Torra redobla la propaganda para camuflar la parálisis

Sin mayoría en el Parlament y con problemas para cuadrar las cuentas, el govern, JpC y ERC tratan de focalizar todo el debate político en los presos

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«No podemos simular que vivimos en una situación normal. Hay represaliados, exiliados y presos políticos, a quienes el estado pide más de 200 años de prisión. Por eso, yo acuso al Estado español de mentir, de vulnerar derechos fundamentales y de criminalizar el independentismo. Exigimos el archivo de la causa y la libertad de todos los represaliados. No nos rendiremos». 

Esa letanía la repitieron este miércoles al principio de cada una de sus intervenciones en el pleno del Parlament tanto los diputados de Junts per Catatalunya como los miembros del gobierno de la Generalitat de esa formación política.

Y la previsión es seguir haciéndolo a lo largo de todo el pleno de esta semana, que se alargará hasta el viernes y que arrancó con una intervención del presidente Quim Torra centrada en reiterar el rechazo ya anunciado a los presupuestos generales del estado y cargar contra la fiscalía, la abogacía del estado, el Gobierno y la judicatura.

Rearme propagandístico

La comparecencia, de apenas 10 minutos y sin más novedad que la de pedir la dimisión del presidente del Tribunal Supremo (TS) y el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Carlos Lesmes, la solicitó Torra cuando no faltaban ni 24 horas antes del inicio del pleno.

Es decir, el mismo martes en que el Supremo cambió su doctrina sobre los impuestos de las hipotecas y en que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) dictaminó que la Audiencia Nacional (AN) no fue imparcial en una de las sentencias condenatorias contra el exportavoz de EH Bildu Arnaldo Otegi.

Se trata de dos asuntos que al independentismo le vienen al pelo como pruebas de cargo en la virtual causa general contra la justicia española en la que pretende convertir el juicio del 1-O.

Las dos noticias, además, no podían ser más oportunas para el gobierno de Torra y las formaciones que lo integran, JpC y ERC. No solo porque se producían apenas cinco días después de la presentación de los escritos de acusación contra los líderes independentistas procesados por el TS, y de la subsiguiente inflamación retórica, anuncio de portazo a las cuentas de Sánchez incluido.

También porque contribuyen al rearme propagandístico al que independentismo se ha entregado para tratar de disimular tanto sus evidentes diferencias internas como su parálisis ejecutiva y legislativa, todo cada vez más flagrante.

El gobierno de Torra, sin actividad

No en vano, tras la reunión del consejo ejecutivo que también tocaba el martes, la portavoz de la Generalitat, Elsa Artadi, apenas anunció la puesta en marcha de tres procesos de consultas previa a la elaboración de sendos decretos: uno para regular la gestión del ruido ambiental, otro para regular las escuelas de música y danza y el tercero, para crear un nuevo registro para mejorar las políticas de conservación del medio natural.

No es de extrañar, dado el escaso relieve de lo que había que discutir, que la reunión de los consellers fuese corta: arrancó a las ocho y media de la mañana y una hora más tarde, la plana mayor del ejecutivo, con Torra a la cabeza, ya estaba a las puertas del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) escenificando su apoyo al conseller de Interior, Miquel Buch, y la alcaldesa de Vilanova, Neus Lloveras, que declaraban como investigados también en relación a los preparativos del referéndum ilegal del 1-O.

La parálisis también se evidencia en el ritmo al que el ejecutivo de Torra prepara sus presupuestos

La parálisis también se evidencia en el ritmo al que el ejecutivo de Torra prepara sus presupuestos, hasta el punto de que Artadi ya admitió el mismo martes que habrá que prorrogar los actuales al menos temporalmente, porque ya no habrá tiempo de tramitarlos antes de fin de año.

Admiten fuentes del Govern que ni siquiera han presentado aún números firmes a Catalunya en Comú, con los que Torra prioriza la negociación de las cuentas, porque el ejecutivo todavía no ha cerrado el capítulo de gastos, pendiente aún de «flecos», limitado por el techo fijado para el año que viene, del 2,7% y fruto de tensiones entre consellerias, añaden las mismas fuentes.

El escaso margen de maniobra económico del Govern ya obligó en octubre al vicepresidente económico, Pere Aragonès, a cerrar el grifo del gasto a las conselleries hasta final de año —con lo que hay partidas que se desplazan a 2019, dificultando aún más la cuadratura del círculo presupuestario—.

Y se ha manifestado también en los últimos días en el anuncio de la dilación en el retorno de las pagas extras pendientes de 2013 y 2014 a los funcionarios, que ahora la Generalitat propone retornar de forma escalonada hasta 2026, pese a que en octubre el Parlament acordó que lo hiciera entre 2018 y 2020.

Encontronazo entre Torra e Iceta

Ese episodio, de hecho, provocó este miércoles el encontronazo más abrupto en el pleno, entre Torra y Miquel Iceta. Cuando el líder del PSC inquirió al president sobre los motivos de ese incumplimiento del acuerdo parlamentario sobre las pagas, Torra le replicó que se lo preguntara a la ministra de Política Territorial y Función Pública, Meritxell Batet, en referencia, aclararía más tarde, a que el impedimento para activar ese pago es también el techo de gasto. 

«Por desgracia, el Estatut no permite que pongamos de president a alguien que no sea miembro del Parlament, porque si no le diría que cediese su puesto a la ministra Batet y todos saldríamos ganando», replicó Iceta.

El pique fue a más en la última réplica de Torra, que optó por voler a desviar el debate al terreno de la denuncia de la «represión» y, en esa línea argumental, acusó a Iceta de ir «chorreando cinismo» por el Parlament y reprochó a los socialistas haber perdido «una oportunidad para humanizarse, para volver al camino de una cierta humanidad» tras haber avalado la aplicación del artículo 155. «¿Qué han hecho ustedes desde que nuestros presos políticos están en la cárcel? ¿Qué han hecho? Esa es la pregunta», les espetó. 

 La CUP anunció, como ya hizo el PP, que tampoco asistirá a la mesa de partidos

Quién, por más retórica y gesticulación republicanista a la que se entreguen los partidos del Govern, sigue sin comprarles el cuento, es la CUP, que anunció, como ya hizo el PP, que tampoco asistirá a la mesa de partidos para el diálogo en Cataluña propuesta por Iceta en julio y que Torra, ahora tan enfadado con el líder del PSC, ha anunciado que se constituirá el viernes de la semana que viene. 

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