Los tres pueblos españoles que debes conocer (según la OMT)

Guadalupe, en Cáceres, Alquézar, en Huesca, y Rupit, en Barcelona, son los tres municipios españoles seleccionados como mejores pueblos turísticos por la Organización Mundial del Turismo

El pueblo de Alquézar, en Huesca.

Alquézar, entre los mejores pueblos turísticos según la OMT. Foto: Siggy Nowak | Pixabay.

Amurallados, medievales, marineros, rebosantes de patrimonio arquitectónico, cuajados de flores y espacios verdes o rodeados de maravillosos paisajes. En España somos especialistas en pueblos bonitos, con un selecto club que agrupa a aquellos que logran cumplir los exigentes requisitos (y al que acaban de adherirse Durro, Arties y Garòs, en Lleida, Castrojeriz, en Burgos, El Burgo de Osma, en Soria, y Trevélez, en Granada.

En esta misma línea, la Organización Mundial del Turismo (OMT) acaba de engrosar su propia lista de los mejores pueblos turísticos. Un total de tres: Guadalupe, Alquézar y Rupit, de los 32 nuevos lugares recomendados en todo el mundo, son españoles.

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Mejores pueblos turísticos del mundo

Best Tourism Villages by UNWTO es la iniciativa puesta en marcha en 2021 para reconocer a las localidades de todo el mundo en las que el turismo actúa como motor para la preservación de destinos y paisajes rurales así como de su diversidad natural y cultural y es un impulsor del desarrollo, con nuevas oportunidades de empleo y de riqueza.

Guadalupe crece en torno al Real Monasterio. Foto: Turismo de Extremadura.

En esta segunda edición, a la que optaban 136 pueblos de 57 estados miembros del organismo se han escogido 32 lugares en 18 países de los cinco continentes. España es el único país que ha logrado colar tres municipios en la lista.

Guadalupe, en Cáceres, Alquézar, en Huesca y Rupit, en Barcelona, son los representantes españoles de este programa, escogidos por un comité independiente en función de criterios como la conservación de recursos naturales y culturales, la sostenibilidad económica, social y ambiental, la infraestructura, la seguridad o el potencial y desarrollo turístico y su integración en la cadena de valor.

Guadalupe, Cáceres

En la provincia de Cáceres, dentro del bellísimo Geoparque Villuercas-Ibores-Jara y con un monumento declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO como es su Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe, Guadalupe es uno de los pueblos más hermosos de Extremadura (y de España).

Precisamente este lugar, construido en 1340 por Alfonso XI de Castilla y que domina la Puebla de Guadalupe con su imponente fachada de estilo gótico con elementos mudéjares que se alza sobre una gran escalinata, es el punto más destacado de la localidad.

Guadalupe. Foto: Turismo de Extremadura.

Y no solo por la belleza de la Iglesia de Nuestra Señora y su retablo, las pinturas de Zurbarán, Goya, el Greco o Pedro de Mena, el Camarín de la Virgen, la sacristía, la Capilla de San Jerónimo o su bellísimo claustro mudéjar.

Este lugar, además, fue testigo de momentos decisivos de la historia, como la audiencia en la que los Reyes Católicos ofrecieron las carabelas a Colón para partir en busca de las Indias (y que después se traduciría en el descubrimiento de América).

Más allá del monasterio, que cuenta también con hospedería y un recomendable restaurante, hay que perderse sin rumbo entre las callecitas de la localidad, ejemplo de arquitectura serrana con su balcones y soportales de madera.

Entre los rincones destacados se cuentan la Plaza de Santa María de Guadalupe, el Colegio de Infantes, del siglo XVI y hoy convertido en Parador Nacional de Turismo, el Hospital de San Juan Bautista y la Iglesia barroca de la Santa Trinidad, además de los cinco arcos medievales que se reparten por sus dos murallas.

Plazuela de los tres chorros. Foto: Pueblos más Bonitos de España.

