Tratamiento facial, cama y comida que no sabe a avión: así se viaja en la nueva cabina Business de Air France

Que un vuelo de 8 horas, las que emplea un avión de Air France en recorrer los 5.831 km que separan París y Nueva York, se te haga corto.

Que te falte tiempo para acomodarte con una copa de champagne -francés, faltaría más-, ver una película, degustar un menú diseñado por un tres estrellas Michelin y maridado por uno de los mejores sumilleres del mundo y dormir en su cómodo asiento totalmente convertible en cama.

Que en lugar de mirar con ansiedad el reloj para ver que los minutos apenas corren desees tener un poco más de tiempo a bordo para otro capítulo de tu serie favorita.

Es lo que consigue la nueva clase Business que la aerolínea francesa acaba de estrenar en sus Boeing 777-300 que cubren la ruta Nueva York-JFK y que conectan también la capital francesa con Río de Janeiro, Dakar o Johannesburgo.

Check. Misión cumplida.

Es Air France

La elegancia que le presuponemos a todo lo francés –savoir faire, lo llaman- está muy vigente en la que fuera su aerolínea de bandera. Desde la espera en sus modernas salas VIP, donde también se puede dar buena cuenta de la gastronomía y las bodegas francesas, darse una ducha o recibir un masaje, al vídeo corporativo en el que una mujer asciende a la torre Eiffel con un vestido rojo de larguísima cola que acaba convirtiéndose en el acento emblema de la marca. Très chic.

Así, no es de extrañar que año tras año Air France coseche premios; los últimos, los concedidos en los Skytrax World Airline Awards 2023 hace apenas unas semanas: mejor compañía aérea de Europa Occidental por tercer año consecutivo y tres galardones a su primera clase, La Première, entre ellas mejor sala VIP de primera clase, mejor oferta gastronómica en una sala VIP de primera clase y mejor restauración a bordo en esta cabina de viaje.

Así se vuela en la Business de Air France

La clase Business que debutó a principios de 2023 es una cabina totalmente nueva ideada para vuelos de largo radio y, por tanto, que tiene el aeropuerto parisino Charles De Gaulle como origen o destino.

La experiencia comienza ya antes de subir al avión porque la espera lo es menos si se puede desayunar (no te pierdas los croissants recién hechos), tomar una copa de buen vino francés, descansar con una reparadora siesta en una ‘Nap Room’ o incluso someterse a un tratamiento relajante de la mano de la firma de cosméticos Clarins, un pequeño paréntesis de bienestar que ejemplifica el arte de viajar a la francesa.

Ya a bordo, las cabinas Business son las nuevas joyas de la corona de la flota de Boeing 777-300 de Air France. En total, 48 asientos que presentan un diseño más envolvente y suave y que reciben con el logotipo del caballito de mar alado retroiluminado, un símbolo de la compañía y su historia. Pero no es el único detalle.

En azul marino, blanco y pequeños detalles en rojo, el asiento, fabricado en Francia y diseñado en colaboración con Safran Seats, Design Investment y SGK Brandimage, está realizado en materiales nobles y suaves: lana, aluminio cepillado y cuero plena flor.

Con solo pulsar un botón, se ajusta la intensidad de la luz y la reclinación del asiento, que llega a transformarse en una confortable cama de casi 2 metros de largo y 70 cm de ancho.

Los asientos se reclinan totalmente hasta convertirse en confortables camas de casi 2 metros de largo y 70 cm de ancho

Todas las cabinas tienen acceso directo al pasillo y paneles que se cierran para una mayor privacidad. Una nueva función de ‘no molestar’ informa a la tripulación que queremos descansar para no ser interrumpidos.

Totalmente ergonómica, la cabina se ha diseñado siguiendo el concepto de las ‘3 F’, explican desde Air France. Esto es ‘Full Flat’, que indica la reclinación total del asiento hasta convertirse en cama, que se completa con una mullida almohada y una manta de microfibra; ‘Full Access’, que evita tener que molestar a otro viajero para salir al pasillo; y ‘Full Privacy’, total intimidad. Incluso entre los dos asientos centrales cuentan con un panel que se puede bajar (o no) facilitando un espacio mayor si se viaja acompañado.

