Ribera del Duero: 40 años de la DO en una tierra de vinos milenaria

Productora de algunos de los mejores vinos de España, esta DO cumple cuatro décadas representando a más de 300 bodegas

Paisajes de los viñedos. Foto DO Ribera del Duero

Cuando se oye hablar de Ribera del Duero, enseguida aparecen grandes vinos como Pesquera, Vega Sicilia, Altos de Tamarón o Emilio Moro, así como bodegas de la talla de Portia, Emina, Finca Villacrees, Protos o Peñafiel. Pero Ribera del Duero es mucho más 

El Duero lleva más 2.500 años siendo tierra de vinos, como se puede ver en el yacimiento vacceo de Pintia y en el mosaico romano de Baños de Valdearados. Ya los fenicios habían introducido las técnicas más avanzadas de cultivo, producción, e incluso las cepas. Los romanos utilizaban vinos del Duero para abastecer a sus legiones, y a partir del siglo X las órdenes monásticas difunden la cultura vitivinícola: ya en el siglo XII que los monjes del Císter ya elaboran sus propios vinos. 

Los orígenes de la DO

Desde 1975 se hablaba de crear para el Duero y sus vinos una entidad como la de DOCa Rioja que encauzara una producción de vino cada vez mayor y de más calidad.

En aquella época era difícil imaginar el prestigio del que iban a gozar estos vinos en el siglo XXI.

Infografía Jordi Català

Finalmente el 21 de julio de 1982 se formó el Consejo Regulador de la DO Ribera del Duero, que representaba a una decena de bodegas y cooperativas. Su nacimiento fue en un lugar curioso: la estación de Retiro del metro de Madrid. 

El Consejo Regulador de la DO Ribera del Duero nació en 1982, y su acta de nacimiento fue en la estación de Retiro del metro de Madrid

Hoy se cumplen 40 años de la aprobación de un reglamento que venía a poner orden a una larga tradición de viñas y vinos, que unía a un centenar de municipios de las provincias de Burgos, Soria, Segovia y Valladolid

Infografía Jordi Català

La sede del Consejo Regulador de la D. O. Ribera del Duero se estableció en Roa y como detalle curioso, Bodegas Protos cedió a la nueva DO el nombre de “Ribera del Duero”, que lo usaba desde 1927.

Caso de éxito

“Somos lo que somos, vivimos como vivimos, gracias a aquellos pioneros valientes que creyeron que era posible ser Ribera del Duero”, dijo Enrique Pascual, presidente del Consejo Regulador.

«Ribera del Duero es uno de los casos de éxito más destacados del mundo del vino»

Tim Atkin, Master of Wine

Por su parte, Tim Atkin, Master of Wine, calificó a Ribera del Duero como “uno de los casos de éxito más destacados del mundo del vino. No todo es perfecto, pero debemos admitir que en sólo cuatro décadas ha logrado cosas impresionantes. Y lo mejor está por venir”.

Infografía Jordi Català

Creados para emocionar

Como dice el eslogan de la DO Ribera del Duero, allí se hace «un vino creado para emocionar”.

La variedad principal es la tempranillo, también conocida como Tinta del País o Tinto Fino, que convierte su color, aroma y ese cuerpo tan recio en emblema de los vinos de la Ribera del Duero.

Infografía Jordi Català

Estos tintos van desde los jóvenes de gran carga frutal y fáciles de beber, a los muy venerables y muy poderosos, complejos y elegantes vinos con casta, y envejecimiento repartido entre crianzas, reservas, y grandes reservas; pero además con una importante guarda que les convierte en patrimonio.

Otras variedades

Pero aunque el tempranillo manda, cada vez están más presentes otras variedades tintas como cabernet sauvignon, merlot, malbec y garnacha tinta.

En definitiva, son cerca de 8.000 viticultores para 307 bodegas, que trabajan 25.035 hectáreas con viñas respetables (un 23% supera los 50 años y un 10%, los 80 años), divididas en 63.835 parcelas y ofreciendo al mercado 2.225 marcas.

La albillo cada vez con más pujanza. Foto DO Ribera del Duero

A una altitud de entre 720 y 1.100 metros, las vides crecen en un suelo excepcional de carenas arcillosas, capas calizas y concreciones calcáreas. 

Y si esta es tierra de tintos, también hay unos blancos excelentes producidos a partir de la albillo mayor, vinos jóvenes, afrutados y florales, muy frescos, con un buen equilibrio ácido, que pueden envejecer en barrica y aportar aromas cada vez más complejos. Además también hay rosados, igualmente frescos y aromáticos.

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