Google Home o Amazon Alexa: ¿cuál aprende idiomas antes?

Con la expansión de Google Home al español, la asistente Alexa de Amazon pierde terreno (y cuota de mercado) en el aprendizaje de idiomas

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Alexa −el dispositivo inteligente para el hogar fabricado por Amazon− no sabe qué responder cuando se le pregunta, en castellano, a qué hora es un partido del Mundial de Rusia 2018. En cambio, su homólogo, el Google Home, sí que sabe la respuesta, porque entiende español.

Y es que con la extensión al castellano de su asistente de inteligencia artificial, Google también amplió su cuota de mercado para estos dispositivos. El español es el segundo idioma más hablado, con 400 millones de hablantes nativos en todo el mundo y 45 millones sólo en EEUU.

Mientras Alexa se limita a hablar tres lenguas −inglés, alemán y japonés−, Google proyecta que Home se ofrecerá en al menos 30 idiomas antes de 2019, lo que supone una clara ventaja para su dispositivo inteligente frente al asistente de Jeff Bezos.

Los idiomas, el talón de Aquiles de los asistentes para el hogar

El lenguaje y sus diferencias culturales y territoriales son uno de los principales retos con los que tienen que lidiar los desarrolladores de dispositivos de inteligencia artificial diseñados para funcionar como la mano derecha en los hogares.

El lenguaje abarca una multitud de matices específicos para cada región y dialecto. Que dos personas hablen el mismo idioma no significa que ambas entiendan lo mismo al escuchar palabras iguales; que vivan en un mismo país bajo la misma lengua no necesariamente alimenta el entendimiento mutuo.

La lista de diferencias entre idiomas y en los idiomas mismos es «interminable», comentó a Venture Beat el ingeniero Kelly Davis, director de aprendizaje automático en la tecnológica Mozilla, creadora del navegador Firefox.

El aprendizaje de idiomas es un «trabajo minucioso» para la inteligencia artificial

«No es sólo un asunto específico del lenguaje sino también de la cultura. Los chistes que funcionan en España pueden ser ofensivos en México», agregó Davis. La inversión de tiempo y dinero que supone enseñarle a las máquinas estos matices es un aprieto incluso para Amazon, la segunda mayor compañía del mundo.

«Se necesitan miles de horas de datos de decenas de miles de personas, y este proceso debe seguirse para cada idioma y para cada acento de ese idioma que desee reconocer. Es un trabajo minucioso y no hay fórmulas mágicas», explicó Davis.

Mientras el mercado de los dispositivos inteligentes para el hogar no deja de crecer, Amazon está en una posición de inferioridad frente a Google. La presión está sobre Bezos, quien debe apresurarse si no quiere perder la carrera de las máquinas que −potencialmente− hablarán todos los idiomas.

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