Una cadena de bares al borde del cierre tras declararse en quiebra
El desenlace de la quiebra de servirá como termómetro para el resto del sector
Archivo – Una camarera con uno de los platos del menú degustación del restaurante ‘Disfrutar’ de Barcelona, a 6 de junio de 2024, en Barcelona, Catalunya (España).
S2 Grills, cadena de bares y parrillas con nueve sucursales en Illinois, Estados Unidos, se declaró en quiebra el pasado 19 de junio, sumándose a una preocupante ola de insolvencias en la industria gastronómica norteamericana.
La empresa, gestionada por AWS Hospitality Group Inc., se acogió al Capítulo 11 del Código de Quiebras bajo el Subcapítulo V, una herramienta legal diseñada para que pequeñas empresas puedan reestructurarse y evitar el cierre definitivo.
Fundada en 2019 por Andre y Suheir Williams, S2 Grills nació como un desprendimiento del exitoso S2 Ultra Bar, con la visión de llevar comida de calidad y experiencias de parrilla a comunidades tradicionalmente desatendidas de Chicago y sus alrededores.
En apenas cinco años, la marca logró expandirse hasta contar con nueve locales: dos S2 Bar and Grill y un S2 Express Grill en Chicago, otro en Maywood, y el resto en Orland Park, Harvey y Richton Park.
Su propuesta gastronómica incluía desde desayunos contundentes como el Ribeye Steak Big Breakfast hasta opciones de cocina mexicana y cortes de carne a la parrilla, lo que le permitió fidelizar a un público diverso y construir reputación local.
Las cifras de la cadena tras declararse en quiebra
La declaración de quiebra presentada ante el Tribunal de Bancarrotas del Distrito Norte de Illinois revela la magnitud de la crisis. S2 Grills cuenta con activos valorados entre 50.000 y 100.000 dólares, frente a pasivos que oscilan entre 1 y 10 millones de dólares.
Entre los principales acreedores figuran Morgan Services Inc. (88.000 dólares), Craig Shaffer & Associates (36.000 dólares), Bank of America (34.000 dólares) y Sysco (12.000 dólares).
El desequilibrio financiero es tan grande que la empresa optó por el Subcapítulo V, que permite negociar con acreedores y reorganizar la deuda sin suspender de inmediato las operaciones, en un intento por salvar la mayor cantidad de empleos y mantener abiertas sus sucursales.
El sector gastronómico estadounidense enfrenta una tormenta perfecta de factores adversos,inflación persistente, aumento de los costes y mano de obra, alquileres elevados y cambios en los hábitos de consumo tras la pandemia.
La presión financiera ha forzado a grandes cadenas como Red Lobster, TGI Fridays y On The Border Mexican Grill & Cantina a declararse en bancarrota y cerrar decenas de locales en los últimos 18 meses.
En el caso de S2 Grills, el incremento de los precios de los alimentos y los salarios, sumado a la competencia de cadenas con mayor músculo financiero y a la dificultad para adaptarse a las nuevas tendencias tecnológicas (como la digitalización de pedidos y la automatización), erosionaron la rentabilidad de la empresa.
Además, la carga financiera heredada de la pandemia y la imposibilidad de trasladar todos los aumentos de costos al cliente final terminaron por asfixiar su flujo de caja.
Soluciones
El proceso de reestructuración busca evitar el cierre inmediato de sus nueve restaurantes, pero todo dependerá de las negociaciones con los acreedores y de la capacidad de la empresa para presentar un plan de viabilidad convincente ante el tribunal.
No se descarta que algunos locales menos rentables puedan cerrar, como ha ocurrido con otras cadenas en situaciones similares.
El caso de S2 Grills pone en evidencia la fragilidad de muchas cadenas medianas y pequeñas en el actual contexto económico. Mientras los grandes grupos pueden reestructurarse y sobrevivir con cierres selectivos y ajustes de plantilla, las empresas más pequeñas tienen menos margen de maniobra y dependen en gran medida de la fidelidad de sus clientes y de la capacidad para adaptarse rápidamente a los cambios del mercado.
La inflación, la presión de los costes, la competencia de nuevos formatos (delivery, dark kitchens, comida lista para llevar) y los cambios en el comportamiento del consumidor exigen una transformación profunda de los modelos de negocio.