Esta empresa de correo postal advierte de nuevas estafas: siguen este método

Los ciberdelincuentes imitan a grandes empresas para robar información personal y financiera a través de correos falsos

ING alerta de una nueva estafa

Cuidado con la nueva estafa a usuarios. Foto Freepik

Una nueva oleada de ataques cibernéticos ha encendido las alarmas entre usuarios de servicios de mensajería, luego de que una conocida empresa de paquetería advirtiera sobre la proliferación de correos electrónicos falsos que imitan su identidad visual y operativa para cometer fraudes.

El método empleado por los estafadores es una variante de phishing, una técnica que se basa en el engaño para obtener datos confidenciales como números de tarjetas bancarias o credenciales de acceso. En este caso, los delincuentes digitales están haciéndose pasar por FedEx, una de las firmas logísticas más conocidas a nivel mundial, con el objetivo de robar información financiera de los usuarios.

El modus operandi: cómo funciona la estafa

El fraude comienza con un correo electrónico que aparenta provenir de FedEx, informando al destinatario de que su paquete ha sido retenido en aduanas. Este mensaje incluye un supuesto número de seguimiento y un enlace para “resolver el problema”, imitando el estilo, los colores y el logotipo de la empresa original para generar confianza.

Al hacer clic en el enlace, la víctima es redirigida a una página web falsa que reproduce de forma casi exacta el sitio oficial de FedEx. Allí se inicia un proceso simulado de reprogramación de la entrega, que en realidad tiene como único fin dirigir a la persona hacia una pasarela de pago donde se solicitan los datos de su tarjeta de crédito o débito.

Un fraude bien construido: estética real, consecuencias reales

La sofisticación del diseño es uno de los aspectos más peligrosos de esta campaña, ya que el sitio falso no solo copia la apariencia del original, sino que incluso verifica si los datos introducidos son válidos. Para ello, los estafadores utilizan pasarelas de pago legítimas de servicios de tarjetas regalo o similares, lo que permite confirmar que los datos robados son verdaderos y útiles para futuras estafas o su venta en mercados ilegales como la dark web.

Incluso si la víctima introduce datos erróneos, el sistema devuelve un aviso solicitando correcciones, lo que genera aún más credibilidad en la apariencia del proceso y empuja a los usuarios a proporcionar información auténtica. Desde la compañía de mensajería afectada han lanzado una serie de recomendaciones para ayudar a los usuarios a protegerse:

  • Evitar hacer clic en enlaces de correos sospechosos, especialmente si no se está esperando ningún paquete.
  • Comprobar siempre la dirección del remitente y confirmar si coincide con la web oficial del servicio.
  • Usar métodos de pago seguros, como tarjetas virtuales o monederos electrónicos que permitan un mayor control y limitación de gastos.
  • Contactar directamente con la empresa por canales oficiales ante cualquier duda, en lugar de seguir los pasos indicados en el correo.

Los datos personales: la moneda de cambio de los ciberdelincuentes

Este tipo de estafa pone en evidencia la creciente sofisticación del cibercrimen, que ya no se limita a simples correos con errores ortográficos, sino que utiliza herramientas avanzadas para imitar a la perfección la imagen de grandes compañías, generando un falso sentido de seguridad en el usuario.

Los ciberdelincuentes no buscan solo el dinero directo de un pago, sino algo más valioso a largo plazo: los datos. Con la información bancaria y personal de una víctima, pueden llevar a cabo múltiples fraudes o venderla a terceros. En la era digital, los datos se han convertido en un recurso más valioso que el dinero mismo.

La clave para evitar caer en este tipo de trampas es la prevención y la desconfianza sana ante cualquier mensaje inesperado. Si un correo genera urgencia, pide información sensible o parece demasiado perfecto, lo más prudente es detenerse, revisar y consultar por vías oficiales.

La educación digital y la conciencia de los riesgos son nuestras mejores herramientas frente a estas amenazas, que seguirán evolucionando mientras haya usuarios vulnerables. En tiempos donde lo digital se ha vuelto parte inseparable de lo cotidiano, proteger nuestros datos es proteger nuestra identidad.

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Alba Carbajal

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