De Lleida a Granada por los 6 nuevos pueblos más bonitos de España

Pueblos bonitos hay muchos en España (para empezar, el de cada uno de nosotros). No todos reúnen las condiciones, sin embargo, para formar parte del club de los Pueblos más Bonitos de España. Basta un ejemplo para comprobarlo: el año pasado, de los 22 municipios que aspiraban a engrosar la lista, tan solo Puentedey, en Burgos, logró entrar en el listado.

En 2023 y con los deberes hechos, el listado de los Pueblos más Bonitos de España suma no una sino seis nuevas localidades repartidas en tres comunidades autónomas: Cataluña, Castilla y León y Andalucía.

Durro, Arties y Garòs (Lleida), Castrojeriz (Burgos), El Burgo de Osma (Soria) y Trevélez (Granada) se suman así a un catálogo que cuenta ya con 105 municipios y que premia “toda una vida de cuidado y amor y buen trabajo realizado por parte de sus vecinos e instituciones, en muchos casos por varias generaciones, que supieron dejar un legado que se ha ido recogiendo con amor por sus descendientes”.

Bonitos y con un abultado patrimonio histórico y patrimonial, hermosos paisajes y suculenta gastronomía, estoy es lo que hay que ver, hacer y comer en los nuevos Pueblos más Bonitos de España.

Arties (Lleida)

Perfecto pueblo de postal, con sus casas de piedra y contraventanas de madera, ya sea nevado o cuajado de flores, Arties se encuentra ubicado a 1.143 m de altitud bajo la sombra del macizo de Montardo (2.833 m), donde confluyen los ríos Garona y Valarties.

Entre sus grandes atractivos se cuentan su ubicación, a solo 7 km de Vielha, la capital del Valle de Arán, y a otros 7 km la estación de esquí de Baqueira Beret, que lo convierte en un auténtico hervidero chic en los meses de invierno.

También cuenta con patrimonio cultural, con la iglesia parroquial de Santa María de Arties, una construcción románica del siglo XI al XII, como referente. Sus dos campanarios, de finales del siglo XIII y principios del XIV respectivamente, y sus pinturas murales, son sus principales atractivos.

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La Iglesia de San Juan, de principios del siglo XIV y estilo gótico, actualmente sede de diferentes exposiciones temporales; los restos del castillo de Arties o Entrasaigües; los Baños de Arties; o sus casas señoriales de los siglos XVI y XVII son otros de sus referentes.

El propio Parador de Arties, conocido como Casa de Don Gaspar de Portolá, es una joya de la arquitectura aranesa de los siglos XIV y XV.

Por supuesto, no dejes de pasear por sus calles realizando paradas en sus bares y restaurantes donde saborear la gastronomía local en lugares como Urtau (fantástica su barra de pinchos), La Casuca de Arties, Hotel Casa Irene, Lits y Pinotage, una original propuesta ya que se trata de un restaurante sudafricano pero que respeta la tradición aranesa.

Garòs (Lleida)

A poca distancia en el mismo Valle de Arán, bajando de Baqueira en dirección a Vielha, nos topamos con Garòs.

El pueblo, de poco más de un centenar de habitantes, se alza en la vertiente derecha del Garona, entre los barrancos de Cal y Sólida, a 1.115 m de altitud y es perfecto para quien quiera alejarse de las grandes aglomeraciones y multitudes y a la vez disfrutar de patrimonio y paisaje.

Además del propio trazado de sus calles, destaca la iglesia parroquial de San Julián, construida en el siglo XII, aunque fue reformada en el siglo XV, mezclando elementos del románico y del gótico. En su interior sorprenden las tallas del Cristo, una imagen gótica de la Virgen y una cruz procesional de plata.

Garòs está además atravesado por el popular Camin Reiau (caminos trashumantes) en uno de sus puntos más interesantes, ya que posee un yacimiento con restos paleocristianos. Como curiosidad, cuenta la leyenda que la imponente torre de la iglesia albergó una calavera de nada menos que 3 metros de longitud, la de un guerrero llamado Gegant Mandrónius que luchó en la aldea aranesa de Betlán contra la invasión de los romanos.

Aprovecha el paseo para degustar una de las mejores ollas aranesas del valle en el restaurante Eth Restilhè.

Durro (Lleida)

Seguimos en Lleida y el Pirineo Catalán pero cambiamos de valle, concretamente nos movemos a la Vall de Boí para conocer Durro, un pueblo diminuto (apenas llega a los 80 habitantes) en la Alta Ribagorza.

