Siete experiencias que solo podrás vivir en Cork

Cervezas elaboradas en una antigua abadía, un reloj que miente, un museo dedicado a la mantequilla y un mercado que es un templo de la gastronomía son algunas de las vivencias que se pueden tener en esta ciudad del sur de Irlanda

Cork, una ciudad para descubrir lentamente. Foto Turismo de Irlanda

Al suroeste de la isla esmeralda, Cork presume de su activa vida cultural y social gracias a su importante población universitaria, en una ciudad que se puede recorrer en un par de jornadas y que es la puerta a explorar la hermosa región del Anillo de Kerry.

Es cierto que cada ciudad irlandesa es diferente, pero las experiencias que se pueden tener en esta urbe son únicas. Y es hora de conocerlas.

El Mercado Inglés

Según los expertos en gastronomía este es el mejor mercado cubierto de Reino Unido e Irlanda. La razón es el variado despliegue de alimentos y platos que hay en los 55 puestos, que van desde elaboraciones tradicionales como los drisheen (una especie de morcilla) y las manitas de cerdo a quesos, pescados y verduras.

Comprando en el Mercado Inglés. Foto Turismo de Irlanda

Sus orígenes protestantes, allá por 1788, le bautizaron con este nombre que ha querido ser cambiado varias veces; pero el mercado ha sobrevivido a incendios, guerras y al intento de derribarlo para construir un parking.

El Fuerte Elizabeth

Desde sus murallas se tienen algunas de las mejores vistas panorámicas de Cork, tanto de los montes que la rodean como del puerto y de sus casas de colores.

Con cuatro siglos de historia, la antigua estructura fue derribada por los habitantes por miedo a que atrajeran a posibles invasores.

El gobierno británico obligó a los vecinos de Cork a reconstruir el fuerte que habían derribado por miedo a ser objetivo de posibles invasiones

Figuras de bronce en el fuerte Elizabeth. Foto Fort Elizabeth Cork

El gobierno británico obligó a los audaces vecinos a reconstruir el fuerte y correr con los gastos, que tras una reforma de Oliver Cromwell en 1624 obtuvo la forma que se puede ver actualmente.

Cervecería franciscana

No todo es Guinness en la isla esmeralda. La tradición por su bebida más famosa tiene un lugar privilegiado en la cervecería Franciscan Well, instalada en un antiguo monasterio franciscano que tenía un pozo de aguas curativas.

Variedades cerveceras en la antigua abadía. Foto Franciscan Well

Allí se puede optar por una gran gama de cervezas, desde rubias a negras, de tostadas a de trigo, así como variedades artesanales de todo el mundo. Un paraíso para el gourmet cervecero.

El campus universitario

Como el Trinity College, los irlandeses saben mantener la tradición arquitectónica y social de los campus universitarios.

El University College Cork, junto al río Lee, es uno de los más bonitos del país, con unos jardines de frondosos árboles que guardan una curiosa leyenda: se dice que uno de ellos germinó en el bolsillo de un soldado caído en la Primera Guerra Mundial.

El campus de la Cork University. Foto Turismo de Irlanda

Allí se encuentra la galería Lewis Glucksman, que mantiene viva la tradición de promover las artes plásticas en las instalaciones.

La catedral de San Finbar

Construida sobre un monasterio del siglo VII que fundó San Finbar, el patrono de Cork, la catedral de la ciudad es una elegante muestra del neogótico en su versión francesa.

Finalizada en el siglo XIX, su presupuesto original se multiplicó por siete. Pero al ver sus preciosas vidrieras de colores, el órgano ricamente decorado y los detalles cromáticos del techo se comprenden las razones.

Actuación musical en la catedral. Foto Jed Niezgoda

Si se va a la fachada Este se verá la figura de un ángel con una trompeta, que según la leyenda, la tocará cuando llegue el Apocalipsis. Están avisados.

El reloj que miente

Uno de los símbolos de Cork es la torre de la iglesia de Santa Ana, cuya estructura de arenisca roja y piedra caliza blanca ha inspirado los colores de los equipos deportivos locales.

Cada reloj de la torre de Santa Ana tiene una hora diferente, por eso se le llama ‘el mentiroso de cuatro caras’

El detalle más divertido es que los relojes de sus caras dan una hora diferente, por lo que se lo llama ‘el mentiroso de cuatro caras’.

La torre con relojes que dan una hora diferente. Foto Turismo de Irlanda

Aunque las campanas suenan por un sistema automático, en ocasiones especiales se permite a los visitantes que accionen el mecanismo para escucharlas.

El museo de la mantequilla

El Museo de la Mantequilla de Cork merece incluirse en el listado de los más curiosos del mundo.

Este producto lácteo tiene un importante reconocimiento gracias a la calidad de la leche, la abundante presencia de pastos en la región y el clima templado del sur irlandés.

Elementos para elaborar mantequilla. Foto Turismo de Irlanda

En el museo, además de conocer los detalles de su producción, se pueden ver las antiguas etiquetas de las lecherías locales y los elementos usados para la elaboración doméstica de mantequilla.

Y claro, también está la posibilidad de catar diferentes marcas y variedades.

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