Sánchez se sentará «pronto» con Iglesias para ser presidente en un mes

El Gobierno de Sánchez pretende retomar el diálogo "pronto" y busca que Iglesias dé su 'sí' al documento de propuestas del PSOE

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Pedro Sánchez ya ha diseñado el relato que transmitirá en el caso de que Pablo Iglesias vuelva a rechazar las ofertas del PSOE para la investidura y, por ende, vote en contra de la misma. El líder de Unidas Podemos pasaría a ser, inmediatamente, el político que cerró el paso por segunda vez a un presidente de izquierdas, según advirtió este lunes la vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo.

En declaraciones durante una entrevista con la cadena Ser, la ministra de Presidencia, sin embargo, afirmó que el objetivo de los socialistas es reunirse «pronto» con el partido morado y a ser posible este mes de agosto, dado que la agenda de Sánchez prevé que sea investido presidente antes del 23 de septiembre, fecha límite para pactar la investidura o, en su defecto, convocar nuevos comicios en noviembre.

Si bien Sánchez había decidido dar largas a su reunión con Iglesias y prácticamente dio por perdido el mes de agosto con el dirigente morado, ya desde la semana anterior el Gobierno en funciones dio señales de querer apurar el encuentro, al afirmar la ministra de Economía, Nadia Calviño, que el presidente del Ejecutivo quería sellar «lo antes posible» un acuerdo con Unidas Podemos.

El tono de Calvo ha sido diferente al de Calviño. Comparten la necesidad de urgir una reunión con Iglesias, pero la vicepresidenta también afeó al «socio preferente» del Gobierno su «personalismo» en las negociaciones hasta ahora. «Si las cosas no cambian, el señor Iglesias va a tener un espacio en la política española cerrando el paso, por segunda vez desde la izquierda, a un presidente socialista», dijo.

Sánchez quiere que Iglesias firme su documento

Antes de irse a sus vacaciones, Sánchez mantuvo una ronda de contactos con agentes sociales en aras de presionar a Podemos. A raíz de estos encuentros, el PSOE elaboró un documento para debatir con Iglesias, que recoge propuestas de la sociedad civil y el sector económico, que complementa con las recomendaciones de sectores como el económico, el sindical, el cultural, el feminista y el científico.

Este lunes, Calvo afirmó que el programa del PSOE está «mejorado» con estas aportaciones y las de Unidas Podemos, pero insistió en que para Sánchez lo primero es el «programa, objetivos leyes y cronograma de trabajo y luego las áreas de gestión y los nombres», asuntos en lo que «no fue posible» llegar a un acuerdo con la formación de Iglesias «en todo el mes de junio».

Y es que, insistió Calvo, para el PSOE el «personalismo» de Iglesias tiene «una dosis muy aquilatada», «y eso nos importa mucho más». Y también admitió que al PSOE y a Podemos les separan «muchas cosas» en políticas de Estado. «Nos separan muchas cosas, en las políticas de Estado con Unidas Podemos tenemos discrepancias importantes», afirmó.

Para ilustrar la brecha entre los partidos de izquierdas, la vicepresidenta en funciones se remitió a la crisis del Open Arms de los últimos días, que a su juicio de haber sucedido en el contexto de un gobierno de PSOE y Podemos habría generado muchas «tensiones» debido a las diferentes formas de afrontar estos problemas según qué formación.

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