En Gran Canaria y La Rioja: estos son los mejores pueblos para visitar este otoño
Estos dos pueblos españoles están entre los mejores municipios turísticos del mundo en 2025 según ONU Turismo
Villa de Agaete. Foto: Turismo Islas Canarias.
Destinos rurales que, además de preciosos, son sinónimo de sostenibilidad y tradiciones. Es lo que reconoce la iniciativa Best Tourism Villages, por la que la ONU Turismo reconoce cada año, desde 2021, a pueblos en todo el mundo donde el turismo sirve de instrumento para la creación de oportunidades y la promoción de la preservación cultural y el crecimiento sostenible.
Localidades españolas como Alquézar y Aínsa en la provincia de Huesca; Sigüenza en Guadalajara; Mura y Rupit en Barcelona; Lekunberri en Navarra; Morella en Castellón; o Guadalupe en Cáceres forman ya parte de este selecto club, al que en 2025 se han incorporado dos nuevos municipios que, además, son perfectos para una escapada otoñal.
Agaete, en Gran Canaria, y Ezcaray, en La Rioja, son los dos nuevos pueblos españoles que forman parte desde el pasado octubre de los Best Tourism Village, una excusa tan buena como otra cualquiera para descubrirlos.
Ezcaray: la villa gourmet de La Rioja
Ubicada en la Sierra de la Demanda, a orillas del río Oja, la villa de Ezcaray entraña a la perfección los valores del programa Best Tourism Villages, un destino perfecto para quien busque descanso y tranquilidad, pero también buena gastronomía y deportes de montaña.

Nombrada Primera villa turística de La Rioja, su casco viejo conserva la arquitectura tradicional con un patrimonio en el que destaca la iglesia de Santa María la Mayor, de origen románico, aunque reconstruida entre los siglos XIV y XVI ya en estilo gótico -único en La Rioja-, impactante por su apariencia que recuerda a una medieval
La siguiente visita obligada es la Real Fábrica de Paños de Santa Bárbara (bautizada así en honor a la mujer de Fernando VI, Bárbara de Braganza), fundada en 1752 y que llegó a ser uno de los motores económicos del pueblo. Pese a no tener ya actividad, mantiene su interés turístico, como también el edificio del tinte, conocido popularmente como El Fuerte.
Paseando por sus calles empedradas y entre arquitectura tradicional riojana de casas de piedra y plazas con soportales encontramos también lugares interesantes como el Palacio de Torremúzquiz, la casa del Ángel, la casa de los Gil de la Cuesta y el palacio del Arzobispo.

Una villa sibarita
Muy conocida también por su proximidad a la estación invernal de Valdezcaray, si por algo destaca la villa es por su gastronomía.
Entre los imprescindibles, el hotel Echaurren, antigua casa de postal y hoy coqueto establecimiento con el sello Relaix & Châteaux y un restaurante, El Portal de Echaurren, con dos estrellas Michelin. Más asequible pero con la misma dirección del chef Francis Paniego, Echaurren Tradición, donde disfrutar de recetas familiares como las croquetas de pollo y jamón (receta de su madre, Marisa Sánchez, ya fallecida), los callos, la merluza a la romana o los caparrones a la riojana.

También destacados por sus propuestas gastronómicas, el clásico Casa Masip (tienen bar y restaurante), con sus riquísimas tapas, cazuelitas y pinchos; Satorre, famoso por sus bocados de bacalao en aceite y las sardinas con montera; o Roipa, donde hay que probar la oreja adobada.
En los alrededores de Ezcaray, los puentes sobre el río Oña, el paisaje de montaña, los bosques y las cumbres que superan los 2.000 metros de altitud ponen el broche al viaje.
Agaete: un pueblo blanco entre acantilados y cafetales
En la isla de Gran Canaria, en su costa noroeste, entre montañas que se precipitan sobre el Atlántico y un mar que ruge con fuerza, se encuentra Agaete, un pueblo de esencia marinera y hermosas tradiciones detenidas en el tiempo.

La mera llegada es impactante: tras una carretera de recorrido serpenteante que deja atrás los paisajes áridos del sur se abre un valle sorprendentemente verde, algo así como un oasis de naranjos, cafetales y buganvillas que crecen bajo la sombra del Roque Faneque, uno de los acantilados más altos de Europa frente al mar.
En el Valle de Agaete se cultiva uno de los pocos cafés que se producen en Europa, una curiosidad que se descubre en las propias fincas, que explican el proceso de elaboración mientras ofrecen degustaciones.
Ya en el pueblo, un casco urbano encalado y tranquilo invita a sumarse a la vida de ritmo pausado de la isla. En el Puerto de las Nieves, las fachadas blancas y azules miran al océano mientras los pescadores remiendan las redes y en los pequeños restaurantes es posible saborear un plato de pescado fresco frente al rumor de las olas.

En algunas guías aún recomiendan mirar, desde el muelle, el famoso Dedo de Dios, un arco natural de roca que sin embargo desapareció hace ya 20 años, víctima de una tormenta que acabó con uno de los monumentos naturales más icónicos de Gran Canaria. Para los vecinos sigue siendo el Roque Partido.
La ermita de las Nieves, La Rama, la Necrópolis del Maipés, donde residen más de 600 enterramientos tumulares, la Casa Fuerte y la iglesia de La Concepción son otros lugares que hay que visitar, así como el jardín botánico del Huerto de las Flores, con más de cien especies de todo el mundo y el imponente Parque Natural de Tamadaba, donde se despliega un bosque de pinos canarios que perfuman el aire con resina y sal.

Playas perfectas para el baño como las de Guayedra o del Risco suman atractivos al pueblo, como también los senderos y miradores que ofrecen panorámicas espectaculares sobre los acantilados, mientras el atardecer tiñe el cielo de tonos naranjas y violeta.