El ordenador más pequeño del mundo es diminuto al lado de un grano de arroz

Se trata de un sensor de temperatura que incorpora procesador, memoria y un transmisor de datos mediante pulsos de luz

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El ordenador más pequeño del mundo —por ahora— es un cubo que mide 0,3 mm de lado y que «se muestra diminuto al lado de un grano de arroz», según investigadores de la Universidad de Michigan.

Su tamaño es diez veces menor que versiones anteriores desarrolladas por el mismo equipo de investigación, y también es un tercio más pequeño que el de IBM, considerado hasta ahora como el ordenador más pequeño del mundo.

Los investigadores admiten sin embargo que el concepto «ordenador» se puede discutir. Este de la Universidad de Michigan contiene un procesador, memoria RAM, una fuente de alimentación solar y un emisor inalámbrico que utiliza pulsos de luz para enviar y recibir información, ya que es demasiado pequeño para dar cabida a un emisor y receptor de radio.

Se trata de un sensor para registrar cambios de temperatura con un error de 0,1° en superficies minúsculas

La diferencia entre este microordenador y un ordenador convencional está principalmente en que cuando un ordenador convencional se apaga no pierde la programación ni los datos giuardados, que se recuperan cuando el ordenador vuelve a encenderse.

En cambio este microordenador —igual que sucede con el microordenador de IBM— «pierde toda la programación y los datos en cuanto se quedan sin energía», explican los investigadores. «No estamos seguros de si deberían llamarse ordenadores o no. Es más bien una cuestión de opinión sobre si tiene la funcionalidad mínima requerida».

Microordenadores cada vez más diminutos

Sin embaego este ordenador llamado Michigan Micro Mote tiene una ‘funcionalidad mínima’ y tiene numerosas aplicaciones: funciona como un sensor para registrar cambios de temperatura con un error de 0,1° en superficies minúsculas —»tan minúsculas como la que ocupan un grupo de células humanas o animales»— y transmite la medición en forma de pulsos de luz.

Es adecuado en aplicaciones médicas, tareas de vigilancia y control medioambiental o para monitorizar procesos bioquímicos

Los Michigan Micro Mote —sensores de muy pequeñas dimensiones— tienen numerosas aplicaciones, al menos potencialmente. Entre otras permiten medir la presión dentro del ojo (para el diagnóstico del glaucoma), realizar estudios sobre el cáncer, monitorizar yacimientos de aceite y procesos bioquímicos, realizar labores de vigilancia e incluso estudiar animales pequeños.

Por si queda alguna duda sobre si los Michigan Micro Mote son ordenadores o no los investigadores han desarrollado diversos modelos a lo largo del tiempo, incluyendo uno de 2x2x4 milímetros que sí conserva la programación y los datos capturados cuando se queda sin suministro eléctrico.

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