El sector de los seguros, desnudo ante el coche autónomo

La revolución del coche autónomo forzará una transformación en la industria de los seguros, que hasta ahora ha existido gracias al riesgo de accidentes

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El salto a la autonomía vehicular supone el inicio de una crisis existencial para el −hasta ahora todopoderoso− sector de los seguros. Si bien la mayoría de las noticias sobre coches autónomos en la actualidad son sobre los accidentes que sufren en periodos de prueba, el supuesto es que eliminar a los conductores humanos llevará el riesgo de percances a mínimos.

Cuando los fabricantes de coches empiecen a decir que han conseguido el nivel 5 de autonomía completa (es decir, que el coche puede hacerlo todo sin soporte humano), es porque han llevado esa probabilidad de riesgo a los mayores mínimos posibles. Y eso significará que el principal negocio de las aseguradoras entrará en peligro de extinción.

Las primas de los seguros, y por ende los ingresos de las empresas del sector, se basan en la probabilidad de que un conductor pueda estar en un accidente. Esa cifra de riesgo es la columna vertebral de la industria de los seguros, lo que lleva a una pregunta: si nadie conduce, ¿es realmente necesario un seguro de coche?

El riesgo se desinfla con el coche autónomo

Se estima que más del 90% de los accidentes de tránsito son causados por errores humanos, y precisamente evitarlos fue uno de los argumentos de los impulsores de los coches autónomos. Así las cosas, no hay duda de que «este tema aparece en cualquier conversación estratégica», como admite la directora administrativa de la aseguradora Accenture a Bloomberg.

Las grandes empresas del sector ya están haciendo esfuerzos para «entender la tecnología» de la autonomía vehicular para descifrar «las oportunidades», agregó Michelle Krause. Accenture, el grupo que representa, publicó en 2017 un informe en el que advierte de que las primas podrían caer hasta un 12,5% para 2035 por culpa del coche autónomo.

En 2035 podría haber solo 23 millones de coches autónomos en EEUU, estima la firma, lo que supone menos del 10% del total actual. Pero el informe de Accenture avisa al sector que, aunque los nuevos productos dirigidos a dueños de coches autónomos compensarán parte de la pérdida, la caída de los ingresos por primas eventualmente superará las ganancias.

La transformación será inevitable para la industria. Uno de los cambios previsibles es que el sector esté mucho menos orientado al consumidor en el futuro, porque ya no será la parte de riesgo. Así las cosas, la responsabilidad migraría a los fabricantes y a los desarrolladores del software que impulsa la autonomía vehicular, y la atención de las aseguradoras igual.

Pero, mientras eso sucede, los primeros seguros de coches autónomos serán más caros. Las empresas de seguros no tienen suficientes datos para calcular el riesgo, lo que eleva el precio del servicio.

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