Maison Aime, un oasis de gastronomía francesa en Barcelona

Productores apasionados, chefs con estrellas Michelin y artesanos de la excelencia se encuentran en un establecimiento dedicado a honrar la gastronomía gala en Barcelona

Maison Aime, el paraíso era esto.

Comté, morbier, reblochon, pouligny, charolais, bleu d’Avergne, Saint Felicien… Si se encuentra en Barcelona y le apetece saborear algunos de los mejores y más exclusivos quesos franceses seguramente acabe en Maisón Aime.

En el hermoso barrio de Sarriá, en el número 64 de su Carrer Major se topará con un oasis de delicatesen artesanales 100% francesas.

A medio camino entre la quesería, la bodega y la charcutería, cuenta además un selecto Bar à Fromage donde pedir tablas que queso totalmente personalizadas con productos que provienen directamente de pequeños productores del país galo.

Arte culinario

En cuanto se atraviesa la puerta de este paraíso para los sentidos que lleva por nombre Maison Aime, uno queda asombrado por el despliegue de excelencia, exclusividad, elegancia, belleza, originalidad, artesanía y calidad, además del sinfín de aromas de productos artesanos y también ecológicos que le van a transportar a Francia.

Hasta 900 productos con sello francés. Foto: Maison Aime.

Maison Aime es el sueño hecho realidad de dos franceses, Mélanie André, diseñadora de moda, y Richard Vidal, experto en comercio internacional.

Instalados en Barcelona desde 2014, su gran pasión por la gastronomía y, muy especialmente, por los productos de primerísima calidad, les hizo dar un vuelco a sus respectivas carreras para crear este concepto.

Años de negociación para obtener los precios más bajos a costa de la calidad de los productos, viajes e intercambios con los proveedores asiáticos convencieron a Mélanie de que “esto ya no era lo que buscaban los clientes”.

Por el contrario, “la transparencia, la trazabilidad y una historia real que contarles se convirtió en mi leitmotiv para desarrollar Maison Aime”.

Foto: Maison Aime.

Maison Aime

Maison Aime, que significa ‘la casa de todo lo que me gusta’ -aunque también alude a la M del nombre de Mélanie-, es precisamente eso para Mélanie y Richard, un lugar dedicado al buen gusto, donde lo bueno se codea con la belleza y la excelencia y donde las compras se convierten en un momento de placer.

Sus principios garantizan que todos los alimentos que venden se sustenten en valores como la sostenibilidad, la ecología y también el trabajo bien hecho.

Maison Aime es ese lugar donde las compras se convierten en un momento de placer

Con ese fin, Mélanie viaja continuamente a Francia para descubrir nuevos productos y productores de los que surtir su tienda. “No solo viajamos para probar directamente los productos, también lo hacemos para entender la filosofía de cada uno de ellos, para comprobar que trabajan con unos valores acordes a los queremos consolidar en Maison Aime, para conocer dónde viven y trabajan y para conocer las historias que hay detrás de cada queso, de cada paté, de cada vino…”, afirma.

Foto: Maison Aime.

Y es así como la tienda de Sarriá puede ofrecer hasta 900 productos franceses únicos, casi exclusivos y de alta categoría lo que convierte este establecimiento en un “pedacito de despensa artesana y gourmand de Francia”.

900 productos de excelencia francesa

Las decenas de productos se clasifican entre frescos, salados, dulces, bebidas y bandejas. Solo de vinos y champañas existen más de 40 referencias, más de 45 tipos de quesos artesanales y ecológicos y unos 60 tipos de patés.

Además, fiambres y embutidos artesanos, galletas, productos trufados, recetas de chefs laureados, sopas, aceites, foie gras, platos preparados, aceites aromatizados, cremas, pastelería, repostería, encurtidos, mermeladas, confituras, chocolates, tés, zumos naturales, magdalenas, jarabes, patés de frutas, infusiones e incluso caramelos y golosinas.

En este lugar, la calidad está en el centro de todo. Así, en la tienda no entra ningún producto industrial.

Su creadora afirma que “siempre me ha gustado cocinar y compartir la buena comida, pero más allá de eso, siempre he querido saber de dónde vienen los productos, quiénes son esos artesanos con un talento y un saber hacer incomparables”.

Los quesos son los grandes protagonistas. Foto: Maison Aime.

Grandes chefs en las estanterías

Entre estos deliciosos productos, muchos destacan por venir firmados por creadores de altísimo nivel, incluidos chefs con estrella Michelin como Nadia Sammut y su gama de dulces sin gluten y ecológicos; o Emmanuel Renaut, Edouard Loubet y Olivier Nasti, con sus patés caseros de la firma Maison Telme.

La mayoría de productos de este oasis gastronómico cuentan sus propias historias, especiales y singulares. Es el caso de ese embutido que elabora un productor con exactamente 100 cerdos negros en exactamente 100 hectáreas; o el de un ex directivo de una firma de alta costura que dejó su profesión y su éxito para elaborar mermeladas de frutas de forma totalmente artesanal.

También se pueden adquirir aquí los aceites de trufa de los Sarkozy, envasados a la manera de perfumes, o los famosos pepinillos ecológicos de Maison Marc.

Foto: Maison Aime.

Para que no falle nada, Maison Aime dispone también de atrezzo para acompañar sus exquisiteces: vajillas, mantelerías de lino Charvet, servilletas King size, cuberterías, velas y todo aquello que sirva para realzar los delicados manjares con la elegancia de la que ellos precisan.

Los quesos, estrellas de Maison Aime

Sin embargo, si hay alguna estrella que brille en el universo Maison Aime esa son los quesos y las ‘grazing tables‘ que preparan para eventos.

La propia Mélanie diseña personalmente en el Bar à Fromage las tablas, con un máximo de 15 variedades puesto que “nunca hay que superar la cantidad de queso que el paladar es capaz de disfrutar sin llegar a la saturación”.

Además, se ofrecen servicios de catering, con platos elaborados con ingredientes y recetas galas.

Montan desde buffets clásicos, a tablas modernas y elegantes. Para Mélanie “Cada evento es único, nos adaptamos al cliente, pero también le asesoramos. Eso sí, si nos piden algo que no sea francés, no se lo podemos ofrecer”. “Creo, sin duda, que los pequeños detalles marcan la diferencia”.

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