Además, la plazuela y la fuente de los Tres Chorros, con su fuente del siglo XV, la antigua judería. No dejes de pasar por la calle Sevilla para comprar desde encajes y cestas elaboradas artesanalmente a vino de pitarra, miel y las famosas morcillas de Guadalupe.

Un poco más alejados del casco histórico continúan las sorpresas, con el Palacio Granja de Mirabel, la Granja de Valdefuentes, el Arca del Agua y la Ermita del Humilladero (todos ellos declarados Bien de Interés Cultural), así como rutas senderistas como la de los Molinos, que dejan ver el espectáculo natural encerrado en el Geoparque Villuecas-Ibores-Jara.

Alquézar, Huesca

También Alquézar figura entre los pueblos más bonitos de Huesca y de España y motivos no le faltan, pero además es un destino que, con solo pisarlo, nos hace retroceder varios siglos atrás.

Alquézar. Foto: Pixabay.

Ubicada en la comarca del Somontano, a 48 km de la ciudad de Huesca, la amurallada villa de Alquézar está encaramada en una colina a 660 metros de altitud, una posición que le permite dominar un bellísimo paisaje modelado por el río Vero, donde destaca un cañón idea para la práctica del barranquismo, pero también cuevas de arte rupestre e impactantes paredes de piedra.

Declarado Conjunto Histórico-Artístico, además de dejarse llevar por sus calles estrechas e irregulares, hay que visitar el castillo y la majestuosa Colegiata de Santa María, ambos de estilo románico.

También la parroquia de San Miguel, la ermita de Nuestra Señora de las Nieves y la Plaza Vieja porticada, a la que hay que acceder por el portalón gótico, puerta de entrada a la antigua villa. Te garantizamos el ‘efecto WOW’.

Pasarelas de Alquézar. Foto: Huesca La Magia.

Muy cerca, un conjunto de pasarelas permite adentrarse en el último tramo del cañón del Río Vero, dejándonos prácticamente suspendidos sobre una espectacular combinación de agua y roca en un paisaje natural único.

Rupit, Barcelona

En la comarca de Osona, enclavado en el espacio natural del Collsacabra y rodeada de frondosos bosques y de una riera, se alza Rupit, sin duda uno de los pueblos con más encanto de toda Cataluña y, según la OMT, otra de las mejores villas para hacer turismo del mundo.

Rupit es uno de los dos núcleos de población integrados en Rupit y Pruit y entre sus atractivos destaca su ubicación, a 845 metros de altitud, y al que se accede a través de un puente colgante. De hecho, hay que olvidarse del coche para recorrer esta hermosa localidad de calles empedradas y casonas con varios siglos de historia.

Rupit. Foto: Manuel Torres Garcia | Unsplash.

Destaca entre sus atractivos la iglesia de San Miquel, de estilo barroco, y desde cuyo campanario se disfruta de las mejores vistas del pueblo.

Justo al lado, la plaza Mayor brilla pleno de balcones engalanados con flores y tiendecitas donde comprar artesanías y productos locales.

Subiendo por la empinada calle del Cementerio, una de las más pintorescas, se llega a los restos del antiguo castillo, encaramado sobre las rocas.

La plaza de los Caballeros, la casa del boticari, la notaría Soler y la antigua Herrería son otros de los lugares que merecen una visita, así como los molinos de la riera, que empezaron a construirse en el siglo X y de los que llegó a haber un total de 12. Hoy se mantienen solo algunos, como el molino de Marandes, del siglo XVII, que permaneció en uso hasta 1962.

Rupit. Foto: Unsplash.

En los alrededores, hay que visitar la ermita de Santa Magdalena, de estilo barroco, y las románicas iglesias de Sant Joan de Fàbregues y San Andreu de Pruit aunque, sin duda, destaca sobre cualquier monumento el Salt de Sallent, el salto de agua más alto de Cataluña, con una caída de más de 90 metros. A unos 300 metros del salto, un mirador te ofrece la mejor panorámica de la zona, con vistas hacia la Agullola, una roca sobre la que circulan varias leyendas.

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