Torrent arropa a Forcadell: «No podía hacer otra cosa»

El presidente del Parlament dice que las leyes de desconexión y la declaración de independencia solo buscaban forzar una negociación

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El presidente del Parlament, Roger Torrent, arropó este lunes a su antecesora, Carme Forcadell, procesada en el Tribunal Supremo por sedición y rebelión, y afirmó durante su declaración como testigo en el juicio del procés que si hubiera estado en el lugar de la acusada, habría actuado igual que ella y también habría permitido la tramitación de las leyes de desconexión y de la declaración independentista del 27 de octubre de 2017 pese a las advertencias en sentido contrario del Tribunal Constitucional y de los propios servicios jurídicos de la cámara catalana. 

Torrent, de todos modos, admitió, como ya hicieron la propia Forcadell, el exconseller Joaquim Forn y otros acusados, la naturaleza simulada de la declaración de independencia, al remarcar, a preguntas de la fiscalía, que formaba parte de la parte declarativa, la que no se vota, de dos resoluciones: una crítica con la aplicación entonces inminente del 155 y otra que instaba a la Generalitat a activar los pasos a seguir para declarar la independencia.

El presidente del Parlament, que en el momento de los hechos ya era diputado de ERC, aseguró que tanto la ley del referéndum aprobada el 6 de septiembre para dar cobertura legal al 1-O como la ley de transitoriedad nacional, que de facto suponía la derogación del Estatuto de Cataluña y la Constitución y fijaba los pasos a seguir para formalizar la secesión, tenían como principal finalidad buscar «una solución política» y plantear «un escenario de diálogo y negociación» con el Gobierno. Abundaba así también en la línea de las defensas de negar que hubiera una intención real por parte de los acusados de culminar de forma unilateral el proceso independentista.

Torrent insistió igualmente en el planteamiento de Forcadell, defendido también por el predecesor de la acusada al frente de la cámara catalana, Ernest Benach, de que la Mesa del Parlament no puede inadmitir ninguna propuesta a trámite parlamentario salvo por cuestiones de forma. Ni siquiera, insistió, en el caso que está siendo juzgado, en el que había de por medio resoluciones del TC que advertían que la Mesa sí podía frenar la tramitación, y también avisos de los letrados de la cámara. Eso, alegó, habría convertido a la mesa «en un órgano censor» y habría vulnerado los derechos de los grupos parlamentarios. De modo que Forcadell «no podía hacer otra cosa» que la que hizo.

Marchena choca con las defensas

El presidente del Parlament, uno de los hombres fuertes de ERC, aprovechó, a preguntas del abogado de la acusación popular y secretario general de Vox, Javier Ortega Smith, para dejar caer unas cuantas consignas políticas. Así, dijo mostrar su «preocupación» por el hecho de que los líderes independentistas estén en el banquillo de los acusados «y la extrema derecha en el de la acusación», insistió en que «el conflicto político» en Cataluña solo se resolverá votando y remarcó que volverá a haber un referéndum. «No vamos a renunciar nunca a decidir nuestro futuro», espetó. «Tengan presente que volveremos a votar».

La declaración de Torrent estuvo salpicada además por uno de los choques más abruptos hasta el momento entre Manuel Marchena y varios de los abogados defensores, a los que el presidente del tribunal impidió preguntar al testigo sobre las jornadas del 20-S y el 1-O, con el argumento de que las preguntas no hacían referencia a «su conocimiento de los usos parlamentarios» en calidad de actual presidente de la cámara. Que es el motivo, alegó, por el que el tribunal aceptó llamarlo a declarar a instancias de Vox.

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