Burgo de Osma, una joya histórica para descubrir en Castilla y León

El pasado más fascinante se concentra en la villa de Burgo de Osma, en Soria, que también abre la puerta a la naturaleza en el hermoso parque del Cañón del río Lobos

Catedral y muralla de Burgo de Osma desde el río Ucero. Foto Castilla Termal Burgo de Osma

Soria es una de las mayores sorpresas que depara Castilla y León al visitante que viaja en búsqueda del arte, paisajes y cultura, pero también de la gastronomía y de los buenos vinos.

En esta provincia se concentran paisajes solitarios y silenciosos con monumentos románicos, además de castillos y palacios que recuerdan a los orígenes de Castilla, la omnipresencia del Cid o al legado soriano en las colonias americanas, como Fray Tomás de Berlanga, defensor de las libertades indianas.

En estas tierras hay testimonios de un gótico tardío que sabe más a Renacimiento que el propio estilo, que fluye en retablos y artes suntuarias casi sin darse cuenta.

Hay belleza pétrea por doquier, como en Berlanga de Duero, Casillas de Berlanga, Almazán, Rello, en su propia capital Soria, o en El Burgo de Osma; ciudad con palacios y fortalezas que vamos a visitar. 

Infografía Jordi Català

Los orígenes de Burgo de Osma

Burgo de Osma es uno de los centros histórico artísticos más importantes de Castilla y León. Es una ciudad villa declarada Conjunto Histórico en 1993, que parte de la celtíbera y romanizada Uxama Argaela, no lejos de la vía romana que unía Astorga y el Mediterráneo. 

El rico casco antiguo de Burgo de Osma fue declarado Conjunto Histórico en 1993

En el siglo VI cambió su nombre por Oxoma u Osoma, y pasó a ser sede episcopal visigoda. Los sarracenos hicieron próspera a Waxsima, hasta que Gonzalo Téllez la tomó en el 912 y trasladó el poblado más allá del río Ucero, al actual castillo de Osma.

Pero en el 1002, la población se cansó de los abusos feudales y se trasladó al actual núcleo urbano, en la orilla derecha del Ucero, junto a las ruinas de la visigótica San Miguel donde construyen la catedral románica. 

Infografía Jordi Català

La época medieval

El municipio se dividió en dos realidades distintas, Osma y el Burgo de Osma. El nuevo burgo medieval protegido por la corona y los obispos crecerá en detrimento de la feudal Osma, que se constituyó en villa independiente por privilegio de Alfonso VIII, y se rodeó en el siglo XV de una muralla de mampuesto y sillares de la que restan tramos. 

En las afueras de Burgo de Osma se conservan restos de la ciudad romana con calles porticadas transitables, villas residenciales como la Casa del Sectile, de los Plintos, de la Atalaya; obras públicas como el acueducto, la cisterna, y el Foro.

Junto a la ciudad romana se alza una de los dos atalayas vigilantes conservadas del Califato y tras el puente romano, los restos del castillo de Osma, que la protegió de Almanzor y sus razias.

Por la calle Mayor

La visita suele iniciarse por la hermosa calle Mayor, arteria porticada y eje vertebrador de la villa, con el Palacio Episcopal del siglo XVI en ese citado estilo gótico tardío.

Infografía Jordi Català

La portalada ennoblece el edificio con un arco doble lobulado de grandes dovelas y alfiz. A lo largo de esta calle exponían (y lo siguen haciendo) sus productos los comerciantes y artesanos locales, ideal para saborear y adquirir en tiendas, bares y mesones, maravillas de la gastronomía y repostería sorianas.

Entre ellos se encuetran embutidos, vinos de la DO Ribera del Duero, cocidos, sobadillos, hojaldrados, harinados, los emblemáticos torreznos, y como no, una mantequilla de leyenda.

En la plaza Mayor

Esa calle lleva a la plaza Mayor, exponente de estos espacios porticados castellanos, donde se encaran dos edificios principales: uno es el Ayuntamiento, del s.XVIII, que reproduce la disposición del hospital con torres en los flancos, dos soportales, uno inferior de acceso, y otro superior con la balconada consistorial.

