Historia, ritmo y color en un viaje a las ciudades más antiguas de Centroamérica

Fundadas a lo largo del camino real que interconectaba a los pueblos autóctonos de Centroamérica, estas hermosas y señoriales urbes invitan a ser descubiertas a golpe de paseos por callejuelas y plazas, casonas, palacetes e iglesias

La Antigua es una de las más hermosas ciudades coloniales de Centroamérica. Foto: ©Maynor Mijangos.

Entre el Atlántico y el Pacífico, conectando América del Norte y del Sur a través de un estrecho puente natural, Centroamérica se revela como un santuario tropical que alberga el 12% de la biodiversidad del planeta y el segundo arrecife de coral más grande del mundo.

También es cuna de civilizaciones milenarias (aún hoy lo habitan 65 pueblos indígenas) así como de hermosas ciudades, muchas de ellas levantadas según el estilo arquitectónico que España trasladó al Nuevo Mundo, pero todas moldeadas con su propia identidad, su historia y su mestizaje.

Antigua, Granada, Santa Ana, Choluteca, Belice, Ciudad de Panamá y Cartago son las ciudades más bellas y señoriales para una ruta en clave histórica en la que perdernos entre casas señoriales y palacetes, iglesias, conventos y catedrales, fortalezas, edificios civiles, plazas y callejuelas empedradas que integran hermosos conjuntos que explotan de color y sabor y nos empujan a perdernos y recorrer hasta el último de sus rincones.

Catedral de Granada desde campanario de la iglesia La Merced.

La Antigua: la más hermosa ciudad colonial

Sin duda la ciudad más bonita de Guatemala (y puede que de toda Centroamérica), La Antigua (oficialmente la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de Santiago de los Caballeros de Guatemala) fue la capital del país durante la época colonial, entre 1541 y 1776, hasta que un terremoto obligó a trasladar la capital a la ciudad de Nueva Guatemala de la Asunción.

Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979, la belleza de esta ciudad enclavada entre laderas cubiertas de cafetales y las cumbres volcánicas de Fuego y Acatenango, está en el color que cubre en sus edificios del siglo XVI, sus callecitas empedradas y sus antiguos templos y monasterios que parecen detenidos en el tiempo.

Tras una toma de contacto desde el cerro de la Cruz, que nos ofrece un excelente mirador natural, cabe dejarse llevar entre iglesias y coloridas fachadas barrocas hasta descubrir el palacio del Ayuntamiento, la fuente de las Sirenas y la iglesia de San José, una parte de la que fue la catedral de Santiago, que llegó a ser una de las más grandiosas de la región.

La Antigua, Guatemala. Foto: Pixabay.

El palacio de los Capitanes Generales, el arco de Santa Catalina, las iglesias de San Francisco y la Compañía de Jesús y los conventos de Santo Domingo o la Concepción son otras de sus joyas, a las que se suman, más actuales, los museos del Jade y el de la Universidad de San Carlos.

Frutas de colores y sabores increíbles, tejidos, cerámicas y todo tipo de piezas de artesanía nos esperan en el Mercado Central de la ciudad, también rica en artesanías como tejidos, cerámica, productos de plata y oro y cerería.

Santa Ana, la ciudad de las pitonisas

Segunda ciudad en importancia de El Salvador, Santa Ana fue fundada por los mayas como Cihuatehuacán, que en lengua náhuatl significa la ciudad de las pitonisas o hechiceras.

En su casco histórico destaca la catedral de Santa Ana, declarada Patrimonio Cultural de El Salvador en 1995, de 90 metros de largo y estilos gótico y bizantino.

Santa Ana, El Salvador.

También el Palacio del Ayuntamiento y el Teatro Nacional, uno de los más hermosos y con mejor acústica y decoración del país, considerado una verdadera joya arquitectónica construida en la primera década del siglo XX e inaugurado en 1910 con una ópera de Giuseppe Verdi, y el Regimiento o Cuartel de Santa Ana, un baluarte considerado inexpugnable y tomado por un golpe de audacia por 44 revolucionarios en 1894.

Entre sus tesoros arqueológicos se cuentan también los restos de Tazumal, Casablanca y Trapiche, además de otros aún por excavar.

Cartago, la Vieja Metrópoli

En el paraíso natural que es Costa Rica, enclavada entre montañas, emerge la ciudad de Cartago, antigua capital del país al acoger la residencia de los gobernadores españoles (y las familias más acaudaladas e influyentes) desde su fundación, en 1563, hasta la independencia de las provincias centroamericanas en 1821

Las ruinas de Cartago, que datan del siglo XVI y corresponden a una iglesia construida tres veces y otras tantas derrumbadas por terremotos, son uno de sus mayores atractivos, con el cercano volcán Irazú como telón de fondo.