De calles empedradas, este pueblito medieval es lo más parecido a la definición de paz y desconexión, con atractivos como la Iglesia de la Natividad de la Madre Dios de Durro, del siglo XII y estilo románico lombardo que destaca por su torre de cinco pisos que ostenta el título de Patrimonio Mundial de la Unesco, compartido por un conjunto de templos del valle.

También en Durro encontramos la ermita de San Quirce, en lo alto de la montaña a la que se accede por un camino que se puede realizar andando o en coche. Una vez desde el mirador de la ermita se disfrutan de unas vistas privilegiadas del Valle.

Otra visita obligada, aunque en este caso para reponer fuerzas, es el restaurant Casa Xoquin, en la plaza mayor de la localidad, de comida tradicional que incluye delicias como el canelón de ceps, el trinxat de la Cerdanya, las croquetas caseras de jamón, manitas de cerdo y cocido o una muy recomendable hamburguesa.

Castrojeriz (Burgos)

En la comarca de Odra-Pisuerga, en la provincia de Burgos y dentro del recorrido del Camino de Santiago Francés, encontramos el bellísimo pueblo de Castrojeriz.

Entre su patrimonio destaca el Palacio de los Condes de Castro, una construcción de estilo gótico con hermosa portada del siglo XVI, o la Iglesia de la Virgen del Manzano, del siglo XIII y que actualmente alberga el museo de Arte Sacro, con tallas medievales, pinturas flamencas, pergaminos y piezas de orfebrería.

En el apartado gastronómico, destaca por los platos e ingredientes típicos de la cocina burgalesa, como la morcilla de arroz y los asados, especialmente de lechazo cocinado en horno de leña o el cochinillo, pero también guisos de liebre, truchas o el famoso queso de Burgos, servido como postre. Puedes probarlos en El Mesón de Castrojeriz, El Jardín o en Casa Cordón.

El Burgo de Osma (Soria)

Pasamos ahora a Soria para visitar uno de los pueblos más bonitos de Castilla y León, El Burgo de Osma.

De casi 5000 habitantes, amurallado y declarado conjunto histórico, esconde tesoros como la impresionante catedral de origen románico aunque finalizada en estilo gótico y con añadidos renacentistas y barrocos como la torre. Además, en su interior cuenta con tesoros como el retablo mayor de Juan de Juni o un conjunto de rejas del siglo XVI.

El palacio Episcopal, del siglo XVI y estilo gótico-flamenco, la Calle Mayor con sus soportales que hoy cobijan tiendas de artesanía y productos gourmet, y la Universidad de Santa Catalina, del mismo siglo de estilo renacentista y hoy reconvertida en el lujoso hotel-balneario Castilla Termal Burgo de Osma son otros de los puntos a tener en cuenta.

La joya de la corona, sin embargo, es para muchos su castillo, una construcción del siglo X que ofrece hermosas vistas de los alrededores, incluidas las localidades de El Burgo, Osma y el desfiladero.

Para otros, y esto va en gustos, entre sus imprescindibles se cuentan sus famosos torreznos, en varias ocasiones escogidos en como los mejores de España, que podemos probar en la cervecería Alquimia, el Mesón Círculo, o los restaurantes Tinta y Leña y Virrey Palafox.

Trevélez (Granada)

Más de 680 km al sur casi en línea recta encontramos la sexta localidad que se une este año al club de los Pueblos más Bonitos de España. Hablamos de Trevélez, en la Alpujarra granadina.

A menos de 100 kilómetros de Granada, se trata de un pueblo que rezuma historia, con restos que prueban que la zona estuvo habitada ya desde el neolítico.

Sobre la falda suroeste del Mulhacén, en la confluencia de los Ríos Chico y Trevélez, en pleno corazón del Parque Natural y Nacional de Sierra Nevada el pueblo se alza a 1.480 metros de altura, con su barrio alto a 1.600 metros sobre el nivel del mar lo que deja ver impactantes paisajes.

14 rutas de senderismo monumentos, como la iglesia de San Benito o la Ermita de San Antonio y de La Virgen de Las Nieves, y delicias gastronómicas como las truchas con jamón o la sopa de ajo elaborada con pan duro, ajo, huevos, aceite, jamón y pimentón están entre los imprescindibles.

Pruébalos en Asador Despensa de la Alpujarra o los mesones Haraicel o La Fragua.

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