Infografía Jordi Català

Otro es el Hospital de San Agustín, de los siglos XVII y XVIII, con una fachada simétrica flanqueada por dos robustas torres rematadas con chapitel.

Dos edificios dialogan en la plaza Mayor: el Ayuntamiento del s.XVIII, y el Hospital de San Agustín

Sobre la puerta principal y en una hornacina el santo titular, en las otras dos caras de la plaza los pórticos cobijan comercios y espacios de restauración. Siguiendo la calle Mayor se llega a la catedral.

Infografía Jordi Català

La catedral de Burgo de Osma

La catedral Nuestra Señora de la Asunción es el monumento más importante de la villa. Nació como templo románico con una transición al gótico en el siglo XIII.

De estas épocas son también su bello portal con jambas esculturadas y el elegante claustro con cubiertas flamígeras y ventanales románicos, que formaban parte de la antigua sala capitular, con inéditas columnillas entrelazadas.

No hay que perderse el imponente sepulcro policromado de San Pedro de Osma, una joya del arte funerario.

El templo acoge también al Beato de Liébana en el maravilloso códice con miniaturas románico-mozárabes.

Antigua universidad de Santa Catalina de Siena, convertida en hotel termal. Foto Castilla Termal Burgo de Osma

El retablo mayor presenta un estilo de Renacimiento manierista dedicado a la Virgen, que fue diseñado por Juan de Juni, cada una de sus tres calles es una etapa de su vida. 

El Renacimiento dejó interesantes modificaciones en la fachada y el interior; y del Barroco es su impresionante y maciza torre.

De época neoclásica hay dependencias como la girola, la capilla del siempre presente, Beato Palafox, o la Sacristía Mayor con pinturas como La caridad La justicia de Juan de Villanueva.

Descansar en Burgo de Osma

Para dormir sugerimos otra joya del patrimonio: la antigua Universidad de Santa Catalina, de majestuosa fachada renacentista, con escudos del obispo Acosta y costillas en relieve.

Esta universidad en la que se impartía filosofía, medicina, derecho y teología fue prisión, cuartel, también hospital. ¡Sus piedras podrían explicar muchas cosas!.

Ermita de San Bartolomé en el Parque Natural del Cañón del río Lobos. Foto Turismo de Soria

Hoy es el reconvertido y lujoso hotel-balneario Castilla Termal Burgo de Osma, uno de los escenarios hoteleros más impresionantes de España.

En el majestuoso claustro cubierto un lucernario deja ver las termas del subsuelo que reproducen la impresionante ermita de San Baudelio y sus frescos. Las experiencias hostelera y gastronómica del hotel, especialmente en esta época de trufas sorianas, son inolvidables. ¡Ah!, y sirven Converso, un sabroso vino propio.

Otras visitas recomendadas en la villa son el Seminario de Santo Domingo de Guzmán, el Real Hospicio con escudo de Carlos III, en la antigua ciudad de Osma; el puente medieval con aparejos de origen romano y el convento e iglesia del Carmen, del siglo XVI.

Naturaleza para descubrir

Al norte de Burgo de Osma se inicia la visita en clave verde, accesible e ineludible: el Cañón del río Lobos, el primer parque natural de la provincia y uno de los más bellos de España.

Paisaje invernal en el río Lobos. Foto Jordi Català

Además de la enigmática ermita templaria de San Bartolomé, se trata de una escenografía interminable de escarpados farallones de piedras cromáticas en donde cientos de aves rapaces como buitres, águilas y halcones hacen suyo el cielo.

El Cañón del río Lobos es el primer parque natural de la provincia de Soria

El río Lobos aparece y desaparece a lo largo de 26 kilómetros pedestres que llevan a la provincia de Burgos, salpicados de grutas y grandes cuevas como la Negra o la Grande, además de fuentes, manantiales, simas y miradores, en un entorno que es hogar de corzos, gatos monteses, jabalíes y nutrias.

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