Conexión durante todo el vuelo

Ya instalados, basta una mirada alrededor para ver cómo los viajeros se disponen a disfrutar del vuelo. Más allá del tedio o el estrés, viajar en esta clase te ofrece un regalo en forma de tiempo: unas horas para conectar o desconectar, para trabajar, leer, ver una serie o aislarse del mundo.

Para lograrlo, cada asiento cuenta con una pantalla de alta definición 4K de 17,3 pulgadas y auriculares con cancelación de ruido y, por primera vez, con una conexión Bluetooth que permite utilizar los auriculares personales.

En 12 idiomas, la oferta de entretenimiento incluye más de 350 películas, series de televisión, reportajes, documentales, música y pódcast. Además, una sección específica sobre bienestar anima a hacer meditación o yoga, así como sencillos ejercicios y recomendaciones para neutralizar el temido jet-lag.

Con puertos USB A y C, un cargador por inducción y una toma de ordenador, todas las cabinas disponen también de internet con tres modalidades, una de ellas totalmente gratuita que permite enviar y recibir mensajes y consultar información.

Por supuesto, un neceser individual que es una nueva muestra del glamour francés: estampado en espiguilla, en sobrios azul o beige, está hecho por primera vez con un 96% de materiales reciclados y libre de plástico. Cepillo de dientes, tapones para oídos, antifaz, calcetines, dentífrico y cosméticos Clarins completan el ‘kit de supervivencia’ a bordo.

Salmón que sabe a salmón

En un vuelo de largo radio hay tiempo para disfrutar, al menos, de dos comidas, ya sea cena y desayuno o comida y merienda.

Que el menú sepa a comida real hay que agradecerlo a la apuesta de Air France por la gastronomía, que incluye la alianza de destacados chefs con estrella Michelin, entre ellos Régis Marcon, Anne-Sophie Pic o Michel Roth, que se encargan de subir a bordo elaboraciones refinadas de verduras, carne, aves o pescados.

Régis Marcon, Anne-Sophie Pic, Michel Roth o Thierry Marx son los chefs estrella Michelin que diseñan los menús de Air France

Con mantelería y vajilla y menaje creados por el diseñador francés Jean-Marie Massaud, se acompaña de una carta de vinos y champagnes seleccionados por Paolo Basso, uno de los mejores sumilleres del mundo.

En los vuelos con salida desde París se garantiza, además, que todas las carnes, aves, productos lácteos y huevos sean 100% de origen francés, así como pescado procedente de la pesca sostenible. También se ofrece sistemáticamente un plato vegetariano. Además, y con el fin de luchar contra el despilfarro alimentario, se puede escoger la comida caliente hasta 24 horas antes del viaje desde la app o la web.

Si solo tuviera que emplear una frase para describirlo diría que, por increíble que parezca volando a unos 10.000 metros de altura, el salmón sabía realmente a salmón, como el que hubiera podido pedir en un buen restaurante.

Este verano, es el chef del Palace Mandarin Paris Thierry Marx, con dos estrellas Michelin, el encargado del menú de la clase Business. Parisino, el cocinero especializado en gastronomía molecular ha creado recetas inspiradas en la diversidad de las regiones de Francia con platos como la crema de espelta, crumble de aceitunas negras, calabacines salteados; bacalao, gambas, arroz al azafrán, coulis de piquillo; pintada, zanahoria, puré de calabaza butternut o pasta conchiglie, pera, queso Fourme d’Ambert y nueces.

Solo este 2023, Air France trabajará con un total de 17 chefs franceses, un derroche de talento y platos excepcionales reservados, eso sí, a las cabinas La Première y Business, así como las salas VIP de los aeropuertos parisinos.

Una razón, la gastronomía, para permanecer despierto en el vuelo, pero que se mide seriamente con la comodidad del asiento que promete un sueño más que reparador. ¿O acabaremos deseando aviones más lentos para disfrutar de más tiempo en el aire?