Teatro: así es el nuevo espectáculo gastronómico de Barcelona

El restaurante Teatro presenta una puesta en escena que recuerda a los espectáculos de la calle Paral·lel

Teatro homenajea al Paral·lel con su nueva propuesta

Un inmenso ticket dorado, similar al famoso billete mágico de Willy Wonka, llegó a mis manos como si fuera la entrada a un espectáculo. No se trataba del pase a una sala tradicional, sino la invitación a la renovada propuesta de Teatro, el restaurante del grupo RiasKru que presenta una combinación de tapas de autor y show cooking en el local de Paral·lel 164, Barcelona.

El chef Oliver Peña, tras su paso por Enigma, 41º Experience y Hacienda Benazuza elBulli Hotel ejerce como un director en una cocina abierta donde una barra de formas sinuosas funciona como las butacas de un teatro.

Enfrente los cocineros realizan una especie de coreografía gastronómica, con sus pinzas para añadir ingredientes, la milimétrica preparación de los platos y la elaboración de las salsas.

Es mejor dejarse llevar por las propuestas. Foto Teatro

Solo con los dedos

Cuando uno se sienta en la barra o en las mesas de Teatro percibe que no hay cuchillo ni tenedor. Solo la misma pinza de los cocineros, porque la idea es realizar un viaje por las tapas de autor utilizando los cubiertos primordiales de la cocina: los dedos.

La idea es realizar un viaje por las tapas de autor utilizando los cubiertos primordiales de la cocina: los dedos

Uno puede elegir platos de la carta, pero así como en un teatro a nadie se le ocurriría pedir a los actores que reciten los parlamentos que quiere el público, lo mejor es ponerse en manos de la casa y dejar que los camareros vayan trayendo las tapas, y que lleguen según el deseo y la saciedad del comensal.

Tosta de calabaza y chipotle. Foto Teatro

Lo mismo para las bebidas: claro que se puede elegir, pero es mejor que el sumilier proponga espumosos, blancos, rosados y tintos según el desfile de platillos.

Los tres actos

En nuestro caso, un Corpinat Torelló Pal·lid abrió el telón a un profiterol de hibiscus, seguido por un blini de caviar con crema ibérica, una pizzeta crujiente con stracciatella ahumada y un filomonio de boquerón y anchoa.

Fin del primer acto. El segundo se inició con un blanco pansa blanca Can Matons de la DO Alella, para acompañar la tosta de calabaza y chipotle, la coca de pollo y setas escabechadas, el aguachile de pez limón (un ceviche a la mexicana), la ensaladilla de buey de mar thai con buns de coco frito, la ortiguilla con codium y la cabeza de pulpo frita con aire de limón.

Ortiguillas con vinagreta de codium. Foto Teatro

En la tercera parte el vino fue un rosado Las Fincas de la bodega Chivite de Navarra, que dio paso a la cigalita roll con salsa de tabasco, el pulpo a la brasa con mayonesa kimchi acompañado de pepinos encurtidos y la codorniz a la brasa con salsa anticuchera en una base de milhojas.

Parecía que los platillos tan pequeños no iban a saciar, pero llenan más de lo que se espera

Parecía que los platillos tan pequeños no iban a saciar, pero llenan más de lo que se espera; porque si no se hubiera dicho basta, también podrían haber desfilado la dorada embarrada a la brasa, el portobello a la brasa con guarnición, el banh mi de pluma ibérica o el lomo alto, lechuga, pimientos asados & patatitas.

Ensaladilla de buey de mar con buns de coco

Los postres

Es que siempre hay que dejar espacio para el postre, que en nuestro caso fueron el cheescake de queso de cabra y los teatrickers, un guiño a los snickers con un merengue con helado salado y cobertura de chocolate negro.

Pero también podrían haber sido los buñuelos de fresa con chocolate caliente y el kakigori de tarta de manzana.

Guiños al pasado teatral

Esta experiencia culinaria cuesta 90 euros por persona, y se degusta en una sala de decoración ecléctica, con numerosos guiños a la vida teatral de la avenida Paral·lel.

Cóctel de Backstage

Y como suele pasar en el ambiente del espectáculo, la vivencia no termina al bajar el telón sino que puede continuar en Backstage, una coctelería de aires clandestinos con preparaciones de autor que se suma a una carta de vinos, espumosos y destilados con nada menos que 800 referencias.

Todo eso entra en ese ticket dorado, que en estas fiestas también se puede regalar como una novedosa experiencia gastronómica.

a.
Ahora en portada