Una forma diferente de conocer la Ribera del Duero

A la Ribera del Duero se la suele asociar con vinos de excelente calidad. Y no le falta razón, pero también hay otras opciones para descubrirla a través de sus rutas ideales para hacer senderismo o bicicleta

El Sendero de las Aromáticas sintetiza los paisajes de la Ribera del Duero. Foto Turismo de Burgos

Al sur de la provincia de Burgos, a lo largo de la Ribera del Duero, los viñedos dan una merecida fama a esta región gracias a sus tintos y blancos.

Pero hay mucho más para descubrir, como los campos de cereales, los bosques y las llanuras, donde entre árboles centenarios y una abundante presencia de aves surge un entramado de 48 senderos ideales para recorrer en bicicleta o a pie.

Recorrerlos, además de la fascinación relajada por la naturaleza, sirve para encontrarse con la historia, con los yacimientos romanos, los castillos fronterizos, los palacios renacentistas y barrocos y la gran cantidad de ejemplos de arquitectura religiosa, desde conventos a iglesias y ermitas.

A lo largo de la Ribera del Duero, en la región que pasa por Burgos, hay casi 50 senderos para descubrirla a pie o en bicicleta

Detallar ese medio centenar de senderos sería imposible. Por ello nos quedamos con tres opciones que ofrecen desde Turismo de Burgos.

Humedales del Carrascal

Estos humedales no son naturales, o mejor dicho, surgieron tras la modificación que los pueblos han hecho del entorno, extrayendo rocas durante generaciones.

Las graveras abandonadas se llenaron de agua y se convirtieron en ambientes acuáticos que fue invadido por diferentes especies vegetales y animales, como las aves que se pueden divisar en los diferentes observatorios montados discretamente.

Vista de los humedales. Foto Turismo de Burgos

Es un sendero de 10 km, que se realiza entre dos y dos horas y media. El punto de partida es Villalba del Duero y bordea el río por huertos y encinares hasta Cañada del Montecillo.

El curso fluvial es reemplazado por los humedales donde emergen choperas, viñedos, almendras y saucedas. Al pasar por el monte El Carrascal se ven galerías y trincheras de la Guerra Civil y al regresar a Villalba vale la pena detenerse a ver las aves que nadan entre el agua.

Sabinar del Arlanza

Al pie de las Lomas de Cervera está uno de los sabinares más grandes del mundo, con ejemplares milenarios de este árbol que es un símbolo de Castilla y León.

Estamos en el valle del río Esgueva, donde la acción tectónica y los cursos fluviales han creado un paisaje de crestas rocosas y desfiladeros.

En el camino se encuentran gigantescas y centenarias sabinas. Foto Turismo de Burgos

En Lomas de Cervera está uno de los sabinares más grandes del mundo, con ejemplares gigantescos con siglos de historia

Este es un sendero de dificultad media, de 14,4 km y con un desnivel acumulado de 363 metros, que a pie requiere de unas cuatro horas para realizarlo.

La ermita de San Roque, en Espinosa de la Cervera, marca el inicio del camino entre robles centenarios y que tras pasar otra ermita, la de San Ginés, conduce a la encina milenaria, un árbol de un tamaño tan grande como su antigüedad.

Y no es la única maravilla natural, porque más adelante esta la sabina tumbada, un magnífico ejemplar que resiste la ley de gravedad.

Otra ermita en el sendero, la de la Virgen de la Talamanquilla, es la escala antes del alto de la Matalarruda, que regala hermosas vistas del desfiladero de Arroyo Mayor.

Una de las grandes sabinas que hay en la Ribera del Duero. Foto Turismo de Burgos

El descenso se hace entre sabinas y grandes rocas, y al final del recorrido uno queda rodeado de los zumaques, un matorral usado antiguamente como tinte y para curtir pieles.

Sendero de las Aromáticas

Este camino de 16,7 km, con un desnivel acumulado de 215 metros y que necesita cuatro horas de caminata, es toda una síntesis de la Ribera del Duero.

En su trayecto se combinan las campiñas con viñedos y sus bodegas, las fincas de almendros y los campos sembrados de cereales, los bosques de pinos y los encinares y sabinas.

En el Sendero de las Aromáticas se perciben aromas de tomillos, jaras estepas, salvias, mejoranas y botoneras

Un sendero para recorrer entre aromas. Foto Ruta del Vino Ribera del Duero

Desde Fresnillo de las Dueñas se desciende al curso del río en un trazado tapizado de chopos, fresnos, sauces, álamos y alisos.

Luego se avanza entre campos agrícolas, como los dedicados a la remolacha, donde se perciben los aromas de los tomillos, jaras estepas, salvias, mejoranas y botoneras, en un entorno de bosque mediterráneo.

En el último tramo surgen los cultivos de secano que dialoga con los viñedos, entre almendros y encinares.

Más bodegas se agrupan en el camino a Fuentespina, y tras dejar atrás este pueblo se regresa a Fresnillo de las Dueñas, en un bonito paisaje de vides y parras, pinares y eriales que dominan el canal de Guma.

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