Así es el avión hipersónico europeo que duplica la velocidad del Concorde

La compañía europea Destinus trabaja en un avión hipersónico impulsado por hidrógeno capaz de volar a Mach 5 (más de 4.828 km/h) para unir Fráncfort y Dubái en 90 minutos

El avión hipersónico europeo. Imagen: Destinus.

De Fráncfort a Dubái en 90 minutos (en los vuelos convencionales se tardan 6 horas). A Tokio en 3 horas (en lugar de 11.30). O a Sídney en 4:15 (frente a las 20 actuales). Es el objetivo que se marca la compañía Destinus con el avión que está desarrollando y con el que Europa entra en la carrera por alcanzar los vuelos hipersónicos.

Con una velocidad de Mach 5 (cinco veces por encima de la del sonido; es decir, más de 4.828 km/h), la barrera que marca la diferencia entre los vuelos supersónicos (por debajo de esa velocidad) e hipersónicos (por encima), sería más del doble de la que alcanzó nunca el Concorde, que con su velocidad supersónica alcanzó los 2.179 km/h.

Icono de la aviación y maravilla de la ingeniería del siglo XX, el Concorde, que entró en operación en 1976, logró reducir a la mitad el tiempo de vuelo de cualquier otro avión comercial gracias a su velocidad supersónica, esto es, superior a la del sonido (1.235,52 Km/h o 343 m/s al nivel del mar).

Destinus y la velocidad hipersónica

El mundo, señala Destinus en su web, es tan grande como la distancia entre dos lugares. ¿Qué pasaría, entonces, si podemos hacer que esa distancia sea despreciable? ¿Y si lo hacemos de una manera asequible que no dañe el medio ambiente? Eso es lo que pretenden hacer en la compañía.

Con sede en Suiza y un equipo de alrededor de 120 empleados repartidos entre España, Francia y Alemania, además del país helvético, Destinus es una empresa que diseña y fabrica aeronaves hipersónicas de ultra largo alcance que podrán operar en aeropuertos convencionales reduciendo los tiempos de vuelo en aeronaves convencionales a la cuarta parte.

Eiger, uno de los prototipos de la compañía. Imagen: Destinus.

Creada en 2021, pero con diseños y estudios que llevan años desarrollándose, esta start up ya ha realizado pruebas en sus dos primeros prototipos y prevén que el tercero, de nombre Destinus 3 y el primero impulsado con hidrógeno, levante el vuelo a finales de este año.

A mayor escala, los primeros aviones hipersónicos con capacidad para 25 pasajeros podrían estar volando, según el cronograma de la compañía, a partir de 2030.

Para 2040 la década de 2040, estaría lista una versión ampliada y más parecida a un avión comercial de hoy, que incluirá diferentes clases.

Drones o aviones

Según explica la gerente de desarrollo comercial de Destinus, Martina Löfqvist, a CNN, mientras otras compañías en la carrera por los vuelos hipersónicos, como es el caso de la estadonidense Boom Supersonic, se centran en crear réplicas de aviones convencionales pero que operen a velocidad supersónica, en su caso la estrategia pasa por “desarrollar drones de tamaño más pequeño”.

Solo tras probar la viabilidad de estos drones autónomos se ampliarán hasta convertirse en grandes aviones aptos para el transporte de pasajeros o carga con pilotos.

El tercer prototipo de Destinus y primero que volará con hidrógeno, realizará sus pruebas a finales de 2023

El hidrógeno, la clave

La clave del proyecto está en el combustible escogido por Destinus, en este caso el hidrógeno, una fuente de energía limpia y renovable, cada vez más barato de producir –lo que permitirá que, en el futuro, incluso los vuelos hipersónicos puedan ser accesibles- y con el que se alcanzarán sus objetivos de reducción de emisiones de carbono (el transporte aéreo tradicional representa entre el 2 y el 3% de las emisiones mundiales).

Sin embargo, la aviación impulsada por hidrógeno, aunque en desarrollo, está aún lejos de ser una realidad. Airbus, por ejemplo, está desarrollando un motor a reacción de hidrógeno que, según dice, comenzará las pruebas de vuelo en 2026.

Destinus se propone ofrecer aviones para el largo radio, apunta Löfqvist, lo que se traduce por volar a velocidad de Mach 5. Usar un combustible convencional haría la aeronave demasiado pesada, mientras que “el hidrógeno es muy ligero en comparación”,

Si bien el objetivo a largo plazo es emplear solo hidrógeno verde (producido a partir de agua a través de la electrólisis utilizando energía renovable), a corto plazo los planes siguen incluyendo el combustible de aviación convencional, que se emplearía en el momento de despegue, para después sustituirlo por hidrógeno cuando se alcancen velocidades de Mach 3, explica la responsable de Destinus.

Los primeros prototipos son drones. Imagen: Destinus.

Cómo será el avión hipersónico europeo

En cuanto al diseño, los prototipos de Destinus recuperan siluetas waverider ideadas ya en la década de 1950 para los aviones hipersónicos. Aunque nunca llegaron a producirse, se han tomado como punto de partida en proyectos posteriores, como el Boeing X-51, un prototipo de 2010 que llegó a alcanzar en los vuelos de prueba una velocidad de Mach 5,1 (5400 km/h).

Según la teoría, este diseño mejora la relación elevación-resistencia supersónica del avión mediante el uso de las ondas de choque generadas por su propio vuelo como superficie de elevación, un fenómeno conocido como elevación por compresión.

Se trata, precisa Löfqvist, de “una forma bastante eficiente en la que puedes usar menos combustible para volar a través de ella porque tienes menos resistencia al aire”.

Destinus ya trabaja en su tercer prototipo, que será supersónico y volará por primera vez con hidrógeno en 2024, antes de seguir avanzando en el diseño y construcción de aviones más grandes para pasajeros y carga.

Para la década de 2040, cunado tendrán lista una versión grande de su avión, esperan que los precios del hidrógeno hayan bajado significativamente, “de modo que podamos reducir los precios de los vuelos, también significativamente, para estos vuelos de ultra largo alcance”.

Destinus cuenta para este proyecto con inversión tanto privada como pública (el propio gobierno español lo subvencionó el pasado mes de abril con 26,7 millones de euros en dos proyectos para ampliar sus capacidades de propulsión de hidrógeno).

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