Las 5 bodegas más emblemáticas del Priorat

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En un país con una viticultura tan extendida como la que existe en España el término Prioriat resulta un gran conocido para todos aquellos entendidos del mundo del vino. Un nombre que proviene de la comarca del mismo nombre, ubicada en Cataluña, que adquirió una enorme importancia en el siglo XII cuando los monjes cartujos dieron vida al Priorato de Scala Dei.

Esto supuso un antes y un después en el desarrollo de la viticultura catalana, que con el paso de los años se ha ido desarrollando, dando vida a un tipo de vinos potentes y muy complejos, elaborados en casi su totalidad a base de uva garnacha y cariñena. Estas particularidades se deben en gran parte a las condiciones climáticas como los terrenos montañosos o los suelos de pizarra, que dan lugar a bodegas que, aún a día de hoy, podemos visitar.

La bodega Perinet

Entre las más destacadas dentro del panorama español aún abiertas, podemos toparnos con la bodega Perinet, compuesta por un total de tres parcelas entre las que podemos encontrar vinos frescos y largos, cálidos y maduros o mediterráneos y aromáticos. Unas inclinaciones que se deben a las distintas orientaciones y pendientes de cada parcela, que hacen que los vinos maduren en tiempos diferentes, debido a que la influencia de elementos naturales como el sol o el viento afecten de formas distintas. Un paseo por sus viñedos o la cata de barricas con vinos especiales son algunas de las experiencias únicas que encontrarás en estas bodegas.

Celler Cooperatiu de Falset

Siguiendo ahora desde una perspectiva menos clásica y más modernista, la Catedral del Vino de Falset Marçà es otra de las visitas obligadas en la ruta de bodegas de Cataluña. No solo por su belleza arquitectónica, obra de César Martinelli, discípulo de Gaudí, sino por las múltiples actividades que ofrece: podrás degustar sus vinos en el bar, una visita guiada entre los viñedos, actividades teatralizadas, en incluso una visita a un mirador en el que disfrutarás de una vista panorámica del mar de viñas.

Celler de Capçanes

Otra de esas visitas obligadas para conocer un poco más a fondo la historia de la viticultura catalana tiene que ver con el Celler de Capçanes. Ubicado en la sierra de Llaberia, este proyecto iniciado hace casi más de un siglo cuenta a día de hoy con más de 250 hectáreas que cualquiera puede visitar. Entre las particularidades que hacen de esta una visita obligada, destaca su conversión en 1995 hacia la primera bodega de España en elaborar vino kosher, en base a las órdenes de la religión judía, por lo que se trata de una visita también muy enriquecedora culturalmente.

Clos Mogador

Otra de esas visitas obligadas en la ruta del vino por Cataluña es la de Clos Mogador, una de las claves en el renacimiento del Priorat en la década de los 80. Todo ello de la mano de René Barbier, quien produjo entonces su primer vino en una granja abandonada, hasta dar lugar a lo que a día de hoy es un territorio de más de 20 hectáreas caracterizado por un gran respeto a la biodiversidad. Con procesos basados en la agricultura regenerativa y biodinámica, así como las bases lunares, se trata de una experiencia sumamente completa en la que podrás comprender el amor que se esconde por el vino en este espacio.

Celler Scala Dei

Y la lista no podía terminar de otro modo que con una visita al Celler Scala Dei, la cuna del nacimiento del vino en Cataluña hace ya casi nueve siglos. Precisamente en 1878 nació aquí la primera botella de Priorat, y desde entonces, sigue siendo una de las grandes referencias del vino en toda España, donde podrás no solo probar su delicioso vino, sino conocer uno de los lugares más importantes de la historia de la viticultura en España.