Ruta de los Tres Valles: en moto por el corazón de La Rioja

Increíbles paisajes entre viñedos, cuevas, cascadas y pueblos de piedra, tres ríos, carreteras sinuosas y 1.313 curvas hacen de la Ruta de los Tres Valles la mejor opción para descubrir La Rioja en moto

Ruta de los Tres Valles. Foto: La Rioja Turismo.

Hay paisajes que parecen hechos para ser disfrutados en moto. Carreteras sinuosas que regalan en cada recodo un paisaje fascinante que invita a parar y retomar el camino para admirarse poco más adelante con una escena totalmente diferente. La diversidad natural de La Rioja, donde se suceden sierras, valles, cañones y cascadas en pocos km se condensa especialmente en la Ruta de los Tres Valles, apenas 200 km que no dejan nunca de sorprender.

Y no solo porque en el itinerario, que atraviesa los valles del Najerilla, Leza e Iregua, se sucedan nada menos que 1.313 curvas y 29 municipios.

En el trayecto de 188,81 km hay espacio para paisajes donde perviven las huellas de dinosaurios que hace miles de años poblaron estos valles, campos de viñedos, magníficos bosques como el hayedo de Tobía, cuevas como las de Ortigosa de Cameros y cascadas que alegran los tres ríos, todos afluentes del Ebro.

Una ruta, tres valles y mil sorpresas

Perfecta para realizarla desde Logroño, por la Ruta de los Tres Valles discurre también el Camino de Santiago y saludan encantadores pueblos que alternan recuerdos de trashumancia y emigración con el legado de los indianos en magníficos ejemplos de arquitectura en Los Cameros y Las Viniegras.

La cultura del vino, siempre entrelazada con una exquisita gastronomía, se deja ver hermosas bodegas y se degusta en copas mientras las cumbres de Sierra Cebollera se recortan con su presencia imponente de más de 2.000 metros y las Dolinas de Zenzano en Lagunilla del Jubera revelan un desconocido tesoro natural.

¿Paradas imprescindibles? Puertos como el de La Rasa o el de Montenegro, en ermitas en mitad de la naturaleza como la de Lomos de Orio en Villoslada de Cameros y monasterios como el de Valvanera en la ladera soleada del monte Mori o en miradores como el del Cañón de Río Leza (Soto en Cameros).

Almarza de Cameros. Foto: Turismo de La Rioja

Con un poco de suerte seremos también testigo de alguna de las fiestas que deja ver un rico folclore que se traslada a danzadores (los de Anguiano, declarados Bien de Interés Cultural Inmaterial, están documentados desde 1603), vendimiadores o cronistas medievales.

Valle a valle

La Ruta de los Tres Valles, asequible para un día y perfecta para un fin de semana, se divide en tres etapas que coinciden con los diferentes valles.

El primer tramo, en el Valle del Najerilla, tiene una longitud de 77,30 km y nada menos que 652 curvas. Discurre por los pueblos de Alesón, Tricio, Baños de Río Tobía, Bobadilla, Anguiano, Viniegra de Abajo y Viniegra de Arriba.

El segundo, por el Valle del Iregua, consta de 72,50 km y 397 curvas y atraviesa las localidades de Entrena, Medrano, Hornos de Moncalvillo, Sotes, Ventosa, Villoslada de Cameros, Villanueva, de Cameros, Ortigosa de Cameros, El Rasillo de Cameros, Nieva de Cameros y Almarza de Cameros.

Monasterio de Valvanera. Foto: La Rioja Turismo.

La última parte, ya en el Valle del Leza, es la más corta, con 52,47 km y la nada desdeñable cifra de 386 curvas. A su paso saludan los pueblos de Muro en Cameros, Jalón de Cameros, San Román de Cameros, Terroba, Soto en Cameros, Leza del Río Leza, Ribafrecha, Villamediana de Iregua, Alberite y Lardero.

Entre dinosaurios, viñedos y el Camino de Santiago

Cuando no estés sobre la moto puedes conocer la Ruta de los Dinosaurios de Leza-Jubera donde seguir las icnitas o huellas reales de grandes saurópodos (dinosaurios herbívoros que caminaban a cuatro patas). Muchas localidades, como Soto en Cameros, enseñan piedras con este tipo de cicatrices prehistóricas y conforman una ruta de los dinosaurios que tiene su epicentro en Enciso.

Guardaviñas. Foto: La Rioja Turismo.

Tras completar la Ruta de los Tres Valles en moto también podrás decir que has hecho una parte del Camino de Santiago. El Camino, que en La Rioja pasa por Logroño, Nájera o San Millán de la Cogolla, y que tiene sus propias variantes, atraviesa también estos estos valles, en concreto las localidades de Ventosa y Alesón.

En cuanto a patrimonio, es imprescindible la parada en el monasterio de Valvanera, que se presenta como colofón para cualquier amante de las carreteras que serpentean entre árboles y precipicios. Lo encontramos en uno de los parajes naturales más impresionantes de La Rioja, en Anguiano, en el Valle del Najerilla.

En esta abadía benedictina situada a las faldas de los Montes Mori y Redonda y entre espesos bosques se encuentra, además, la Virgen de Valvanera, patrona de la Comunidad Autónoma de La Rioja.

Santa María de los Arcos en Tricio. Foto: La Rioja Turismo.

En Tricio, también en el Valle del Najerilla, espera la Basílica Paleocristiana de Santa María de Los Arcos, considerado el monumento religioso más antiguo de toda la región, del siglo V.

Otra parada obligatoria (o varias) debe ser a alguna de las bodegas de la zona, donde degustar sus famosos vinos, participar en una cata o maridaje o, incluso, asistir a una ruta teatralizada.

Por supuesto, el momento de quitarse el casco y parar a comer es otro de los grandes placeres que depara esta ruta: patatas a la riojana, caparrones con tropiezos, pochas con codornices o bacalao a la riojana son solo algunas de las especialidades locales.

Ruta de los Tres Valles. Imagen: La Rioja Turismo.

Una ruta segura para moteros

No solo es divertida y apetecible; la Ruta de los Tres Valles es, además, especialmente segura. Diseñada por el gobierno de La Rioja en colaboración con la Dirección General de Tráfico, está ideada específicamente para moteros por lo que incluye elementos de seguridad que van mucho más allá de la mera señalización.

Barreras de protección para motoristas, incluido un sistema con patente en La Rioja que reduce sensiblemente la gravedad de las lesiones de motoristas y ciclistas en caso de choque a partir de rodillos de caucho que se insertan debajo de la bionda de seguridad metálica, marcas viales que ayudan a trazar las curvas de una forma más segura y nuevas señales verticales con mayor capacidad de deformación respecto a las convencionales son algunos de los elementos que se disponen a lo largo de los valles del Najerilla, Leza e Iregua y que, además, se han realizado según criterios de sostenibilidad para ser respetuosas con el medio ambiente.

a.
Ahora en portada