobierno que llegue a La Moncloa tras las elecciones generales que, como muy tarde, deberán celebrarse dentro de dos años. La ‘patata caliente’ estará en manos del próximo presidente y si volviera a ser Sánchez, se estaría encargando ahora de ganar peso para ser creíble y que Bruselas siga abriendo la mano con España.

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