Cartago, Costa Rica.

Si se quiere descubrir la huella colonial española hay que pasarse por Orosi y contemplar su iglesia, una de las más antiguas del país. Otras de las ruinas de la época colonial se han convertido en atracciones como museos, bibliotecas y parques, hoy considerados algunos de los atractivos arquitectónicos más destacados de Costa Rica.

Granada, la gran sultana

La arquitectura colonial y neoclásica del antiguo centro de Granada conjuga a la perfección con museos, galerías, hoteles y restaurantes envueltos en un ambiente cosmopolita que la ha valido el apodo de la París de Centroamérica.

Fundada por Francisco Hernández de Córdoba en 1524 (es la ciudad más antigua de Nicaragua), también suele recibir el sobrenombre de ‘La Gran Sultana’ por su apariencia a la Granada andaluza.

Catedral de Granada.

Entre sus atractivos destaca el convento de San Francisco, hoy centro cultural con museo y biblioteca, así como su catedral pintada de llamativos colores amarillo, rojo y blanco. El parque Colón, la Plaza de la Independencia y Obelisco, así como la Capitanía del pueblo y el Muelle de Granada son otras de las paradas imprescindibles.

Otro de sus grandes atractivos es el Gran Lago de Nicaragua, lago Cocibolca o Mar Dulce. En sus más de 8.000 kilómetros cuadrados de extensión hay 400 islotes, tres islas y dos volcanes. Sobre una pequeña isla llamada El Castillo, se encuentra la fortaleza San Pablo, construida entre los años 1670 y 1685 para defender a la ciudad de piratas.

Choluteca, la perla del sur

Fundada en 1825 y cuna del sabio José Cecilio del Valle, redactor del acta de independencia de Centroamérica en 1821, Choluteca, capital del departamento con el mismo nombre en Honduras, cuenta con el casco histórico mejor preservado del país, por lo que es conocida como ‘La sultana del sur’ y con una herencia española aún visible.

Ideal para recorrer al despuntar la mañana o al caer la noche, sus estrechas calles están custodiadas por edificios de hace 300 años, muchos de ellos declarados Monumentos Nacionales Históricos.

Crisol de culturas en Belice

Capital del país hasta 1970, cuando los efectos del huracán Hattie obligaron al gobierno a transferir las funciones a Belmopán, la ciudad de Belice puede jactarse de ser el corazón de la civilización maya, que se extendía desde el sur de México hasta Guatemala y Honduras.

Hopkins Village, Belice.

Hoy, la ciudad de Belice cuenta con un gran patrimonio histórico. Entre las visitas, destacan Hopkins Village y Punta Gorda para conocer la cultura garífuna, San Miguel para descubrir la cultura maya y el Museo Nacional para encontrarse con la historia colonial, que también se rastrea en la Casa Gubernamental, la catedral y el edificio Paslow, antiguas oficinas postales.

Luego hay perderse por sus estrechas callejuelas en busca de edificios con techos de un distintivo color rojizo convertidos en pintorescos bares y restaurantes. El contraste entre esa arquitectura colonial y los más modernos edificios hacen de la ciudad de Belice un lugar único en el mundo.

Ciudad de Panamá, modernidad e historia

La capital más cosmopolita de Centroamérica, hoy reconocida por su skyline de rascacielos, su actividad económica y el Canal de Panamá es, en realidad, una muñeca rusa que esconde no una sino tres ciudades que generan potentes contrastes: un distrito histórico, uno reconstruido y uno muy moderno.

Panama La Vieja.

No hay que perderse Panamá La Vieja, con estructuras históricas de la primera ciudad española fundada en el país (se trata del asentamiento europeo más antiguo de la costa pacífica de América) y donde aún se mantienen en pie tres baluartes (Barlovento, Mano de Tigre y la Puerta de Tierra) y una muralla, construidos tras los ataques y saqueos del pirata inglés Henry Morgan y su flota en 1671.

Su Casco Viejo, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, es todo un laberinto que alberga algunos de los mejores hoteles, bares y restaurantes de la ciudad, así como iglesias coloniales, concurridas plazas como las de Herrera, Bolívar, Francia y Santa Ana, pintorescas calles y diferentes edificios históricos como la Casa Góngora y Casa Boyacá, con fachadas decoradas al estilo barroco.

El palacio Bolívar, el Teatro Nacional y la Catedral Metropolitana Santa María también se perfilan como construcciones de renombre que deben hacer parte de un recorrido colonial al visitar ciudad de Panamá, por otra parte una de las urbes más vanguardistas de Centroamérica.

a.
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