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Adiós a Ouka Leele, la gran fotógrafa de la movida

Sus fotos retocadas de colores intensos fue una de las mejores radiografías de la posmodernidad en los ’80, aunque su carrera se expandió hacia otras técnicas y estilos

Retrato de Ouka Leele en 2013. Foto Raúl Sanchidrián – EFE

Se llamaba Bárbara Allende Gil de Biedma, pero ella prefería ser conocida como Ouka Leele, el sobrenombre que su pareja, el artista underground El Hortelano, había creado para una estrella. La luz de esta fotógrafa con ramificaciones en la pintura se apagó el martes 24 en Madrid; y con ella se fue una de las mejores testigos de la movida madrileña.

Nacida en un hogar de la alta burguesía de Bilbao, sobrina del poeta Jaime Gil de Biedma, su primera vocación era la pintura; pero su novio a los 19 años le prohibió seguir esa carrera y decidió tomar una cámara de fotos y salir a retratar al mundo.

El descubrimiento de las fotos retocadas

De formación autodidacta, sus tomas comenzaron a publicarse en medios especializados como Zoom o Nueva lente, pero al conocer a dos ilustradores alternativos, Ceesepe y José Alfonso Morera Ortiz (conocido como El Hortelano) su vida cambió.

En la efervescencia cultural posfranquista se decidió a pintar sus fotografías, inspirada en las viejas postales coloreadas a mano

Las fotos coloreadas fueron uno de sus sellos artísticos. Foto Luca Piergiovanni – EFE

Instalados en Barcelona, en la efervescencia cultural posfranquista se decidió a pintar sus fotografías, inspirada en las viejas postales coloreadas a mano.

Con esta técnica realizó su primera exposición en la galería Spectrum de Barcelona en 1979, el inicio de una carrera donde también experimentaría con las artes visuales, la poesía y el canto.

Radiografías de la movida

En Madrid “sus obras encajaban perfectamente con el espíritu ecléctico” de la movida, que también era conocida como la posmodernidad, con sus imágenes retocadas de colores intensos y chillones.

En 1987, cuando realizó la producción en Cibeles. Foto Bernardo Rodríguez – EFE

Pero a medida que la energía de la movida se fue diluyendo Leele cambió de registro y empezó a retratar exteriores, sobre todo bosques y plantas, con obras que estaban a mitad de camino entre la pintura y la fotografía.

Incluso en 1987 llegó a paralizar el tránsito del centro de Madrid para realizar un gigantesco mural, Los leones de la Cibeles, que fue uno de los grandes hitos de su carrera, con trece personas posando, Leele disparando desde una grúa y un fotógrafo de apoyo en un helicóptero.

Premios, exposiciones y libros

En su carrera participó en varias ediciones de la feria Arco, expuso en la Bienal de Sao Paulo, en el Museo Español de Arte Contemporáneo, en Londres, en el festival PhotoEspaña 98, y sus obras se exponen en museos de París, Madrid, Tokio o Nueva York.

Además de la fotografía incursionó en otros campos del arte visual. Foto Víctor Lerena – EFE

Uno de sus grandes hitos fue cuando paralizó el tráfico en la estatua de Cibeles para realizar un gigantesco mural

La obtención del Premio de Cultura de Madrid en 2003 y el Nacional de Fotografía en 2005 fueron dos de sus numerosos galardones, en una carrera donde también publicó varios volúmenes de fotografías, poemas y dibujos, que se recopilaron en la colección Los libros de Ouka Leele, en 2014.

De la transgresión en colores a la sencillez de las flores, de retratos de músicos pasados de alcohol y drogas a los retratos íntimos de su hija María Rosenfeldt, el arte multidisciplinar de Ouka Leele seguirá vivo a través de sus fotos y pinturas.

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